El Arte de Amar

Capítulo VI - El Acertijo:

Muy bien, este el acertijo es Louis:

"Si me tienes, quieres compartirme. Si me compartes, no me tienes. ¿Qué soy?"

-Si me tienes... quieres compartirme. Algo que quisiera compartir, dinero tal vez. No es eso, si lo comparto no me tienes...

-10 segundos Louis

-Pues... algo que compartir tal vez... una ofrenda

-5 segundos

-¡Ya se, es el secreto! Si lo tengo quisiera compartirlo pero cuando lo comparta deja de ser secreto

-¡Muy bien joven mago! El acertijo has adivinado y ahora una makana puedes lanzar y te puedes marchar

Gracias Val

Agradece Louis mientras se acercaba al manantial para lanzar la moneda
Louis se detiene justo al borde del manantial que no parecía tener fondo... con cautela saca una makana de una pequeña bolsa de cuero que guardaba en un bolsillo de su larga túnica roja, al coger ma moneda en su mano y lanzarla al agua. Una fuerza desconocida lo empuja y cae sin control al manantial. Louis se sumerge en el agua fría de aquel "manantial subterráneo mágico", al darse la vuelta, desde abajo ve a Val mirandolo fijamente, pero su mirada había cambiado. Ya no parecía una dulce y amable silfide, mas bien lucía como un espíritu oscuro.

-Val ayúdame, me caí y no puedo subir. Esta muy profundo...

-¿Ayudarte? No humano, tu serás mi ofrenda para nuestra diosa Aquira

-¡¿Que!? No puedes... ¡Debo salir de aquí, tengo que probar que soy inocente!

-Muy tarde joven mago, dentro de poco te consumirá el cansancio y dejaras de nadar, poco a poco te ahogaras hasta llegar al fondo

-¡Jamas!

Responde Louis

Pero la silfide tenía razón. Poco a poco los brazos de Louis se cansaron y sus pies dejaron de moverse, lentamente se hundia en aquel pozo frio sin fondo. Sin embargo, Louis no se rendía fácilmente y cuando parecía que ya iba a quedarse sin fuezas, regresaba a la superficie.

-¿Por que no te hundes? Admitir debo que subestime tu perseverancia, pero con un poco de magia esto terminará

En ese momento, una misteriosa fuerza comenzó a empujar a Louis hacia el fondo y no podia hacer nada para luchar, se quedaba sin aire ni fuerzas para luchar, unas burbujas en la superficie del agua señalaban su último respiro. Lentamente Louis se hundía y desde lejos solo veia la maligna silfide que lo había dejado allí.

Con un poco de aire en sus pulmones, Louis llegó al fondo del manantial. Se maravilló al ver un montón de huesos y calaveras humanas, al parecer no era el primero en esa situación y ya había entendido porque nadie salía vivo de aquella misterosa cueva. Con una revoltura en su estómago y un poco de aire Louis miró a la superficie, allí estaba Val esperando a que se ahogara en aquel agujero de sacrificios. Pero no la dejaría ganar tan fácil, Louis no se iba a rendir hasta que tuviera la última 'gota' de aire. Con desespero busco una salida, debía haber una, por algún lugar de donde saliera esa agua... Se acercó a las paredes en busca de algún pequeño espacio por donde salir. Desde arriba, Val veía que Louis intentaba escapar desesperadamente

-Salida no hay, nadie ha escapado

Dice Val desde la superficie, aunque Louis en el fondo apenas escuchó un murmullo

Ya casi se quedaba sin aire y estaba por rendirse, pero un último intento lo hizo llegar a una roca que parecia moverse fácilmente. Con un poco de esfuerzo Louis movió la piedra y varias rocas cayeron atrás, un pequeño túnel se abrió y una salida para Louis de aquel agujero.

-¡No, imposible!

Dice Val al ver que Louis habia escapado del fondo del manantial

Sin pensarlo dos veces Louis entro al túnel que había abierto y comenzó a nadar lo mas rápido que pudo. Pensó que no llegaría al final, ya no le quedaba mas oxígeno y por un momento pensó que moriría allí. Nado y nado por aquel túnel sin saber a donde lo llevaría, al llegar al final un resplandor le avisó que ya estaba cerca de la salida. Louis llego al final del túnel sin aire y al llegar a la superficie lo primero que hizo fue respirar, solo respirar. El túnel lo había llevado a una laguna en el bosque, cerca de la cueva. Habían pasado varias horas desde que Louis había entrado a la cueva, ya era de noche y el resplandor de la luna se reflejaba en el agua. Estar de noche en el bosque era peligroso, tanto por los animales como por los bandidos que cazaban a los desprevenidos para robarles makanas.

Sin demora Louis decide regresar a su casa lo más rápido posible antes de que el bosque se volviera más peligroso. Mojado, con frío y muerto de cansancio Louis llegó a casa. Al parecer los guardias y el capitán ya se habían marchado, la puerta aun estaba derrumbada y cuando entró toda su casa era un desastre, principalmente los libros estaban todos revueltos como signo de la gran búsqueda que tuvo el capitán Dawson intentando encontrar la receta.