TIMOS

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El único sonido en el gran comedor era el raspar de las plumas y el ocasional crujido cuando alguien ajustaba su pergamino. Todos los alumnos de 5to año daban su TIMO de defensa contra las artes oscuras. En una de las sillas casi a la mitad del salón, Phoenix estaba realmente aburrida, quizá peca de confiada, pero se le hacia muy sencillo.

- ¡Plumas abajo, por favor !- chilló el Profesor Flitwick-. ¡Eso va para ti también, Stebbins! ¡Por favor permanezcan sentados mientras recojo sus pergaminos! ¡ Accio! 

Más de cien rollos de pergamino zumbaron en el aire dirigiéndose hacia los brazos extendidos del Profesor Flitwick, lanzándolo al suelo. Muchas personas rieron. Un par de estudiantes de los escritorios delanteros se pararon, sujetaron al Profesor Flitwick debajo delos codos, y lo levantaron otra vez.

- Gracias... gracias - suspiró el profesor - ¡Muy bien, ya se pueden ir todos!

Los merodeadores, ya llamados así, guardaron sus plumas y se agruparon en la entrada del salón, solo Phoenix se alejó de ellos. Les dió una sonrisa y siguió con su mejor amigo

- ¡Eh, Sev, espérame! 

. ¡Oh, Phoenix! Perdóname, es que estoy... 

- Repasando tus respuestas. Lo sé. Estoy segura que hice todo bien

- Black - murmura Severus son una sonrisa

- ¡Oye! - le recrimina en broma - No es mi culpa ser tan buena en las materias, tampoco entiendo por qué tienes miedo, eres brillante

Llegaron a la sombra de un buen árbol en el patio, allí se sentaron. Hablaron un rato sobre los exámenes, Phoenix usando las piernas de Severus como su almohada, porque este estaba haciendo un repaso a todas las preguntas de todos los cursos

- ¿Las diferencias entre un hombre lobo y...?

- Sev, tengo hambre - interrumpió Phoenix

- ¿Acaso dejas de tener hambre en algún momento del día?

- ¿No quieres venir conmigo a las cocinas? Será divertido

- ¿Y convertirme en  uno de ustedes? Jamás, tráeme algo, por favor, sino va a ser una tortura verte comer y no probar bocado

Phoenix en realidad no tardó mucho, pero siempre recordará ese día como el día que deseó no haberse separado de Severus, y donde vio con sus propios ojos todos los rumores que oía. El segundo donde realmente escogió un bando, quizá las cosas hubieran sido distintas si ellos no hubieran sido tan crueles, o quizá hubiera bastado con que ella no lo viera.

- ¿Quién quiere verme quitarle los pantalones a Snivelly? 

Con simples movimientos de varita, y encantamientos no verbales, James y Sirius estaban tirados en el césped, quizá con partes de la túnica quemada. Phoenix corrió a su amigo y lo levantó del suelo 

- ¿Estas bien? 

- Sí - dijo furioso  - Déjame darle su merecido a Potter

- No lo valen

- Phoenix... 

- ¡Sarta de canallas, egocéntricos, presumidos! ¡Molesten a alguien más! - les dijo antes de irse, muy molesta, pero más decepcionada.

Peter, Remus, James y Sirius, sabían en donde se habían metido, Phoenix estaba muy molesta 

- Ella... 

- Mejor vámonos - dijo Sirius, molesto

Phoenix BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora