Devuelta al presente...—Un placer conocerle —escuchó por primera vez la voz del desconocido.
—El placer es mío —contestó sin enfrentar el escrutinio de su mirada. Mostraba un interés especial en su persona; lo percibía en la furtividad de sus atisbos, en la ligereza con la que sus labios se le mostraron, en la manera en que le reverenció apenas agachando la mirada.—Me retiraré, está a disposición esta casa pues es suya, con permiso —habló Hajime haciendo una reverencia.
Se fue en silencio para sellar el encuentro de los tres hombres con el sonido de la puerta al cerrarse.
—Toma asiento por favor, Will —le señaló Jack amablemente el lugar vacío en uno de los extremos de la mesa. Por obligación debía encontrarse frente al otro invitado, dejando a Jack en la cabecera.
Su mirada se mostró renuente a la de Hannibal, pero no se puede evitar el destino, es un amante bastante demandante pues le hizo mirarle por segunda vez. Fue tal vez apenas un segundo, pero aquel choque cerúleo y ámbar fue trascendental; Will esquivó el atisbo inmediatamente, provocando interés en Hannibal.
—¿Me necesita para algo, Shogun? —su voz salió mansa, completando aquel aspecto de gorrión turbado que se le asemejó al hombre frente a él.
Los pliegos de su camisa como plumas de sus alas, su cuerpo tenso y empequeñecido por sí mismo, "Definitivamente es la imagen más adecuada" sonrió para sus adentros Hannibal.
—Tranquilo, William —intentó reconfortarle, pero fue en vano—. Dime primero ¿Cómo se lleva tu trabajo? —una pausa y una sonrisa, quería instalarle un sentimiento de confortabilidad.
La vista de Will por fin se redirigió de cualquier objeto de la habitación, encontrando el gesto tranquilo de Jack; seguía molestándole con ese autocontrol extendido que le dejaba con dudas, la incertidumbre es bastante incómoda.
—Todo va bien, la pesca es ventajosa y los caminos no han visto bloqueos en los últimos meses como se esperaba desde que se hicieron los arreglos—serio, la conversación era casi intransigente. "¿Será así todo el tiempo?" se preguntó Hannibal.
—Qué afortunados son los hijos de Toyama, ojalá hubiera podido decir lo mismo de mis viajes —bufó contrariado por el recuerdo—. La naturaleza hizo de las suyas.
—La naturaleza a veces es caprichosa, pero siempre sabia.
Hannibal rio para sus adentros, "Sin duda alguna" comentó para sí mismo. Le agradó ese acelerado cambio de actitud, aunque reconocía no era algo común ver la perspicacia con que se podía dirigir al shogun. Eso le hacía cuestionarse aún más, "Soltura pero siempre reticente, además de un respeto no sobreexagerado. Quizá llamarle lealtad sería más adecuado, pero aun así no lo parece." Divagaba en su mente, pero siempre aguzado a la conversación.
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Sobre la sangre [Hannigram]
FanfictionJapón antiguo. Tras la victoria japonesa sobre la invasión mongola, la nación ha establecido un nuevo orden. Extranjeros y nativos coexisten en todos los niveles de la vida, desde el humilde arrocero hasta la nobleza política. Hannibal Lecter será...