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3 años atrás

Estoy sentada en el asiento de copiloto del Mustang de Leo, es un carro precioso, el olor a cuero inunda mis fosas nasales; la brisa de la noche da de frente en mi cara, el sonido que produce al acelerar es algo que siempre me ha gustado, es como un ronroneo, pero exitante.
Somos los únicos en la carretera, vamos camino a la playa, al fondo puedo ver la inmensidad de la luna reflejada en el mar, parece un espejo, siempre ha sido mi sitio favorito, la calma que sostiene a pesar del vaivén de las olas y lo profundo del azul, la calidez que me genera. Leo disminuye la velocidad al llegar a la orilla, me bajo descalza del carro, me gusta sentir la arena en mis pies, volteo a verlo y le regalo la mejor de mis sonrisas

- Eres preciosa
Se que lo dice de verdad, no tiene por qué adularme no es como si necesitara de mi aprobación, ya he dormido con el
- Gracias
- Es la verdad
Niego con mi cabeza ante su respuesta
- Por traerme a la playa, gracias
Regreso mi mirada a la luna e inhaló profundamente, el olor a sal entra por mis fosas nasales. Me encanta, me siento en paz. Lo escucho caminar hacia mi, está inquieto lo sé, lo confirmo cuando lo escucho hablar.
- Me gustas mucho Maia, lo que pasó ayer - está pensando antes de hablar - no fue la manera, tu mereces mucho más que el asiento trasero de un carro.
Mi ceño se frunce ante tal declaración, volteo a verlo, coloco mi dedo índice en sus labios
- Shhhh no lo digas Leo, fue perfecto para mi, por favor no lo dañes.
Se acerca a mi para plantar un casto beso en mi frente, sus brazos rodeando mi cintura, soy mucho más baja que el y me encanta, mi cabeza roza apenas su barbilla.
- Lo siento princesa, solo que te mereces más
- Mmmmmmmmmm es una oferta para probar otras superficies del Mustang?
Levanto la vista para observarlo, su ceja izquierda está levantada y una sonrisa disimulada en sus carnosos labios de los cuales me declaro adicta
- Maia, estoy hablando en serio
- Yo también!
- Maia, no quiero que seas mi amiga para follar, mereces más princesa
Sus grandes ojos claros me observan
Trago grueso antes de hablar
- No lo dañes Leo, por favor, hay cosas de mi que no te puedo contar, al menos no ahorita si? Yo necesito tiempo para sanar algunas heridas y ayer estando ahí, en el asiento trasero del carro contigo me sentí bien, me sentí en paz, me ayudó a olvidar un poco- me detengo para tomar aire antes de decirlo- yo no puedo ofrecerte más por ahorita Leo, solo eso, para mí fue perfecto, maravilloso, pero no puedo ofrecerte mas- Me está viendo con profundidad, estoy desarmandome un poco, hablando más de lo que puedo, necesito olvidar, yo no puedo decirle a Leo lo que me pasó, no quiero que su mirada cambie si le cuento lo que pasó, no lo toleraria, él no.
Leo no me suelta, me aprieta contra el en un abrazo profundo, cargado de muchas cosas, una sensación de calidez me embriaga, se siente tan bien.
- Entonces, que otro espacio del Mustang te gustaría probar?
Una carcajada espontánea brota de mi, no puedo evitar reirme, buena manera de romper el hielo, bien hecho Leo.
-Mmmm que te parece el capo?

Sus ojos brillan con deseo y con algo más, que no quiero aceptar, tal vez ? Leo enamorándose de mi no es algo que pueda manejar en este momento. No soy digna de su cariño, debo reconciliarme conmigo misma primero para abrirme a alguien más. Los dedos de Leo van a mi largo cabello azabache, antes de besarme de manera profunda, muerde y chupa mis labios, gemidos escapando de mi, su mano subiendo por mi muslo desnudo, viajando por debajo de mi falda, no me ha tocado por completo y ya me siento húmeda, me levanta con ambos brazos, mis piernas enrrollandose en su cintura, me sostengo de sus hombros antes de que gire y camine conmigo encima hasta el carro, para depositarme sobre el capo, le regaló una sonrisa, comienza un camino de besos por mi cuello hasta mi clavícula, su mano terminando de subir mi falda que se encuentra enrrollada en mi cadera, con su pulgar roza mi ropa interior de encaje, le gusta el encaje lo sé, mis gemidos se ahogan en su boca mientras me besa, sus dedos explorando mi sexualidad. Inicia un camino de besos hacia el Sur, plantando besos calientes en mi abdomen mientras va abriendo uno a uno los botones frontales de mi falda, la humedad creciendo en mi interior, al ver el color azul marino de mi ropa interior una sonrisa lobuna se instala en sus labios
- Te dije que te traeria a ver las estrellas princesa y eso haré
No me pierdo la doble intensión de sus palabras, mucho menos cuando su lengua roza mi centro a través del encaje, la sensación me hace gemir, es plancentero, pierdo el rumbo cuando comienza a chupar y morder, pero me niego a cerrar los ojos, hoy me están regalando las estrellas, no me pierdo la infinidad del firmamento mientras Leo hace estragos en mí, no cierro los ojos, no quiero, no me lo permito...p

Tengo que sanar.. Leo me ayudara, será mi escape

MaiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora