Sus labios se alejaron lentamente, aún mantenian los ojos cerrados y sus corazones latian muy rapido. El primero en abrir los ojos fue Volkov, apreció los labios de Horacio entre abiertos, sus mejillas llevaban un leve color rojizo, era simplemente hermoso lo que veia.
Lo que hizo el de cresta no era para nada premeditado, tontamente creyó en que todo era un sueño, era normal pensar eso después de ver al comisario lanzarse del ultimo piso y regresar como si nada y sin ningun rasguño.
Impulsivamente lo habia tomado de la camisa y lo habia besado, sus labios eran simplemente perfectos, eran embriagantes, una vez que los probabas no querrias parar de besarlos.
Volkov ya conocia al chico, almenos habia escuchado hablar de él y su otro compañero Gustabo. Era la mano derecha de Conway, un dia, él mismo le informó que dos jovenes se iban a infiltrar en la mafia, entregandole los documentos en los cuales decian información de ellos.
Se sorprendió de la joven edad de ambos, era un trabajo peligroso y siendo alumnos era aún más arriesgado. Revisó cada uno de los documento y se detuvo en la foto de Horacio, habia algo en él, algo en su mirada, que hizo que su corazón se estrujara, en él nació la sensación de protección y se prometió que haria lo posible para que este despertara del mundo en el cual era simples marionetas. Claro no estaba premeditado que lo besara.
Horacio abrió los ojos y se topó con la mirada del ruso, el cual lo observaba confundido.Horacio arrugó la frente y se alejó de aquel hombre que le habia dado uno de los mejores besos de su vida y se limitó a no decir alguna palabra.
- No..no entiendo - susurró, tocandose los labios, los cuales estaban un poco hinchados por los besos apasionados que se habian dado, pensó en ello y ocultó su rostro con sus manos.
- Que acabo de hacer... lo...lo siento - tartamudeó cubriendose nuevamente el rostro. No sabia donde meter la cabeza, habia besado a un hombre desconocido, creyendo en que todo no era real.Que idea loca pensó, lo único que queria era desaparecer en ese momento, no tenia el valor de mirarlo de nuevo.
Lo que no entendia era del porque se sentia tan incómodo no era la primera vez que besaba a un chico que no conocia de nada.Se aclaró la voz y tuvo el valor de mirarlo, el ruso tampoco decia una palabra, tenia la mirada perdida, quizás pensaba en lo que acababa de suceder.
- Yo... - rió avergonzado, tocandose la barbilla - Crei que era un sueño... sabes - continuó diciendo el de crestas.El ambiente se habia puesto definitivamente incómodo y ninguno sabia como salir de alli.
- Emmm... - el ruso se aclaró la voz y continuó - Ha sido algo impulsivo de su parte Horacio, que creia que iba a conseguir? - preguntó y se maldijo internamente por haber realizado una pregunta tan estúpida.
Las mejillas de Horacio se sonrojaron y se giró para que no lo viera en ese estado, tomó aire y soltó lo primero que se le vinó a la cabeza.
- Sabes en los sueños debes hacer algo para despertarte... y yo... - cerró los ojos y se tapó nuevamente la cara.
- Simplemente lo besé... ademas... - Se giró valientemente y cruzó los brazos, mirando atentamente a Volkov. - Usted no me detuvo - dijo cinicamente acompañado de una sutil sonrisa provocativa. Volkov tragó saliva y se tocó el cabello en signo de nerviosismo.
- Que queria que hiciera, usted es muy fuerte y solo me deje llevar - dijo cruzandose de brazos.Aunque el beso le haya gustado, no iba a admitir nunca de ello. Horacio soltó una carcajada y lo miró incrédulo, nunca le habian dado una excusa tan estupida.
La vergüenza que sentia habia desvanecido por completo, por un momento olvidó del porque estaba alli, del porque el hombre estaba vivo apesar de haberse lanzado del edificio. Eran preguntas que por ahora dejaria pasar, ahora su objetivo era provocar al hombre delante suyo.
- Asi que yo te obligué? - preguntó acercandose lentamente al comisario de forma coqueta. El comisario dio un paso hacia atras topandose con el muro.
Horacio no se detuvo hasta que estuvo de nuevo a pocos centimetros de él.
- Y si lo hiciera de nuevo?... Me detendrias? - susurró lamiendose los labios y mirandolo a los ojos, para después fijarse en sus labios, las ganas de besarlo eran altas. El ruso tragó saliva y su respiro empezó a entrecortarse, era obvio que tambien queria besarlo.
La presencia del pequeño hacia que encendiera esa pasión que nunca habia sentido. Cuando sus labios estaban por tocarse, el de cresta se alejó y sonrió victorioso, queria solo provocarlo y desmentir lo que habia dicho y efectivamente Volkov como un pececito habia tomado del anzuelo, habia caido en su trampa.
- Quiere que le diga porque estamos aqui o va a continuar con su jueguito? - cambió de tema y Horacio tornó serio y asintió con la cabeza.
- Como inicio esto... - suspiró y observó a Horacio, el cual lo miraba atentamente. Era algo dificil de entender y queria encontrar las palabras adecuadas.
- Nos encontramos en una especie de simulación, como si tuvieramos una misión por realizar y como viste no podemos morir, si ellos... - señaló al cielo y continuó.
- Si ellos no lo deciden, porque controlan nuestros movimientos, nuestras palabras, somos como marionetas y poco a poco estan creando una historia y nosotros somos parte de ella. Nadie se da cuenta, yo llevo meses en esta mierda. - dijo tristemente.
Volkov habia despertado hace un par de meses, tras la muerte de su mejor amigo y otro ofical del cuerpo nacional de policia. Horacio aún se encontraba desconcertado, intentaba procesar toda la información que le estaba dando Volkov.
Era dificil de entender pero resolvia muchas dudas que tenia cada dia. Del porque a veces queria ir a un lugar y simplemente se distraia y no lo hacia.Pequeñas cosas como el color del auto, en el mecánico quiso escoger un color, pero terminó diciendo otro.
A veces queria mandar a la mierda a Gustabo y Conway, pero simplemente no podia o no se lo permitian. - Hasta cuando estaremos asi?... Es algo dificil de procesar... - preguntó el joven con un leve tono de tristeza.
- Ya se lo dije, hasta que ellos no lo decidan, somos los unicos que nos hemos dado cuenta, tanto como Conway, Gustabo y los demas, no se percatan de esto... - dijo señalando a su alrededor.- Y solo nos toca esperar -
Se giró a ver los edificios de Los Santos, al sentir la brisa fria en su rostro cerró los ojos. Habia estado mucho tiempo solo, creyendo en que se habia vuelto loco, pasó muchas noches de insomnio, una lágrima bañó su rostro.
- Intentemos salir de esto - suspiró Horacio y timidamente tuvo el valor de coger la mano del Comisario, él cual se sorprendió al tacto, pero no obstante se detuvo a observarlo y no se alejó de él. Sus miradas se cruzaron y las palabras sobraron, quizás la vida les tendria algo preparado, al momento solo se tenian el uno al otro y con las manos entrelazadas, pensaban si era lo correcto.
Si lo que sentian era de verdad o si seguia siendo parte de la historia y aún eran controlados.
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CUANDO LAS LUCES SE APAGAN, YO VIVO
FanficDonde Volkov y Horacio viven en un mundo donde no pueden controlar sus acciones, pensamientos porque son controlados da fuerzas externas.