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Cuando se despertó, la cama estaba vacía y hacía frío. Parecía como si Namjoon hubiera estado ausente por mucho tiempo. Taehyung se dio vuelta lentamente, se agachó en la cama y cerró los ojos por un rato más. Su cuerpo todavía estaba demasiado débil, porque habían estado ocupados toda la madrugada. Ahora, siente que su cintura y sus piernas están demasiado sensibles y, por lo tanto, se avergüenza de no poderse mover.

En ese momento, la puerta se abrió con suavidad y Taehyung rápidamente fingió estar dormido. Sintió que alguien estaba a su lado, y apretó las sábanas con los dedos... Antes de darse cuenta, su espalda estaba siendo envuelta por algo cálido. Duro, pero muy acogedor... Un gatito comenzó a ronronear en su pecho.

—Mi amor, feliz cumpleaños. — Namjoon se inclinó y besó desde el lóbulo de la oreja de Taehyung hasta la línea de su delgado cuello—. Levántate.

Taehyung se encogió de hombros y apretó al gatito entre sus brazos.

—No me molestes. Me estás picando con tu barba...

Namjoon no hizo mucho más para convencerle, solo sonrió y se acomodó de frente a Taehyung para robarle otro silencioso beso.

—Levántate, un rato nada más. Te esperaré abajo.

Taehyung se sentó con dificultad inmediatamente después de que percibió el silencio, se arregló los botones del pijama y se frotó con suavidad la frente y los ojos... Una vez abajo, caminó por la casa vacía hasta que escuchó un ruido fuerte en la cocina, similar al de platos cayendo sobre el suelo. Se asomó por la puerta y vio a Namjoon, sonriendo de una manera verdaderamente grande.

—¿Qué pasó?

En Namjoon había una exagerada cantidad de harina sobre su delantal que tenía dibujadas pequeñas flores. Traía en la cara una mirada tonta y reía a carcajadas mientras intentaba quitar de sobre la cabeza de un perro grande, un diminuto costal. El perro estaba completamente blanco y todo alrededor de ellos era un desastre.

—Intentaba hacer un pastel.

Taehyung enía todavía al gatito sobre sus brazos, y parecía casi tan asustado como él.

—Eres increíble.

Namjoon camino hacia él, lamió la harina que manchaba la comisura de su boca, y luego abrazó a Taehyung hasta hacerle caer sobre el sofá de la sala de estar. La mano de Namjoon estaba muy caliente, y ella creó su propio camino sobre la cintura de Taehyung a través de su pijama, le frotó suavemente hasta crear una línea imaginaria que conectaba su pubis con la cara interna de su muslo. Taehyung se curvó contra él, y a cambio obtuvo un susurro sobre su boca.

—La harina está toda sobre mí. — Namjoon no lo soltó—. Te voy a compartir un poco.

Sus movimientos no se detienen, y Namjoon entiende que es difícil poner incómodo a Taehyung. Su mente está volviéndose borrosa nuevamente, a pesar de que le funcionó bien para controlar su cuerpo la noche anterior porque tenía miedo de lastimarlo. La técnica y la fuerza que ejerce Namjoon es muy placentera, y los músculos tensos de Taehyung lograron relajarse casi por completo. El masaje se extiende por mucho más tiempo del que esperaba, y Taehyung se siente avergonzado por haber interrumpido a su cocinero especial...

—Me siento mal por ti... Estabas muy concentrado. ¿No es cierto que el pastel todavía no está listo?

Taehyung se levantó del sofá y fue directamente a los brazos de Namjoon para darle un último beso. Namjoon no dijo mucho, y frotó suavemente el costado de Taehyung con la palma de la mano. Finalmente se levantó. Caminó dos pasos hacía la cocina y de repente recordó lo que iba a mostrarle.

Los 10 años en que más te amé Donde viven las historias. Descúbrelo ahora