JUNTOS

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Habian pasado varios dias en que las calles seguian apagadas, varios dias en los que Horacio no podia dormir, pensando en todo lo ocurrido. Era dificil de entender pero a la vez resolvia muchas dudas que tenia.

Horacio se encontraba tumbado en su cama, habia pasado esos dias en ella, solo se levantaba para comer algo, ducharse y despues regresar a su comoda cama a pensar. Su cabeza estaba hecha un lio y sus pensamientos lo torturaban. No dejaba de pensar en su pasado, lo que tuvo que sufrir solo porque alguien lo decidió asi, no era dueño de su vida y si decidian que el debia morir? desapareceria para siempre?.

Eran dudas que carcomiman su cabeza, abrazó su almohada y una lagrima resbaló por su mejilla. Tomó su celular, fue a contactos y se maldijo internamente por no haberle pedido el numero a Volkov, se secó la lagrima, suspiró y con las sabanas se cubrió el rostro.

Las horas no pasaban y la luz del dia no salia desde hace cuatro dias, estaba por quedarse dormido cuando un pequeña luz entró por la ventana de su habitación, señal que se estaba haciendo de dia y el show estaba por comenzar.

- Vamos Gustabo sientelo - dijo alegremente Horacio, mientras mostraba sus pasos de baile a su hermano el cual tenia una expresión resignada por cada locura del hermano menor.

Horacio notó como su cuerpo se movia y se maldijo internamente y maldijo al causante de esto. "Enserio un baile?" pensó, era lo menos que necesitaba en esos momentos.

- Horacio, que baile es ese por Dios?... Vamos - bromeó Gustabo mientras abria las puertas de su carro, le hizo una señal para que se subiera y este obedeció. Tenian que ver al Superintendente e informarle todo loque habian hecho esos dias.


- Tenemos que ir a ver al viejo - . comentó mientras hacia marcha atras y marcaba en el GPS la comisaria del sur.

A Horacio le hubiera encantado que Gustabo tambien despertara, aunque era preferible que no, el chico era mucho más susceptible, quien sabe que hubiera hecho. Suspiró y solo asintió, aunque a veces odiaba a Gustabo, no iba a negar que siempre estuvieron juntos y se protegian el uno con el otro, no obstante creciendo Gustabo se volviera mucho mas frio y manipulador, pero que se podia esperar de una persona que creció solo, en parte lo entendia.


Llegaron a la comisaria y se dirigieron al despacho de Conway, se sentaron en sus respectivas sillas y a los pocos segundos entró el hombre de avanzada edad, aunque se negaba a admitirlo, llevaba su usal camisa blanca, corbata y panalones negros, el hombre se percató de la mirada de Horacio y como era de esperarse soltó una de sus tipicas frases.


- Que miras mariconetti, quieres hacerme una paja? - se rió y se encendió un cigarró. Horacio lo miró y pensó el motivo por el cual el viejo de los cojones estaba obsesionado con las pajas, intentó responderle pero obviamente sus labios estaban sellados y se limitó a negar con la cabeza.


- Bueno les voy a presentar a mi mano derecha, tambien estara en este caso. Comisario Viktor Volkov - movió la mano en señal de permiso para que entrara, el Comisario entró al despacho llevaba una camisa color borgoña, pantalones negros y zapatos bien relucientes, imponia respeto a simple vista, era diferente al hombre que Horacio habia conocido en la azotea de la comisaria, este hombre era mucha mas serio.


- Te presento a Horacio y Gustabo - dijo mientras los señalaba. Horacio se sorprendió al verlo y comenzó a sentirse un poco nervioso.


- Priviet caballeros - entró saludando a los dos jovenes y se colocó al costado de Conway, sus ojos con los de Horacio se cruzaron por algunos segundos. Horacio quiso levantarse de la silla pero parecia estar pegado a ella. Volkov no hacia algun movimiento solo se dedicaba a hacer movimientos con la cabeza acatando las ordenes de Conway.

CUANDO LAS LUCES SE APAGAN, YO VIVODonde viven las historias. Descúbrelo ahora