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El pelinegro volvió a ver alarmado a su alrededor, nada más que figuras inertes lo rodeaban.

El señor Moon se detuvo tras percibir el paro abrupto de su invitado, los guardaespaldas también deteniéndose en seco.

ㅡ¿Ocurre algo, Jeno?

Lee lo miró con su rostro pálido como si hubiese visto un fantasma.

Titubeó.

ㅡEh... No... Nada, perdóneme.

Taeil sonrió, haciendo un ademán con la mano para restarle importancia y despreocuparlo.

ㅡBueno, como le decía... ㅡcontinuó su charla mientras reanudaba el camino.

Jeno miró a todos sus lados otra vez antes de decidirse en volver a caminar, retractándose en el acto tras escuchar ese susurro nuevamente.

Por favor, ayúdame.

Se giró de golpe, encarando a los dos hombres que iban unos cuantos pasos detrás suyo.

Moon volvió a darse la vuelta.

ㅡTe noto extraño, Jeno. ¿Seguro que no es nada?

El menor lo miró.

ㅡSeguro... pero, ¿señor Moon, sería mucha molestia pedir que sus ayudantes se retiren?

Con un ademán con la cabeza, ambos hombre les brindaron una reverencia y salieron del lugar. Dándole a Jeno una paz momentánea.

ㅡ¿Quisieras seguir o prefieres tomar un descanso?

El pelinegro respiró hondo, seguramente el estrés acerca del contrato lo estaba volviendo loco, un pequeño break tampoco le haría daño, ¿no?

ㅡQuizás sí sea buena idea un descanso, realmente perdón por el inconveniente.

Taeil sonrió en señal tranquilizadora.

ㅡNo hay problema. De todas formas, ¿qué clase de anfitrión y socio sería si no me preocupase por tu bienestar? ㅡLee sonrió, le agradaba saber que el mayor ansiaba tanto su alianza como élㅡ Estaré en mi despacho para cuando me necesites, de todas formas, solo nos quedaban un par de salas, no te perderás. Al llegar a la última, sube las escaleras y te ubicarás fácilmente.

Jeno asintió, Moon dándose la vuelta para dejarle solo.

Pero, antes de desaparecer tras el arco que daba hacia la otra sala, volvió a verle, su tono de voz cambiando drásticamente a uno que el menor no supo cómo interpretar.

ㅡAh, una cosa más, Lee: hagas lo que hagas, solo sigue recto.

El pelinegro no supo por qué, pero no logró a atinar a hacer nada más que tragar en seco, obteniendo otra sonrisa por parte de su futuro socio antes de dejarlo, hoy sí, completamente solo.

"¿Acaso nunca se cansa de sonreír?" Pensó.

Se sacudió un poco para destensarse y suspiró, comenzando a curiosear por la gran sala.

Varias figuras la adornaban, bastante realistas, debía admitir. Incluso podía sentir como si los ojos de algunas le siguiesen a cada paso que daba.

Las admiró de cerca, tocándolas superficialmente, temeroso de dañarlas, asombrándose por las texturas encontradas.

ㅡWow, incluso se tomaron la molestia de vestirlas con ropas reales. A eso llamo yo un trabajo bien hecho.

En poco tiempo recobró su calma, ajustando su traje y viendo la última figura de la sala se decidía para caminar directamente al despacho de su próximo socio; ya vería las salas que le faltaron en otra ocasión, necesitaba cerrar aquel trato pronto.

ㅡNa Jaemin ㅡleyó en voz alta la placa frente a la exposiciónㅡ, representación de la realidad estudiantil coreana: ¡es así como un estudiante debe lucir!

La estatua era linda, bastante. Con detalles perfectamente cuidados y prolijos, un uniforme perfectamente arreglado y sin una arruga, siendo, tal y como decía la placa, la perfecta representación del estudiante coreano ideal. Además, el chico se veía atractivo.

ㅡEstoy seguro que, de no ser una estatua, tendrías miles de chicas tras de ti, Na Jaemin.

Sonrió de lado tras su propia ocurrencia y dio media vuelta para emprender camino, algo haciendo click en su cabeza al momento de estar frente a la puerta de la oficina de Moon.

"Este día se cumple un mes desde la misteriosa desaparición de Na Jaemin..."

"... desaparición de Na Jaemin..."

"... Na Jaemin..."

Alto, ¿qué?

Pero en el momento en que Jeno quiso darse la vuelta e ir a corroborar los datos en la placa de la escultura, Moon Taeil abrió la puerta de su oficina invitándole a pasar.

ㅡAdelante, Lee Jeno... hay temas importantes que debemos discutir.

Jeno asintió.

Sin embargo, ¿por qué comenzaba a sentir que algo no estaba bien?

ㅡSiéntate, ¿deseas una taza de té?

Asintió nuevamente.

Bah, seguramente seguía siendo su mente jugándole en contra por el estrés.

Sí... tenía que ser eso.

 tenía que ser eso

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Wax [NM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora