"La nieve comenzaba a caer lentamente, pintando de blanco el paisaje urbano de la ciudad. El teniente Jack Conway se detuvo frente a uno de los bares que solía frecuentar, cruzo la puerta y tomo un lugar al fondo del local. Le hizo una seña al bartender y este no tardó en poner frente a él un vaso lleno hasta la mitad con whisky.
Había dado apenas un par de tragos a este cuando una figura que le pareció familiar entró por la puerta. El teniente resopló y dejó caer la espalda contra el respaldo de su asiento. —¿Qué coño haces aquí? ¿Me estás siguiendo acaso? —Cuestionó de mala gana al recién llegado que sin preguntar se sentó enfrente suyo.
—Lo estaba buscando, teniente.
—Felicidades. Me has encontrado. —Dijo sarcástico dando un trago largo a su bebida.
—No debería beber tanto, ni descuidar su trabajo. Tenemos un caso.
Conway apretó la mandíbula y entrecerró los ojos hasta formar una fina línea, mirando de forma amenazante al contrario. Lo tomó por el brazo y tiro de él con fuerza para empujarlo contra la puerta trasera que daba a un oscuro callejón. Puso su brazo libre contra la garganta del androide y gruño cerca de su cara. —¡No te atrevas a poner en duda mi dedicación al trabajo!
—No era esa mi intención...
—¡Eres un puto gilipollas que no sabe nada de mí! —Siguió vociferando, tan cerca del rostro ajeno que podía ver en sus ojos azules algunas cuantas motas de un verde esmeralda.
—Sé qué se ha puesto duro por estar tan cerca de mí..."Jack Conway despertó de golpe en su cama. Su cuerpo estaba cubierto de sudor y tenía una erección dentro de sus pantalones que le dolía con el simple roce de la tela. —¿Qué coño? —Se preguntó peinando con una mano sus cabellos hacia atrás.
No entendía nada. Pero tampoco quería darle importancia a un simple sueño por lo que se dejó caer de nuevo en la cama y cubrió su rostro con un brazo. ¿Realmente, había soñado con ese puto androide ruso? Sacudió la cabeza cuando la imagen de sus rostros tan cerca el uno del otro volvió a su mente y gruño a la penumbra de su habitación. No era nada, pensó. Tan solo el estrés de tener que lidiar con una puta máquina que no quería en la policía, y mucho menos como compañero.
—Buenos días, teniente.
Jack casi cae de espaldas contra el suelo por la sorpresa de encontrarse al jodido androide fuera de su casa al abrir la puerta. La americana gris y su cabello estaban cubiertos de nieve, lo que significaba que llevaba ya un buen rato ahí afuera esperando. ¿Por qué no simplemente toco a la puerta? Se preguntó.
—¿Qué coño haces aquí? —Pregunto en cambio.
—Le traje café. —Informó Volkov entregándole un vaso grande de café. —Me han informado que tenemos un nuevo caso.
De mala gana Jack tomó el café de las manos ajenas, cerró la puerta y se dirigió a su vehículo. —¿De qué se trata? —Interrogó al estar ambos en el auto y aunque se diría a sí mismo muchas veces que encendió la calefacción porque tenía frío, la verdad era que lo hizo porque ver a Volkov cubierto de nieve le producía un extraño malestar en la boca del estomago.
—Nos llegó un reporte de avistamiento sobre un androide que atacó a su dueño y huyó en mitad de la noche. —Informó Volkov mirando atento al teniente.
—Márcame la ubicación. —Ordenó Conway, evitando mirarlo pues sólo podía pensar en esos ojos brillantes que lo miraban tan de cerca, en su piel pálida, en sus labios que quizás tan cerca como estaban en su sueño había mirado de más.
—El androide es un D-9018, su dueño denunció que el robot lo atacó mientras miraba TV, según el reporte médico recibió un golpe en la cabeza, del lado derecho, con un objeto de orillas redondeadas...
—¿Y no está muerto? —A pesar de ir atento a la carretera Jack escuchó cada palabra dicha por Volkov.
—No lo está. ¿Cree usted que miente?
Conway encogió los hombros, estacionó el auto detrás de una patrulla y bajo de este. —Me parece extraño. He sentido la fuerza que poseen los androides, y estoy seguro que son capaces de matar de un solo golpe. —Externó. Se cerró el abrigo y camino junto a Volkov hasta donde estaban los uniformados quienes le informaron que el androide había sido visto cerca de ahí en un lote abandonado.
—¿Usted cree que la víctima miente? —Pregunto Volkov parando un momento su andar.
Conway se detuvo también y no pudo evitar esbozar una mínima sonrisa al ver la cara de desconcierto de su compañero. Sus expresiones eran tan... —Depende, quien sea la víctima.
Por un momento disfrutó un poco más de mirar la sorpresa y confusión en el rostro de Volkov, las cejas algo juntas sobre el puente de su perfectamente recta nariz que se arrugaba un poco a la mitad, los ojos fijos en ninguna parte, con esas motas de verde que recordaba tan bien, los pómulos marcados en las mejillas, los labios apretados, rosados, del grueso perfecto...
—¡Joder! —Gruño al darse cuenta que no dejaba de mirarle los labios. ¿Qué cojones le estaba pasando? —¡Mueve el puto culo! —Ordenó de muy mala leche.
No lo espero, siguió caminando hasta el lugar indicado, cruzo la cerca de reja y busco entre la basura y los matojos. Demasiado perdido en sus pensamientos iba como para darse cuenta del androide que salió de detrás de unas maderas apoyadas contra la pared.
—¡Teniente, detrás de usted!
La voz de Volkov lo hizo reaccionar justo a tiempo. En un rápido movimiento sacó su arma y apuntó al androide que en vez de atacarlo se dejó caer al suelo de rodillas y se hizo un ovillo rogando que no le hiciera daño. Volkov fue quien se acercó al robot, bajo a su altura, apoyo una mano en el hombro de este y le hablo lento, con una voz que transmitía una inexplicable calma que Jack nunca antes experimento.
ESTÁS LEYENDO
I DON'T HAVE A HEART
Fiksi PenggemarAU - VOLKWAY Dónde Volkov es un andriode enviado a la policía para detener la ola de ataques a humanos por parte de sus congéneres. Basado en los personajes de spainrp; Jack Conway y Viktor Volkov, ambientado en el juego Detroit Become Human. Imagen...