Definitivamente Raven no estaba teniendo el mejor día de su vida, pero esto de haber hecho estallar los botes de pintura en clase de arte, una inundación en los baños y casi—ojo, casi—provocar un incendio en la escuela—lo que es una reverenda metida de pata—no se lo esperaba y más tomando en cuenta que no lo había hecho apropósito. Pero claro, no es más que otro día para Raven-propensa-alos-desastres-Ellis. No es su completa culpa, claro está, ella le advirtió a su padre que había despertado con alergia—lo que ella considera como un sexto sentido que le alerta de los días malos, y cabe resaltar que ella casi vive con una alergia encima—y para su desgracia el señor solo creyó que se trataba de otra excusa para evitar su examen de lengua—Raven no era la persona más aplicada al estudio—, lo cual no era cierto—por primera vez, damas y caballeros —. Raven había pasado toda la mañana estornudando y moqueando, la chica pensó que lo mejor era pedir un pase a enfermería. Sin embargo para su desgracia—otra vez—su reputación la precede y no se lo concedieron.
La cuestión aquí es que Raven nunca pensó que una pequeña alergia provocaría tanto caos, pero por supuesto, “caos” es su segundo nombre—bueno no es cierto, es Eleanora y lo odia— y “accidentes” su apellido.
En su defensa, Raven no sabía que era una bruja.
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LAS CRÓNICAS DE RAVEN ELLIS & EL INSTITUTO DE MONSTRUOS
FantasyA Raven Ellis siempre se le dijo que era especial-y vaya que lo era-. Siempre supo que era diferente, pero bueno ¿Cómo no iba a sospecharlo si hacía estallar las cosas cuando se enojaba y levitarlas cuando estaba muy contenta? La realidad es que Rav...
