Cap X

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Cap X

La ojiazul colgó y cuando estaba dispuesta a volver, alguien la tomó del brazo y la hizo voltear rápidamente, quedó estupefacta al ver quien estaba ahí, lo vio, parado justo frente a ella, con esa cínica e idiota sonrisa de "seductor". ¿Cómo pensaba que podía enamorar con esa horrible mueca?

-Hola, su majestad.-Saludó hipócritamente sin perder su gesto.

-¿Q-qué haces aquí? ¿A caso no te veté del reino?-Le dijo sorprendida.

-Qué bella forma de recibir a los viejos amigos.

-Tú nunca fuiste amigo de nadie. ¿Qué quieres?

-Verás, te tengo una propuesta.

-Contigo no quiero nada.

-Te conviene.

Hubo silencio.

-¿De qué se trata?

-Mira, yo se que tú y la rebelde tienen una relación, y si no quieres que el mundo se entere de eso te vas a tener que casar conmigo, reinita.-Le dijo quitándole un mechón de cabello.

-¡¿Qué?! ¡Por supuesto que no!

-¿Ah no? Si no aceptas puedo hacer que encierren a tu noviecita de por vida y a ti que te destituyan y te destierren. ¡Ah! Y también le haré la vida de cuadritos a tu linda hermanita. Y sabes que no quieres eso.

Hubo otro silencio, amaba a Mérida y a su hermana y no quería que les hiciera daño, así que con todo el dolor de su corazón terminó por aceptar.

-Está bien, acepto.

-Sabía que tomarías la decisión correcta.-Se abalanzó a besarla, pero ésta no le correspondió.-Nos casamos en 2 semanas, tienes 3 días para anunciar nuestro compromiso.-Dicho esto se fue dejando a Elsa hecha un mar de lágrimas, había tomado la peor decisión de su vida pero era por el bien de su amada y el de su hermana; cuando se calmó un poco volvió al comedor y comenzó a beber, todos notaron esta acción y voltearon a verse unos a otros, así se la llevó un rato, copa tras copa, ni siquiera probó la comida.

-Elsa, amor ¿qué te pasa?.-Le preguntó preocupada la pelirroja.

-Nada cielo. Estoy bien.

-¿Segura?

-Sí.-Agachó la mirada, se quedó en silencio unos momentos y de repente se levantó y jaló a Mérida sacándola se ahí, la llevó hasta su habitación y cerró con seguro, ambas se quedaron viendo y la rubia avanzó hacia la pelirroja y la empezó a devorar, se desnudaron con desesperación y avanzaron hasta la cama, la reina aventó a su princesa al colchón y se puso encima de ella sin dejar de besarla, succionaba su lengua y la mordía del labio inferior, le acariciaba las piernas y ahora era ella quien le besaba el cuello, la pecosa le apretó el trasero y un leve gemido se hizo presente, de pronto se dieron vuelta y quedaron al contrario. Se observaron unos segundos y volvieron a besarse, esta vez las caricias se tornaron más eróticas, Mérida pasaba su lengua por los senos de su novia y, por primera vez, se atrevió a tocarle su sexo, lo sintió bastante húmedo y Elsa soltó otro gemido más alto ante el contacto, cosa que excitó más a la princesa y comenzó a estimularla, la rubia clavaba sus uñas en la espalda de su amada sin parar de gemir, de pronto se detuvo y la reina la observó:

-¿Qué pasa amor?-Preguntó agitada.

-¿Eres...-Guardó un poco de silencio.

-¿Virgen? Sí

-¿Estas segura que quieres que sea yo?

-Sólo si tú también quieres que sea yo tu primera.

-Claro que sí.

-Entonces hazlo.-Le sonrió y la besó, lentamente iba introduciendo dos dedos en ella.

-Mírame, se que duele pero mírame.-Ésta le hizo caso y la observó, la pelirroja sintió una pequeña barrera y supo que no había vuelta atrás, así que terminó de introducirse lentamente y notó como algo se desprendía y un líquido caliente le recorría los dedos y caía a la cama; la ojiazul soltó un quejido de dolor y apretó los ojos, ahí lo supieron, su virginidad había quedado ahí y se sintió feliz de que haya sido su princesa y no el imbécil de Hans.

-No te muevas.-Pidió con dolor la rubia.

-Tranquila, no lo haré.-Volvió a besarla, bajó a su cuello y de nuevo a sus senos, trataba de excitarla para que olvidara el dolor que estaba sintiendo, poco a poco el dolor disminuía y comenzaba a mover sus caderas y supo que ya lo peor había pesado así que comenzó a sacar sus dedos y volverlos a introducir, primero lento para no lastimarla y luego aumentó la velocidad. Esa noche fue inolvidable, ambas se entregaron a su amor sin descanso. Mérida no sabía lo que 2 días después iba a pasar...

Amor Entre Polos Opuestos (Fuego y Hielo). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora