Capítulo 5

51 10 0
                                    

Link despertó de un profundo sueño, la voz resonando en su mente como un eco persistente, vibrante y lleno de urgencia.

—¡Amo! ¡Despierta! Es hora de cumplir tu destino.

La imagen de Zelda atrapada en las garras de Grahim lo impulsaba a levantarse, cada latido de su corazón resonando como un tambor de guerra. ¿Quién era esa voz? ¿Qué destino le aguardaba? La chispa de esperanza comenzaba a arder en su interior mientras se preparaba para enfrentar el desafío que se avecinaba y liberar a Zelda del oscuro deseo de Grahim.

Sin perder un segundo, salió de la academia como una flecha, el viento azotando su rostro. Pero la voz lo siguió, esta vez manifestándose en forma de un espíritu etéreo que danzaba entre las sombras.

—Sígueme, amo— exclamó la voz, clara y firme, como un canto que lo llamaba a la aventura.

Link, atrapado entre la desesperación y el nerviosismo, no dudó ni un instante en seguir al espíritu. Su asombro creció al darse cuenta de que el lugar al que lo conducía era nada menos que la efigie de la diosa Hylia. El monumento sagrado irradiaba luz y poder, sus ojos brillando con una sabiduría antigua.

—¿Por qué me has traído hasta aquí?— preguntó Link, su voz temblando entre la confusión y la reverencia.

El espíritu sonrió con una dulzura serena que contrastaba con la gravedad de la situación.

—Mi nombre es Fay. He sido creada para guiar al elegido por la diosa— respondió con una voz melodiosa que parecía resonar en el aire como un canto ancestral. —El tiempo se agota. Grahim ha desatado fuerzas oscuras que amenazan con consumir todo lo que amas. Debes actuar ahora.

Mientras tanto, en las tierras inferiores, Zelda despertaba en un lugar desconocido y aterrador. Su corazón latía con fuerza mientras miraba a su alrededor; el paisaje era una mezcla fascinante de belleza y peligro: árboles majestuosos cuyas ramas parecían susurrar secretos antiguos y hongos luminosos que iluminaban el entorno con un brillo sobrenatural. Sin embargo, el miedo se apoderaba de ella al ver las criaturas grotescas que acechaban entre las sombras.

Perdida entre la vegetación, avanzó con cautela hasta encontrar un templo cubierto por hierba y enredaderas, antiguo y misterioso. Para su sorpresa, no estaba deshabitado. Una joven y una anciana se acercaron a ella sin dudarlo y se arrodillaron a sus pies.

—La estábamos esperando, Diosa Hylia— exclamó la mujer joven, tomando delicadamente una de sus manos como si tocara un tesoro sagrado. —Soy Impa. Yo me encargaré de protegerla, aunque me cueste mi propia vida.

Zelda sintió una oleada de calidez ante las palabras de Impa; su corazón latía con fuerza al comprender que había quienes la esperaban y necesitaban su luz.

—¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado?— preguntó Zelda, su voz temblando entre el miedo y la determinación.

Impa levantó la mirada, sus ojos llenos de fervor.

—Estás en las tierras inferiores, donde las sombras han cobrado vida. Grahim ha desatado su oscuridad aquí para romperte. Pero tú eres más fuerte de lo que crees; eres Hylia renacida.

Mientras tanto, Link se encontraba frente a la efigie de Hylia, sintiendo una conexión profunda con su destino. Fay lo miraba con ojos brillantes.

—Debes enfrentarte a Grahim y liberar a Zelda— dijo Fay, su voz resonando como un canto ancestral. —Tu valor será puesto a prueba; no solo por ti mismo sino por todos los que dependen de ti.

Link asintió con determinación; sabía que debía ser fuerte no solo por él mismo sino por Zelda y por todo Neburia. Con el espíritu guiándolo y el recuerdo ardiente de Zelda en su corazón, se preparó para enfrentar el desafío monumental que cambiaría sus vidas para siempre.

Mientras tanto, Zelda se levantó con renovada esperanza al lado de Impa. Juntas estaban listas para enfrentar lo desconocido; cada paso hacia adelante era un acto de valentía contra las fuerzas oscuras que amenazaban su mundo.

El destino les aguardaba; tanto Link como Zelda estaban a punto de descubrir el verdadero significado del poder del amor frente a la oscuridad más aterradora. Con cada latido del corazón resonando como un tambor guerrero, ambos héroes se preparaban para desatar una tormenta contra Grahim y reclamar lo que les pertenecía por derecho: su amor y su hogar.

La Leyenda De Zelda "Pasión Y Renacimiento"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora