Lubricant Mistake - Kagehina

🍒 Four 🍒

Tobio sin poder resistirlo más se retiró la toalla, dejando expuesto su miembro, que pedía atención urgentemente a los ojos del contrario. Hinata al ver tal escena, se levantó y dió un determinado empujón a Kageyama, dejándolo recostado en la cama, para el avanzar gateando hasta quedar a la altura de la entrepierna del más alto.

Acercó su mano al miembro palpitante de su pareja y comenzó a masturbarlo, primero con movimientos suaves y lentos, para poco a poco incrementar la velocidad dando pase a caricias rápidas y constantes, sonidos guturales y de satisfacción escapaban de la garganta de Kageyama.

La palma de Shoyo era firme pero suave, su muñeca giraba ligeramente entorno al falo de Tobio y hacia presión en los lugares adecuados, la sensación era simplemente adictiva e increíble.

Se detuvo antes de que el pelinegro pudiera terminar, dándole pase libre para continuar.

Kageyama volvió a sentarse y recostó al más bajo nuevamente, lo beso y procedió a sacar un condón de la caja que tenía en su mochila, se lo puso lo más rápido que pudo y sin prestarle mucha atención al tubo de loción que sacaba de la mochila, hecho una generosa cantidad en sus dedos, para proceder a dilatar la pequeña entrada de su rayito de sol.

Introdujo el primer dedo y comenzó con movimientos circulares. Hinata solo un gemido ahogado al sentir algo moviéndose en su interior, pequeñas lágrimas se asomaron por sus ojos, dolía un poco, pero podía soportarlo.

Kageyama al ver la reacción del menor, se acercó a él y lo beso, buscando aliviar un poco el dolor.

—¿Estás bien? —pregunto preocupado, a la pequeña mandarina.

—S-sí estoy bien, no pares.

Después de esas palabras Tobio se separó e introdujo un segundo dedo en la estrecha entrada del pelinaranja; con ambos dedos estimulaba desde dentro la próstata del más bajo, provocando que el de ojos chocolate arqueara su espalda soltando un gemido en voz alta, seguido de varios espasmos.

Hinata sentía como los dedos de Kageyama se hacían paso en su interior, provocándole una sensación extraña, algo que de hecho no había sentido antes. Ni siquiera cuando lo hicieron por primera vez.

El armador sin esperar más introdujo el tercer dedo en el interior de su pareja simulando embestidas. Hinata tembló un poco ante el tacto, pero esta vez no sintió nada, ni dolor ni placer. Esto se le hizo raro al más bajo, que trataba de hallar una explicación lógica a lo que estaba pasando, pero la imagen de Kageyama, dilatando su entrada de esa forma tan malditamente atractiva, no lo dejaba pensar con claridad.

Cuando el más alto vio que ya estaba listo lo beso, adentrando su lengua en la boca contraria, empezando una pequeña batalla que el anaranjado iba perdiendo.

—Mhnm —suspiró en medio del beso el rematador. Kageyama sin esperar más alineo su miembro con la entrada del pelinaranja.

—Hinata voy a entrar —aviso acercándose al más bajo y posicionado las piernas de este en sus hombros.

—Espera Kageya... —y en menos de lo que el pelirrojo espero, el más alto ya estaba dentro de él.

Estaba dentro de él y no lo sentía.