"Secretos y más secretos"James:
Estaba plácidamente dormido cuando escucho un grito de mujer que luego calló, creí haberlo soñado pero luego escucho los chillidos de mis hermanas así que de un salto corro a las habitaciones de cada una y estaban vacías así que me quedé un segundo pensando de donde pudo provenir hasta que una música extraña sale de la puerta del cuarto de Nirvana.
-No puede ser- susurré bajo tratando de convencerme de que no era verdad.
Corrí hasta la puerta y la empujé con el pie quedándome en la entrada mirando a el problema personificado.
Estaba exactamente igual de fuerte e imponente que siempre, pude ver las marcas de los latigazos y los moretones en las manos por los pinchazos seguramente. Su rostro estaba más pálido pero tenía esa mirada penetrante aún vigente, sonreía como nunca la había visto, estaba... feliz...
-Demonio...-dije en intento de decirle algo pero ahí murieron mis palabras al chocar nuestras miradas.
-James- me saludó sonriendo mientras se acercó.
Lo que hizo luego me dejó aún más absorto: me abrazó muy fuerte como si no quisiera soltarme nunca, yo enrollé mis brazos en su espalda en señal de aceptación de aquel gesto que nunca creí capaz de ver en ella.
-Mil gracias- susurró en mi cuello apretándome más a ella- Sin ti no sé como ni dónde estaría ahora mismo, gracias por salvarme.
Por un momento no pude reaccionar a lo que pasaba a mi alrededor, solo tatuaba cada palabra de agradecimiento por parte de ella en mi mente. En otras circunstancias la hubiera cortado en seco pero cada vez que recuerdo por lo que tuvo que pasar no dejo de sentirme fatal por no haber parado aquella crueldad.
-No tienes que agradecer nada, tú lo hubieras hecho igual- musité sonriéndole aunque no me viera.
Ella se separó de mí y volvió a conectar nuestros ojos pero esta vez los achicó un poco y me dió un peque golpe en el pecho.
-Me debes una ida al ring todavía- rió y yo le devolví una sonrisa socarrona.
-Cuando te recuperes bien demonio alvino- murmuré alto guiñándole un ojo y saliendo de la habitación.
Eso me había dicho el día que nos capturaron, me sorprende lo desafiante que puede llegar a ser ella.
(...)
Esto es aburrido, el tiempo no pasa y yo aquí mirando películas con ansias de comerme el mundo. Ya han pasado tres días desde que Nirvana regresó a Bells Mafia y aún no volvemos a la carga.-Hey, papá quiere hablar con nosotros- sale Luna asomándose en mi puerta y luego desaparece.
Yo me encojo de hombros y tal, me pongo una camiseta y bajo las escaleras. En el vestíbulo estaban todos sentados con caras de aburrimiento: Jack estaba al lado de Kai y las gemelas en el extremo opuesto escuchando a Ractan y sus historias sobre el Medio Oriente, a Lu parece interesarle mientras que Sol está metida en su celular fingiendo escuchar algo de lo que árabe dice. Mia conversa algo con mamá y Martha está sentada al lado de Nirvana en el gran sofá mientras que hay algo extraño en su mirada parece como si...
-James baja ya- reclamó mi padre pasando por mi lado en las escaleras y un bulto de papeles en sus manos.
Yo sin decir nada acato la orden y me siento de mala gana al lado de Kai, odio estas reuniones.
De pronto los hombres de Korbs traen a rastras a unos individuos con la cara tapada, temblaban de miedo y su ropa estaba algo sucia, a saber cuanto tiempo llevan sin cambiarse.
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Bells Mafia
General FictionLa Corte Suprema de la Mafia tiene a sus mejores mercenarios bajo la mira ya que se rumorea que ocultan algo muy oscuro de sus autoridades. Entre tanto, la vida de James Bells se complica a partir de la llegada de una misteriosa mujer que llegó a s...