La desfachatez y la desesperación habían provocado que peculiarmente en mi cabeza se armara un cúmulo de preguntas sin respuestas que me daban cierta ansiedad, porque ciertamente la conversación de ayer en la noche con Jaehyun no había terminado del todo bien. Sus gritos me obligaron a mantenerme en una posición incomoda sobre la cama, con su cuerpo presionándose contra el mío. Hacía meses nuestra vida sexual se había reducido en un cien porciento por varios motivos que ni siquiera me había dado cuenta. Mi exceso de trabajo había provocado que Jaehyun se alterara de sobremanera por mi distante comportamiento monótono, llevado a mi rutina tajantemente cuadrada, y siendo sincera nunca hubiera imaginado que lo que sucedió ese día me llevaría a la ruina, a la desesperanza que sentía por el amor, ya que hace unos días pensaba que ese hombre, el que todas las noche solía estrecharme sobre su pecho sería el amor de mi vida hasta la muerte y más allá. Había dado todos mis méritos para que él se sintiera de la misma forma que yo lo hacía, pero esa noche, por primera vez en los cinco año que llevábamos de matrimonio, abrí los ojos; y sentí una gran sorpresa al darme cuenta que mis ojos que únicamente tenía para él nunca fueron los únicos, y sus ojos no solo me miraban a mí.
—¿Podrías recordar cuándo sucedió?
Mis ojos recorrieron la habitación un par de segundos antes de poder mirar a la mujer frente a mí, con una mirada ligera, casi con la pena y la vergüenza que era tenerme a mí llorando por un hombre que días atrás llamaba con la muletilla genérica de "amor". Ella era la primera psicóloga a la cual recurría y, personalmente, la terapia era una mierda.
—Fue hace dos días... En nuestra casa.
La observé anotarlo de inmediato en una hoja totalmente blanca en donde mi nombre era el principal escrito, entonces solo cuando terminó de escribirlo me dirigió la mirada nuevamente con un poco más de seriedad.
—¿Recuerdas cómo sucedió? —me escrutó con sus orbes intentando atrapar mi mirada, suponía que lo hacía para ver cómo me sentía para responder sus preguntas. Con solo verla sabía que no era la primera ni la última que recurría a su profesión con tal de superar tal dolencia que me tenía hasta la fecha incrédula.
Me detuve a pensar mi respuesta unos segundos. Recuerdo que ese día me sentía horrible físicamente y lo único que quería era recostarme en aquella cama matrimonial en el centro de lo que fue nuestro dormitorio por alrededor de cinco años. La nostalgia que sentía en ese momento me hizo cerrar los ojos solo para ensimismarme en la posibilidad de que esto era una pesadilla de la cual quería despertar cuanto antes. No obstante cuando atiné a abrir mis ojos, me hallé nuevamente en la cuadrada habitación de la consulta.
—¿Se refiere a la discusión que tuvimos? —la pregunta esta vez la hice yo, puesto que me había distraído y no quería responder algo que no me había preguntado que además de que me sentía desesperada por respuestas.
—Sí, ¿Cómo empezó? —me preguntó con expectación, presionando todavía el metal del bolígrafo entre sus dedos. Di un suspiro y me adentré en los recuerdos que tenía sobre ese día, esa noche. Mis ojos picaron en un momento y creí que lloraría otra vez, pero me distraje mirando el reloj a un costado del escritorio de la mujer que tenía sus ojos clavados en cada acción que hacía, intentando estudiar mi comportamiento y la gravedad de mi asunto.
—Creo que comenzó cuando Jaehyun comenzó a tocarme y le dije que no —murmuré bajando la mirada hacia mis pies. Era difícil para mí incluso recordar su reacción luego de haberle dicho que se detuviera; ese día, por primera vez había conocido a Jaehyun furioso y eso en su momento me descolocó, porque no solo estaba gritando, sino que también me tenía a su merced sobre la cama —, se molestó, se abalanzó sobre mí y me dijo que ya no era como antes, me acusó de haberle hecho infiel y luego me pidió el divorcio.

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𝑰𝒏 𝒕𝒉𝒆 𝑹𝒂𝒊𝒏 𝑻𝒐𝒈𝒆𝒕𝒉𝒆𝒓 | 𝑲𝒊𝒎 𝑻𝒂𝒆𝒉𝒚𝒖𝒏𝒈 +18 ©
Fanfiction•+18 | ¡Enjoy it! Una tarde bajo la lluvia, sus almas se reencontraron. Su silueta parecía, entre todas, la más oscura, la más herida. Proyectaba el gris del cielo y sus ojos la peor combinación de grises. Kim Taehyung llevaba consigo un pesado para...