Pretty boy

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N/A: Por si algunos se preguntan como se vería Hank en esta historia, cuando escribo veo a este Clancy Brown joven.

Vamos a relajarnos un poco con las escenas subidas de tono y hoy, veremos como le van las cosas a Hank.
Disfrutad de la historia.
¡Nos leemos más tarde!✨

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El mayor entre abrió los ojos, mirando el techo de su habitación.
Se quejó un poco, soltando un suspiro y se frotó la cara.
Fue a sentarse en la cama cuando escuchó unos ruidos provenientes de la cocina, se quedó completamente congelado en su lugar.
Escuchó pasos, así que decidió cerrar los ojos y hacerse el dormido. ¿Por qué? Ni el mismo lo sabía, podrían estar robándole perfectamente.
Lo raro fue que Sumo no ladró en ningún momento.

Notó como la persona entraba a la habitación y se sentaba en la cama, escuchó el sonido de cubiertos chocar entre si. La persona se acercó y acarició sus mejillas.

- Vamos profesor, sé que está despierto~ - aún con los ojos cerrados, notaba como su alumno sonreía, podía apreciarlo por su tono de voz. Abrió los ojos, algo atónito.

- ¿Walker? ¿Qué haces aquí? - preguntó sentándose en la cama.

- ¿No se acuerda? - el castaño se acercó al mayor, gateando y se sentó sobre sus piernas con una sonrisa. - Le mandé el trabajo y... Sin querer me descubrí por Tinder.

- Me preguntó por curiosidad qué tenía que hacer para la universidad y se lo dije... - suspiró y le miró con los ojos llenos de inocencia.
Colocó sus manos blanquecinas en sus hombros para rodear su cuello y acariciar su cabello, sonriendo con suavidad. - No me creyó y me citó en su casa..

Esto no podía estar pasándole a él.
Por una parte estaba aliviado, por que Connor siempre le había parecido atractivo.
Pero por otra parte eso estaba mal, ya que era su maestro.

- ¿Y te dejé entrar sin más? No recuerdo nada de eso...

Connor rio dulcemente, dejando sus manos caer con suavidad en el pecho del mayor, le besó la mejilla.

- Se encontraba mal y le ayudé. Me quedé para cuidar de usted — susurró. El rubio notó un escalofrío recorrer toda su espalda. - Si le preocupa que le diga a alguien todo lo que le dijo a Conejito no se preocupe, es un secreto - le guiñó el ojo y alejó sus manos de su cuerpo, Hank soltó un suspiro, casi a forma de queja.
¿Por qué hacía eso? ¿Es que era un adolescente con las hormonas revolucionadas o qué?

- Entonces... ¿Cuándo hablaba con ConejitoAzul... Hablaba contigo? - preguntó algo dudoso.

El menor asintió con una pequeña sonrisa.

- Yo siempre supe que era usted. Siempre me he sentido atraído...

- ¿Por qué me sigues tratando de usted? - ya ni sabía qué estaba diciendo, su boca funcionaba por sí sola.

- Uy, lo siento, no sabía que te molestaba - le sonrió más ampliamente. — Bueno, viendo que aún estás procesándolo... Te he traído el desayuno. - se levantó de sus piernas y se sentó a su lado, ofreciéndole la bandeja. Se levantó y se dirigió a la puerta.- Ah, casi lo olvidaba. -se acercó de nuevo y le besó en los labios. - Cómete el desayuno y... luego te comeré yo a ti ~♡ -dijo, aún sonriente. Le guiñó el ojo y salió de la habitación.

──❀•❀──

Se despertó sobresaltado, sentándose rápidamente en la cama algo agitado.
La habitación estaba solamente iluminada por la poca luz del sol que entraba por la ventana, y no había ni rastro del menor.

¿Profesor? [SIN TERMINAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora