- Me llamo Viktor... Viktor Volkov - se presentó sin apartar los ojos del chico de cresta, mantenia una mirada fria que hacia inconscientemente estremecer el cuerpo de Horacio, pero no obstante fuese un hombre que a simple vista intimidaba, era atractivo.
- Como sabe mi nombre? - preguntó dando un paso hacia atras y tocandose la cabeza.
- Quien eres? -
- Porque la ciudad esta vacia? -
- Estoy muerto? -
Soltaba muchas preguntas por segundo, se tocaba la cara repetidas veces y empezó a caminar en circulos, ese pequeño espectaculo hizo que el ruso soltara un pequeña risa y se encendiera un cigarro. Tal acto no pasó desapercibido de Horacio y hizo que se enojara aun más.
- Disculpa, te causo gracia? Porque yo no veo nada de gracioso - comentó indignado, mientras observaba a Volkov.
- No estas muerto Horacio. Estas más vivo que nunca - dijo poniendose serio nuevamente, dio una última aspirada a su cigarrillo y volvió a mirar a Horacio.
- Te haré ver algo - se dirigió rapidamente al bordillo del edificio, Volkov miró hacia abajo y volteó para mirar al de cresta, él cual se encontraba desconcertado y temia por lo que estaba apunto de hacer.
- Ten cuidado no te vayas a... Pe...pe...ro que cojones? - Antes de soltar la última palabra Volkov cerró los ojos y dejó caer su cuerpo al vacio. Horacio se quedo inmóvil por algunos segundos intentando entender lo que acababa de presenciar.
- Que cojones Volkov? - corrió hacia el bordillo sin pensarlo dos veces, tenia miedo de lo que podia encontrar. Si antes no entendia nada, ahora peor. Creia que todo era un sueño, no podia estar pasando.
Se asomó y tuvo un pequeño mareo ya que sufria de vértigo, por un momento casi se cae tambien él, si no fuese porque alguien lo aferró del brazo y lo atrajo hacia él.
Horacio cerró los ojos y alzó lentamente la mirada encontrando al hombre que hace pocos segundos se habia lanzado del quito piso del edificio. Y se encontraba de lo más tranquilo, con una sonrisa de oreja a oreja y sobretodo vivo.
- Que mierda? que mierda? - Horacio se alejó rapidamente del agarre.
- No me siento bien - empezó a tambalearse y se sentó en el suelo tapando su cara con sus manos.Lo que acababa de ver no podia ser real, pensaba en que seguro estaba teniendo una pesadilla.
Volkov al verlo en ese estado, dejó de sonreir, sintiendose culpable. Creyó que asi podia ayudar a cesar sus dudas, pero lo confundió aun más.La verdad que era una idea de mierda, pero ya estaba hecho, no habia vuelta atras, haci que intentaria calmarlo.
- Em.. lo siento mucho Horacio... Yo... - intentó tocarle la espalda pero este se alejó. La habia cagado mucho, habia esperado mucho tiempo por él y ahora este ni siquiera queria verlo a la cara.
- Sabes una cosa? - dijo Horacio con una pequeña sonrisa, poniendose de pié y colocandose al frente de Volkov.Volkov se sorprendió al ver el cambio de humor del chico, frunció el ceño y se cruzó de brazos.
- Como esto es un sueño y es Mi Sueño - dijo seguro y recalcando "mi sueño".
- Y pellizcarme no ha funcionado para despertarme, tengo que hacer algo más... - alzó la mirada encontrado los ojos color avellanas de Volkov, que se tenia una expresión confundida.
- Horacio esto no es... - no pudo terminar la frase cuando el más pequeño se puso de puntas y lo acerco a él. - Ademas usted es demasiado guapo - susurró a pocos centimentros de su boca y Horacio sin pensarlo dos veces se lanzó sobre ellos.
Inicialmente Volkov se quedó inmóvil no sabiendo como reaccionar, pero al ver como los labios de Horacio buscaban desesperadamete los suyos, lo atrajo aún más hacia él y se dejo llevar.
Horacio acariciaba suavemente los cabellos del comisario y Volkov a su vez cogió con las dos manos el rostro de Horacio. No sabia porque lo hacia pero le gustaba. Los labios gruesos de Horacio con sus labios delgados eran simplemente perfectos juntos.
Los dos tenian escalofrios y no era por el frio de la azotea, era por la sensación de sus labios juntos y por la pasión que estos emitian.Inconscientemente se iban a enamorar, uno creyendo que era un simple sueño y que besandolo podia despertar y el otro solo dejandose llevar.
Por la primera vez ambos hacian algo que querian. Nadie estaba ahi para controlarlos y tenian que disfrutar cada segundo, porque lo que les esperaba seria algo muy duro de afrontar.
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CUANDO LAS LUCES SE APAGAN, YO VIVO
Fiksi PenggemarDonde Volkov y Horacio viven en un mundo donde no pueden controlar sus acciones, pensamientos porque son controlados da fuerzas externas.