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A la mañana siguiente, tras haber pasado una tórrida noche de pasión, cuando Jungkook se marchó a la base, sonó el portero automático de la casa. Minnie, que estaba sentado mirando un correo en su portátil que su representante Max le había enviado de la Paramount Pictures, se levantó y al abrir la puerta, las hermanas de Jungkook entraron como una tromba en la casa. Al verlas sonrió. Él tenía razón. Ya estaban allí.

Menos mal que llevo la peluca y todo lo demás pensó al verlas.

—Hijo de mi vida, anoche nos dejastes preocupadas. Ese hermano mío a veces se comporta como un cromañón —murmuró Jihyo mientras le plantaba un par de besazos en la cara. —Hola guapo —saludó Sana y después Momo que lo besuquearon una tras otra.

Entraron directamente en el salón, se quitaron los abrigos que dejaron sobre una de las sillas mientras Minnie buscaba rápidamente con la mirada las gafas y se las ponía.

—¿Qué tal? ¿Todo bien? - preguntó Jihyo con una gran sonrisa.

—Si bien ... —respondió Minnie.

Sana sentándose con su bebé en los brazos, miró al joven moreno y sin darle tiempo a pensar sonrió abiertamente,

—¿De verdad que todo va bien entre Jungkook y tú?

-Si.

—¿Pero Todo ... todo? —Insistió Momo.

Minnie volvió a «asentir. —Pues si.

—Uff ... ¡Cuanto me alegro! —contesto Jihyo cogiéndolo de la mano para sentarlo a su lado—. Anoche cuando los vimos a los dos discutir pensamos ¡Oh ... oh ... la que se va armar! Parecían muy enfadados. Pero vamos, por lo que vemos habéis hecho las paces ¿verdad?

Al recordar aquel momento Minnie sonrió y entendió el porqué de las preguntas.

-Si. Tranquilas. Ya está todo solucionado.

—Sí, benditas reconciliaciones. Aún recuerdo yo cuando mi Lolo y yo nos reconciliábamos tras una de nuestras tontas trifulcas. Su manera de mirarme y como luego me sonreía, me volvía loquita perdida.

Momo, divertida por el chorreo de palabras de su hermana mayor, miró a Minnie y le guiñó el ojo. Ambos sonrieron.

—Por cierto Sana sacándose un pecho para dar de mamar al bebé—. Nos ha dicho Momo que eres personal shopper. Qué trabajo más alucinante, ¿no?

Vaya ... como vuelan las noticias pensó Minnie.

—Joder, Sana ... ¿tienes que sacarte la teta en cualquier lado? Ayer igual. Estábamos en el médico y ¡zas !, teta fuera.

—¿Qué quieres que haga si le toca comer ahora? —Se defendió Sana—. Piensa que ahora soy como una central lechera. Produzco y debo suministrar si no quiero explotar, y no me apetecía sacarme la leche con la máquina me regalastes —rio al recordar el sacaleches que utilizaba para dejar a su bebé cuando salía.

Jihyo sonrió ante las ocurrencias de sus hermanas y trató de reconducir el tema.

—Ay, hija, yo porque me explicó Sana qué era eso, porque no tenía ni idea de que existiera un trabajo así.

¿En serio que trabajas yendo de compras? -Si.

Con gesto indescifrable la curiosa hermana de Jungkook volvió al ataque.

—¿De verdad que otros te pagan para que tú les vistas y les aconsejes sobre qué es lo que mejor les queda? -Si.

—Se lo dije, pero no me creyó —cuchicheó Momo, observan do con curiosidad el portátil color blanco de última generación que había abierto sobre la mesa.

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