Cap II

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El rey Fergus salió como una bala, buscó a sus fieles súbditos y lo acompañaron hasta el puerto:
-¡Julius! ¡¿Has visto a mi hija?!-Gritó desesperadamente.
-¡Su majestad! Su hija vino y dijo que usted y la reina le ordenaron tomar un viaje de inspiración por estar muy tensa últimamente. Tomó el barco rumbo a Suiza y salieron hace muchas horas mi rey.
-¡¿Un viaje de inspiración?! ¡¿Qué demonios?!
-Lo siento su majestad, ella me aseguró que ustedes la habían mandado y que ya sabían de esto, hasta me pidió que llevara a su caballo al establo porque no podía llevarlo.
-¡Demonios! ¡Y esta maldita tormenta me preocupa más!-Tomó su cabeza con desesperación.-¡Tomemos un barco y salgamos inmediatamente!
-Pero señor, la tormenta es demasiado fuerte, no podemos arriesgarnos a tener un accidente.-Dijo uno de los acompañantes, el rey se quedó pensando unos segundos.
-Tienes razón, saldremos en cuanto pase la tormenta. ¡Vámonos!-Volvieron al castillo todos y el rey subió con su esposa y le explicó todo:
-¡Dios! Ojalá mi hija esté bien. Pero ¿qué demonios pensaba?
-Calma Elinor, la encontraremos. Saldremos en cuanto la tormenta pase, aún faltan unas horas para que amanezca.
-Ya no podré dormir de la preocupación.
-Te entiendo, cariño, yo tampoco podré dormir.-Abrazó a su esposa.
Pasaron más horas y emprendieron la búsqueda por el inmenso mar; cuando pasaron por el lugar del accidente, sólo vieron algunos vestigios de la nave y alguna ropa de los tripulantes, pero entre esa ropa distinguió un vestido de su hija y unas cuantas flechas flotando en el agua, fue entonces que temió lo peor...

Arendelle
-Elsa, iré con Kristoff a dar un paseo. No tardo.
-Está bien Anna.-Contestó la reina sin mucho interés mientras revisaba algunos papeles.
La princesa, su novio y el fiel amigo de este, Sven, caminaban por las calles del reino de Arendelle conversando alegremente:
-Cielo, tengo ganas de comer un helado.
-Tienes por hermana a un cubo de hielo jajaja.
-Pues sí pero a ella no me la puedo comer, además creo que tendría un sabor amargo jajaja.-Ambos rieron por el comentario.
-Vamos por uno amor. Luego si quieres podemos ir al muelle a caminar, creo que Sven se divertiría.
-¡Sí!-Contestó ella dando un salto y aplaudiendo. Se acercaron a una heladería y entusiasmadamente comenzaron a comérselo, le compraron uno también al lindo reno y se dirigieron hacia el muelle, ahí se sentaron en la arena.
-Kris ¿cuántos hijos quieres tener?-Espetó la princesa de repente a su novio.
-¡¿Q-que cómo?!-El joven rubio se atragantó con su helado.-¿Hijos? Ehmm, pues, no lo sé, lo veremos después preciosa. ¿Te parece?
-Claro cielo. ¿Quieres que vayamos a caminar un poco?
-Sí, vamos.-Se levantaron y comenzaron a caminar en la arena tomados de la mano y con Sven a un lado de ellos; avanzaron unos metros cuando a lo lejos vieron que algo acercaba el mar hacia la orilla, ambos se quedaron viendo aquello y cuando por fin estuvieron un poco más cerca se dieron cuenta de que era una persona:
-¡Kristoff! ¡Es una chica!-Gritó sorprendida la princesa, su novio de inmediato se metió al mar y nadó para sacar a esa desconocida joven, la recostó en la orilla y revisó sus signos vitales:
-Tiene el pulso muy bajo y está helada, supongo que llevaba unos segundos boca abajo en el agua y demasiado tiempo dentro de ella.
-Debemos llevarla al castillo, el hospital está del otro lado de la ciudad.
-Pero el castillo siempre está frío por tu hermana.
-Mi cuarto es más cálido, ahí estará bien. Pero vámonos ya.-El rubio cargó a la jovencita y la puso en la espalda del reno, se subieron también él y ella  y salieron disparados hacia el castillo.
Cuando llegaron, de inmediato ingresaron cargada a la chica, Anna empezó a llamar a todos los sirvientes y subieron frazadas y cobijas a la habitación de ella y Elsa al escuchar el alboroto salió de una habitación, una especie de despacho y se dirigió al cuarto de su hermana:
-Anna ¿qué es todo este alboroto?
-Kristoff y yo fuimos a caminar al muelle y... Y vimos como la marea traía consigo algo, y cuando nos fijamos bien... ¡Vimos que era una chica inconsciente!-Le contestó nerviosa y un poco alterada.
-¡A ver cálmate! ¡¿cómo que una chica?! ¡¿Está bien?!
-Sí, sólo inconsciente, helada y con el pulso muy bajo.
-¿Y a eso le llamas bien?
-Al menos está viva.
-¿Dónde está?
-En mi cama.-La reina lentamente se acercó  y la vio con la ropa empapada y muy pálida.
-Tenemos que quitarle toda esa ropa mojada y meterla a la bañera con agua un poco caliente.-Las chicas comenzaron a quitarle el vestido y no se percataron que ahí seguía Kristoff, pero cuando la cuñada de este lo vio, lo sacó casi a patadas de ahí. Terminaron de desvestirla totalmente y Elsa al verla así sintió como un extraño calor comenzaba a emanar de ella, pero de inmediato volteó su cara  y ordenó que prepararan la bañera, la cargaron entre las dos y la metieron, la princesa le sostenía la cabeza para que no fuese a hundirse, su hermana mayor sólo observaba a la pelirroja chica, le parecía extrañamente hermosa; de pronto vieron como el agua se tornaba un poco roja, se acercó y vio que tenía varias heridas en el cuerpo y una grande en la cabeza:
-Demonios, está herida.-Susurró la rubia.
-Rapunzel puede curarla. ¿Sí vendrá mañana?
-Sí, a primera hora llegará, ya está en camino.
-Perfecto.-Ambas volvieron a posar su mirada en la joven...

Amor Entre Polos Opuestos (Fuego y Hielo). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora