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Capítulo 10

Era tiempo de tomar un descanso, a paso firme avanzó hasta su habitación después de corroborar que el insecto no tenía planes de cortejar a la mujer, no estaba de más verificar las intenciones por las que llegó pasada la media noche para pedirle consejos sobre sus nuevas conquistas, los humanos en verdad eran patéticos en eso de las emociones.

Ya en la comodidad de su dormitorio recordó la plática que tuvo con Bulma sobre los momentos en los que el insecto le pidió ser su esposa, porque sin duda recordaba a la perfección como sin querer saboteó el último ritual.

----flashback----

-¡Qué carajos te pasa Vegeta!- le dijo la mujer bastante molesta, venía aterrizando en los brazos de Yamcha.

-¡Cállate, no me hables en ese tono!, un príncipe hace lo que le place -la miró con tono agresivo.

-Me importa un carajo, esta es mi casa y la respetas -se le acercó para gritarle más de cerca.

-No puedo avanzar en mi estúpido entrenamiento porque tu padre no tiene lista la nueva cámara de gravedad -su mirada echaba fuego.

-¡Con un demonio! -gritó Bulma -pareces un chiquillo haciendo un berrinche por su juguete.

-¡Cuidado en cómo te diriges a mí! -la amenazó apuntando con su dedo.

-¡Entonces señor príncipe la próxima vez piénselo dos veces antes de hacerla estallar! –la chica estaba enfurecida pero intentó calmarse -¡maldita sea, por lo menos danos dos días para tenerla lista!

-Pero Bulma -se quejó Yamcha -estábamos en medio de algo importante.

-Lo siento, pero debo apoyar a mi padre -se disculpaba ella –antes de que este energúmeno explote la Corporación.

-Dos días, no más -se cruzó de brazos el Saiyajin.

-Pero promete que no vas a destrozar nada -le dijo Bulma.

-Bulma ... -la llamaba Yamcha

-¡Tú cállate! -reprendió la chica al insecto -no ves que estoy ocupada.

-¡Quiero una respuesta ahora! -exigió Yamcha -¡en el camino aquí no dijiste ni una sola palabra!

-Entonces la respuesta es !No! -gritó la chica molesta - ¡Estúpidos hombres! -se retiró de la vista de ambos.

-----findelflashback----------

Quién iba a decir que sus exigencias serían parte del punto de quiebre de la relación entre el insecto y Bulma. En el último año le tocó percibirlos en diferentes momentos de su relación, unas veces peleando y otras para su mala suerte en momentos comprometedores. De pronto vino a su mente el recuerdo de también sabotear la reconciliación posterior al rechazo.

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El calor se hacía presente en la cámara de gravedad, esa noche decidió supervisar los trabajos de ensamble del científico y su hija, tal vez con su presencia lograría hacerlos más productivos. Bulma llevaba puesto su overol de trabajo con el frente abierto por la temperatura elevada, su cara presentaba manchas de grasa de motor y al parecer le incomodaba la presencia del Saiyajin.

-Hija tienes una sorpresa afuera, sal por favor- avisaba su madre emocionada desde el comunicador.

-Estoy ocupada -le respondía Bulma sin dejar su trabajo.

-Ve, yo continuo -la animaba el padre.

La mujer salió a toda prisa a encontrar la sorpresa que le tenían preparada, vaya que era una sorpresa porque la entrada de la casa estaba llena de ramos de flores que solamente dejaban un breve sendero, Yamcha esperaba por ella al final del camino sonriendo.