¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Una luz atravesó el ventanal que daba del balcón directo a la cabezera de su cama, esta iluminación no era exactamente solar, pero sí que llegó a molestar el sueño que llevaba la chica.
Levantó su torso de la cama mientras se tomaba la cabeza, sentía un fuerte dolor punzante en la parte trasera de esta además de un vacío inigualable en su estómago, no mantenía ya la misma energía que los otros días, sus párpados aún se encontraban cerrados por el cansancio, ¿Qué había sucedido? Tenía recuerdos de todo aquello que paso el día anterior, la única vez que siento tal malestar fue a los 18 años tras haber experimentado su primera borrachera, la diferencia es que ahí no recordaba y estaba segura que no había tomado una sola gota de alcohol.
Se sentó en el borde de la cama colocando su cabeza sobre sus rodillas, se quedó en esa posición unos minutos hasta que el dolor se calmó un poco, encendió el celular para revisar la hora, 7:45 AM, de mala suerte se había levantado mucho antes de lo que debía, podía descansar un rato más, lo haría, si no se le volviese tan complicado dormir después de despertar.
Suspiro mientras arrastraba sus pies de camino al cuarto de baño, una ducha le haría bien, estaba segura. Poso ambas manos a los lados de lavabo, con brevedad reviso su rostros, tenía mucha expresión de cansancio y unas ojeras que eran bastante notables. Su cabeza se balanceaba levemente de un lado a otro, no sabía exactamente si era por lo desanimada y poco energética que estaba esa mañana o por el dolor que seguía punzando su cabeza.
No sabía si pedir un permiso para ese día, en realidad no se sentía en su mejor estado, pero había una suave voz que la incitaba a regresar a su lugar de trabajo. Con sus ojos entrecerrados y la cabeza gacha ingreso a la bañera después de traer la toalla y algo de ropa, abrió la llave de la regadera dejando que las gotas frías de agua cayeran sobre su cabeza y con el pasar de los segundos resbalaran por su piel remojando cada parte de su cuerpo, sus pensamientos se habían ido, el dolor parecía haberse ido, no tenía la intención de cuestionarse por la intuición de que regresaría aquella pesadez en su mente.
Pasados los minutos el agua ya no se sentía fría, talvez se había acostumbrado o simplemente se había climatizado, recorrió con sus dedos lo largo de su melena, parecía no estar enredada. Salió de la duchas con una toalla envuelta en su cuerpo, tras ella las gotas recogidas en las puntas de su cabello mojaban el suelo frío, salió del baño dispuesta a buscar algo de ropa cómoda, seguía sin energías, pero el dolor se había aliviado un poco, podría comprar una aspirina de camino al trabajo.
Porque sí, todavía tenía pensado asistir a pesar de lo fuerte que le había golpeado aquel dolor.
Tomo las prendas e ingreso de nuevo al baño, secaria su cabello y lo cepillaria para al menos hacerlo en una coleta y que no estorbase mucho. Últimamente entrenzaba mucho su cabellera, de alguna manera esta no se soltaba después de tanto ajetreo en el trabajo, pero esa mañana no tenía mucha intensión de hacer lo mismo, para ella externamente era un "Me siento mal, no lo haré, fin de la historia." Sin embargo su subconsciente molestaba una y otra vez con contradecir por completo esa decisión.
