Capitulo 5

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-Felicidades Furihata-kun - le dijo el peliceleste al ver que su nuevo amigo pudo entrar.

-Hay que festejarlo!- se acercó Kagami alegre 

-Woow tu pequeño nos sorprendiste - Kise se acerco a ellos 

-La verdad no te tenía nada de fe, perdón por eso - Takao se disculpo por pensar eso, pero la impresión que le dejo Kouki fue asombrosa.

-Quien diría que un chiguagua puede jugar basquet- comento Aomine pero el castaño no sabía si tomarlo como un cumplido o lo estaba ofendiendo 

Kouki se estaba poniendo incomodo, esos chicos lo estaban rodeando, eran mas altos que él y parecían incluso mas arrogantes y poderosos a comparación suya. Agradeció cuando la entrenadora lo llamo 

-Furihata-kun, tendrás entrenamientos extras con el capitán para que puedas seguirles el ritmo a los titulares, asi que después de los entrenamientos tendrás que quedarte con Akashi-kun, él se encargará de los ejercicios.- Kouki asintió pero el pelirrojo ya no estaba cerca. - Ten esta es la ficha de inscripción, puedes dársela a Akashi-kun luego, ahora vamos a entrenar puedes sentarte y observar, el partido de recién fue suficiente por hoy.- 

Kouki se acomodo en las gradas y miro el entrenamiento entusiasmado, esos chicos eran realmente buenos ¿Cómo iba hacer él para estar a su nivel? pensó pero luego se enfoco en ver al pelirrojo, su juego era perfecto, como manejaba la pelota y sus estrategias no tenían fallas. Akashi era increíble. No pudo evitar ruborizarse al pensar aquello. 


Luego que finalice el entrenamiento, los muchachos ya bañados y cambiados estaban yendo a celebrar el ingreso del castaño, no tuvo mucha opción ya que Kagami lo arrastró y Kuroko no lo escuchaba. Fueron a una pequeña cafetería barata cerca del colegio. Todos hablan animados, eran buenos chicos a Kouki le daba la impresión que eran graciosos. En cuanto llegaron sus pedidos, el castaño dio gracias por su comida recitando en voz baja el versito que siempre decía, pero en cuanto levanto la cabeza vio como todos sus compañeros lo miraban 

-No sabia que eras religioso Furihata-kun- dijo Kuroko 

-Em .. no la verdad no soy devoto en particular, es más una costumbre creo yo - 

-Oohh claro, seguro tus padres lo dicen siempre y te lo contagiaron- comentó Kise entendiendo ya que también le pasa con sus padres con agregar el "cchi" a los nombres. 

-supongo..- no recordaba que su madre se lo haya enseñado ni había visto que su familia lo haga. 

-Bueno no es tan raro - hablo Midorima acomodándose los lentes- Akashi también lo hacía antes - 

-Shintaro no digas mentiras - hablo el pelirrojo 

-Es verdad! - dijo el rubio acordándose- éramos pequeños en esa época-

- Como era? gracias... gracias por algo - decía Aomine intentando hacer memoria   

- gracias al que lo cultivo, gracias al que lo cosecho, gracias al que lo cocino, gracias al que lo sirvió- corrigió el castaño 

-Si si esa era! - exclamó Aomine al recordarlo 

Akashi miraba atónito a Furihata, no recordaba esa frase, ni tampoco haberla dicho de pequeño, es más ¿ a que edad se refería Kise? ¿Cuándo fue que los conoció a los muchachos? su cabeza estaba dando demasiadas vueltas, no se le venía ningún recuerdo de aquella época. 

-Nee creo que no nos hemos presentado bien- Takao le decía al castaño- ¿como es que te llamas? lo dijiste muy bajo durante la clase que no se entendió - 

- ooh mmm soy Furihata Kouki - dijo el castaño un poco más alto 


En ese instante Seijuuro pudo ver como imágenes al azar azotaban contra su memoria provocándole mucho dolor, no entendía que estaba pasando, sentía nauseas ¿Qué eran aquellas imágenes? pasaban muy raído por su mente como para reconocer algo. 

-Akashi-kun?- la voz de Kuroko le llamo la atención - estas bien? 

El pelirrojo paso su mirada por las de todos sus amigos, claro que no estaba bien, se sentía mareado, cuando choco con la mirada del castaño volvieron esas imágenes y dolores de cabeza 

- disculpen me retiro, no me siento bien - dijo para levantarse e irse casi corriendo de allí.

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Kouki había llegado a su casa, la paso bien conociendo a los miembros del club de basquet, eran chicos raros y divertidos, pero no dejaba de pensar en Akashi, había dejado preocupado a todos con esa despedida tan repentina, esperaba que no enferme peor. 

-Kou-chan- su mamá lo llama desde la puerta de la habitación- en el garage aún quedan algunas cajas tuyas, podrías acomodarlas?

-Si si ya voy - para el castaño ya había acomodado todo, aunque bueno en las mudanzas siempre aparecen cosas que uno se olvida que guarda. 

Entre una de las cajas, había cosas viejas, como juguetes y chucherías que usaba de pequeño. No eran cosas caras sino que su valor era más sentimental, como su muñeco de Jack del maravilloso mundo de Jack, fue lo primero que compro con sus ahorros, también estaba ese álbum de futbol que completo con sus amigos en primaria, tenía muchas tarjetas de cumpleaños viejas de sus padres y su hermano. 

Al fondo de la caja noto un cuaderno, no sabía que eso era suyo, no recordaba haber tenido un diario intimo. Cuando comenzó a leerlo notó que era del año en el que lo adoptaron, porque hablaba de cosas sobre que su hermano lo quiera y se lleve bien con él, también nombraba a las seños del orfanato y la directora.

 Kouki no recuerda mucho sobre esa época, sabe que es adoptado pero no puede recordar como eran los rostros de las señoritas ni de sus amigos. Pero curiosamente ese cuaderno tenía escrito el nombre "Sei" varias veces, bueno le era un consuelo saber que tenia un amigo al menos en aquellos momentos.  No recordaba la cara del niño, pero al leer recordaba que andaba todo el tiempo con él, hasta pudo recrear el patio del orfanato, que nostálgico le era todo. 

Termino de acomodar todo y guardar aquellas cosas, pero su cabeza ahora quería recordar más sobre aquellos y ese niño, tal vez su madre sepa algo.  



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