CAPÍTULO TRES

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Una carta muy reveladora
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ALGUIEN HABÍA LLAMADO A EMERGENCIAS EN MEDIO DE TODO EL CAOS en el laboratorio de química y ahora todos los estudiantes estaban afuera siendo atendidos por los paramédicos mientras los bomberos hacían una revisión del lugar para cerciorarse de que no haya ninguna fuga de gas o algo por el estilo. Al menos eso había entendido
Raven. Ella ciertamente no estaba prestando mucha atención al lugar a su alrededor, ella pensaba en todo lo sucedido ese día: pinturas que explotan de la nada, grifos que se convierten en géiseres miniaturas y ahora un casi incendio. Sin duda un día entretenido. Sin embargo, si algo tenía en común todos esos sucesos es que pasaron cuando Raven pasaba por una emoción fuerte, excepto por los géiseres, esos se sincronizaron con sus estornudos. Extraño.

Los bomberos y todos creían que el aparato que Raven usaba para calentar sus líquidos debía estar averiado, por ello se subía la llama sola. Pero Raven no creía eso, ella había usado ese mismo aparato desde que inició a ver clases con Yin, y jamás se había ocasionado problemas. Pero al menos esa era una respuesta más razonable que el que ella lo haya ocasionado con magia ¡Absurdo! ¡La llamarían “loca”! Y con razón y motivo porque ¿Quién se creería ese cuento?

―¡Raven, hija! Oh por… Aquí estás ―su padre la abrazó nada más verla. Ella estaba sentada en la parte de atrás de una ambulancia, pero estaba bien, no se le había quemado ni un solo cabello.

Todos los representantes de los estudiantes habían sido informados de los sucesos por supuesto. Christopher apenas había tomado su abrigo cuando lo llamaron y le informaron que casi se incendia la escuela ¡Salió corriendo como un loco! ¿Y si a su niña le había pasado algo malo? ¿Estaría ella herida? ¿¡Qué carajos había pasado!? Estaba histérico, en su camino hasta la escuela casi se lleva por delante a una pobre anciana.

Christopher no tenía auto ni moto, trabajaba para una cadena de restaurantes y hoteles como publicista, su salario no era como para comprarse un auto, pero bastaba para que ambos sobrevivieran. Aun así tenía la suerte de que podía trabajar desde casa, y su hogar además quedaba en una zona de Queens muy céntrica. Una suerte. Sin mencionar que solo tenía que ir de vez en cuando a los establecimientos para tomar suficientes fotos para la semana. Pero como sea, no es el caso. sin embargo luego de ese tremendo susto que le hicieron pasar los de las escuela él enserio reconsiderara la idea de comprarse algún vehículo. La desesperación que sintió mientras corría hacia la escuela lo habría sobrepasado del límite. Él en serio creyó que algo malo le había sucedido a Raven, pero en cierto modo era su culpa, Christopher soloregistró las palabras “incendio en la escuela”, luego de eso colgó el teléfono, tomó el abrigo más cercano y se echó a la carrera.

Ni siquiera alcanzó a explicarle al viejo Bart lo que había pasado, tan solo gritó algo que para Bart sonó como: “Raven incendió la escuela”, cosa que era bastante creíble para el anciano.

―Por amor al cielo, Raven, no sabes lo preocupado que estaba. Apenas escuché lo que pasó corrí hasta acá y-

―¿¡Corriste!? ―para Raven, probablemente eso había sido lo más loco de su día.

―Sí, pero no es el punto yo-

―¡Corriste!

―¡Sí! Pero no importa eso. Me preocupe mucho por ti, Rizos ¿Segura que estás bien?

― Muy segura, papá. Descuida.

― Bien, bien… No me des más de estos sustos ¿Si?

Raven viró los ojos con una sonrisa divertida y asintió, solo para darle algo de tranquilidad a su pobre padre, que muy dentro suyo intuyó que algo así pasaría alguna vez. Desde pequeña Raven siempre fue como un imán para los problemas, ya sea que fueran causados por ella o solo estuviera en el lugar y momento equivocado. Lo que lo hacía preguntarse…

LAS CRÓNICAS DE RAVEN ELLIS & EL INSTITUTO DE MONSTRUOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora