3D. tres - perdida en otros ojos.

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—El estanque de los locos

—Estas en territorio de la Port Mafia, alguien allá afuera está maldiciendo personas y eres una víctima, además, quien sabe cuántos peligros más estén acechando en busca de pistas. ¿De verdad no quieres mi ayuda? —inquirió con presunción.

René entró en un dilema, con dos opciones en mente no podía disernir con facilidad cual era la más acertada, no obstante, por el momento al no tener el camino a la vista, miró al castaño y suspiró, sabiendo que podía arrepentirse en cualquier momento.

—No me interesa cuál es el plan —negó con la oración—. Solo quiero volver a mi tranquila vida y no involucrarme más en esto. ¡Casi muero en el río y un mafioso me secuestró prensado que había robado su territorio! Es demasiado...

Osamu sonrió resignado, sin duda para él la situación se estaba tornando de la manera en que le era más difícil acabar con el problema, pues el final de la joven estaba ciertamente muy inestable.

—Acepto tu decisión, René, no soy la persona más adecuada para interferir en tu camino, no tengo el derecho —confesó, mostrándole su faceta seria. Al parecer se habían acabado los juegos.

—Tengo que irme de aquí —intentó moverse, pero le fue imposible—. No hay manera en que pueda confiar en ese hombre, ni siquiera en ti. —De pronto se le vio desesperada.

El detective metió las manos dentro de los bolsillos de su gabardina arena y avanzó en la estancia. Ella le miró, antes bien, no le dijo nada y los intentos por moverse se hicieron más constantes.

—Espero que volvamos a encontrarnos, René. Elige bien y te estaré esperando —expresó con el aura sombría, le observó de soslayo mientas abría la madera y luego terminó yéndose al cerrar tras su larga anatomía.

Sin darse cuenta, René se tomó la cabeza con sus dos manos cuando se quedó sola, notando después que pudo moverse con libertad. ¿Era magia acaso? Extendió los brazos, movió las piernas y se levantó del lecho con dificultad. Sus pies sobre el suelo vacilaban y la reacción de su cuerpo fue lo más parecido a como si hubiese corrido un maratón.

Sus pulmones dolían, sus ojos no pudieron seguir su acción.

—¡Es hora de una adivinanza! —El tono colorido inundó la habitación—. ¿Qué crees que estoy haciendo aquí?

René retrocedió en acto reflejo al ver que no estaba sola de nueva cuenta, y tal como el antiguo mafioso, alguien más se había colado en la habitación misteriosamente.

—Uno: voy a matarte justo aquí. Dos: vamos a enamorarnos como locos después de esta interacción. Tres: por desgracia eres la afortunada persona que se convertirá en motivo de observación. ¡Adivina!

El de las ropas en blanco y negro esperó la respuesta, sin embargo, solo obtuvo una mirada llena de espanto, y después, René colapso sobre el elegante suelo del edificio de la Mafia Portuaria.

El de las ropas en blanco y negro esperó la respuesta, sin embargo, solo obtuvo una mirada llena de espanto, y después, René colapso sobre el elegante suelo del edificio de la Mafia Portuaria

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Uyuyuy, quien sigue por acá?, espero que varios. En fin, ahora, por favor, ustedes van a seguir leyendo en el 4C.

¡Muchas gracias por leer!

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⏰ Última actualización: Apr 25, 2021 ⏰

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