Me encontraba arrodillado en el suelo, recogiendo los pedazos de vidrio del piso. Después del golpe que mi esposo me dio en la cara, retrocedí y caí en el suelo, tirando alguna cosas de vidrio.
Tenía otro moretón en la cara, y de mis manos sangraba por unos cortes causados por los pedazos de vidrio.
En cuanto terminé de limpiar, me levanté y fui a lavarme las heridas y curarlas. Cumber se había ido de nuevo, y creo que no volverá en un buen rato.
Escuché que tocaban la puerta, me asusté un poco, pero me armé de valor para ir y abrirla. Lo hice, y ví que era Black. Me veía con una expresión triste, se me acerca y me abraza con fuerza.
Black: yo te apoyaré, amigo.
Sentí una punzada en el pecho, temblé un poco y correspondí al abrazo, soltando lágrimas.
Black: él no te merece. —me sigue abrazando— eres demasiado bueno para él, tienes que estar con alguien que te quiera de verdad.
Fu: q-quisiera irme de aquí...pero...estoy comprometido...no puedo pedirle divorcio...estaré muerto si hago eso.
Black: no lo estarás. —me da un besito en la frente— no te dejaré solo, estaré aquí contigo el tiempo que sea necesario.
Otro flasheo apareció, miré hacia afuera pero no ví a nadie, es la tercera vez que veo esa luz. Dejé entrar a Black, y cerré la puerta con seguro.
Fu: ¿tienes hambre?.
Black: mm, un poco.
Fu: haré algo de comer para ti. —iba a ir a la cocina—
Black: —se pone frente a mí— no, no, tú ve a ese sillón y acuestate, tienes que descansar, todo ese trabajo debió agotarte.
Fu: pero eres mi invitado, lo mejor será que yo cocine.
Black: nooo, esas bellas manos no deben trabajar mucho. —me toma las manos y me da un beso— ahora ve y yo cocino.
Fu: mm...de acuerdo. —fui al sillón y me senté—
Black: te sorprenderán las cosas que puedo hacer con estas manos. —las alza un poco y va a la cocina—
Luego de un rato, me pidió que fuera a la mesa a sentarme. Lo hice y espere.
Me sorprendí cuando dejó los platos con comida frente a mí. No había visto tal maravilla.
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Black: me quemé un poco, pero así me quedó.
Fu: wow, de verdad estoy sorprendido, nunca me habían cocinado, al menos no en estos años.
Black: pues es tu día de suerte. —se sienta— disfruta la comida.
Fu: así será. —empecé a comer—
Era lo más delicioso que he probado en la vida, tengo que invitarlo más seguido a la casa.
En cuanto acabamos de comer, recogimos los platos y los lavamos. Le tomé la mano al contrario y lo llevé hacia mi habitación. No quería estar en la sala, me sentía observado por todo el mundo.
Black: hasta la habitación es linda. —veía a los lados—
Fu: gracias, es el único lugar donde puedo estar tranquilo.
Black: mm... —me mira y abre sus brazos— ven acá, amigo.
Fu: jeje. —lo abracé y sonreí— seguro ya lo notaste, pero me siento muy feliz a tu lado, contigo me siento a salvo, puedo confiar en ti en lo que sea.
Black: jeje, me alegra saber eso, también estoy feliz a tu lado...
Me tomó de las manos y me miró a los ojos. Nos miramos unos momentos. Me toma el rostro y me empieza a acercar al suyo. Por instinto, cerraba mis ojos con forme me acercaba a él. Mi corazón latía muy rápido y mis manos temblaban. Sentí sus labios posicionarse sobre los míos, besándome de forma dulce.
Sentí como si flotara, era un momento hermoso, digno de ser recordado el resto de mi vida. Este beso supera por mucho al primer beso que tuve con Cumber. Nos separamos del beso, duramos unos segundos sin vernos a los ojos, estábamos muy sonrojados. Cuando nos miramos, le sonreí nervioso y lo abracé, apegándome a su pecho.
