Había pasado más de medio día desde que Anna, sin ninguna compañía, salió a buscar a la reina con el propósito de hacerla entrar en razón y detener el invierno... Desde ese entonces, la princesa seguía en su búsqueda, pasando por un inmenso bosque que rodeaba su reino, percatándose de que era ya el medio día debido a la posición del sol sobre el cielo.
—¡¡ELSA, DONDE ESTÁS!! —Gritaba a todo pulmón la princesa, montada en su caballo mientras avanzaban sobre toda la nieve que creo su hermana. —¡Elsa soy yo Anna, tu hermana que no quería hacerte congelar el verano!
Continuó sin recibir respuesta alguna, solo escuchaba el movimiento de la nieve que producía el andar de su caballo, al igual que no era capaz de distinguir entre tantos árboles a alguna persona que podría estar merodeando por ahí mismo.
—Aunque de haberme dicho la verdad esto nunca hubiera sucedido... —Murmuró para si misma, desviando su mirada a todos lados. —¿Qué astuta no? jajaja.
Sin percatarse, una pequeña cantidad de nieve cayó frente a ella, provocando que su caballo relinchara y se pusiera en dos patas debido al susto, aventándola de su lomo hasta caer bajo un árbol doblado por la nieve acumulada que tenía.
—¡ALTO, ESPERA! —Gritó a su corcel al ver que este se marchaba asustado hacia el lado de donde provenían, hasta que por desgracia lo perdió de vista, siendo imposible poder seguirlo a su misma velocidad para recuperarlo —Ay no...
Sabiendo que ahora no contaba con su caballo, trató de ponerse en pie sujetándose del árbol, pero al jalar de este toda la nieve cayó encima de ella, pareciendo que la naturaleza se burlaba en su cara.
Siguió caminando sin detener ni por un momento su andar, sin siquiera haber comido o tomado algo antes de partir, y fue hasta que la noche hizo presencia, que sintió su estómago rugir ferozmente, como si no hubiera consumido alimento desde hace meses.
—Nieve, tenía que ser nieve —Empezó a reclamar mientras subía una cuesta con dificultad, abrazando sus brazos para poder recibir calor —No podía ser... magia tropical que... Cubriera con arena blanca los fiordos y con un cálido...
Al levantar un poco la vista, al estar encima de la colina, observó a lo lejos un hilo de humo ascendiendo por el cielo, tratándose probablemente de la chimenea de una casa.
—Fuego... Murmuró entre risas.
Se dispuso a acercarse y pedir hospedaje en el lugar, pero al avanzar unos cuantos pasos toda la nieve debajo de sus pies se derrumbó, cayendo a gran velocidad hasta caer sentada sobre un pequeño arroyo, sintiendo más frío debido a la baja temperatura del agua...
—Vaya suerte la mía... —Murmuró con ironía.
Al levantarse con dificultades apoyándose en unas rocas, empezó a caminar con dificultad y de manera extraña, debido a que su vestido se congeló por el agua, evitándole moverse con normalidad.
—Frío, frío, frío, frío, frío, frío, frío...
Al acercarse cada vez más al lugar de donde provenía el humo, observó una enorme cabaña hecha de madera, que lucía muy lujosa desde fuera, y al subir torpemente por las tres escaleras que llevaban a la entrada, golpeó con poca fuerza un cartel colgando sobre ella.
—"Tienda del errante Oaken..." —Logró leer las letras talladas en la madera, hasta que otro puñado de nieve cayó, mostrando otro cartel más pequeño —Y... ¿"Bar"?.
Anna se quedó confundida; Le pareció muy extraño que un lugar tan grande y llamativo estuviera en medio de tanto árboles. Tal vez para ayudar a la gente perdida como ella en ese momento... Pero antes de entrar observó que a su alrededor habían unos cuantos trineos sin sus dueños, que probablemente estaban dentro.
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AMOR DESCONGELADO
Fiksi PenggemarEl bello reino de Arendelle está a punto de tener una nueva reina, una misteriosa chica que pasó toda su vida encerrada junto a su hermana entre las paredes del gran castillo. Todo parece que marchará bien el día de la coronación de Elsa, pero... ¿Q...