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No pasó mucho tiempo para que el trato estuviese cerrado y, tal y como el pronóstico del menor, estrechasen sus manos dándole luz verde a los grandes ideales empresariales de la nueva cabeza de los Lee.

La emoción del contrato incluso le había hecho olvidar el pequeño percance anterior en una de las salas, haciendo al sentimiento de leve preocupación deslizarse fuera de su cuerpo. 

Jeno llamó a su chófer y en pocos minutos estuvo en el mismo lugar donde lo había dejado, se despidió de Taeil con una pronunciada reverencia y una sonrisa honesta, logrando a sus ojitos achicarse. Subió al auto y, media vez el motor arrancó, no pudo evitar expresar su gran felicidad con su conductor. 

Al fin y al cabo, Jeno seguía siendo un joven de veintidós años enérgico y alegre, aunque el peso sobre sus hombros de tener que hacerse cargo de la empresa familiar lo obligase a actuar más serio y maduro de lo normal. 

ㅡ¡Fue increíble, John, esto es justo lo que necesitábamos! ¡Ahora no hay nada que pare a la familia Lee! 

John no pudo evitar sonreír. Le parecía incluso adorable cuando su jefe se emocionaba de esa manera. Era cuando sentía que era más genuino, que demostraba su verdadera naturaleza y se dejaba llevar por su edad más que por su cargo. 

ㅡMe alegra que todo saliese bien, joven jefe. ¿Gustaría que encendiese la radio?

ㅡPor favor, John, buena música es lo único más que necesito para disfrutar este logro como me lo merezco. 

Suh acató la orden al  momento, encendiendo la radio y buscando la emisora favorita del menor, hallándola justo cuando iba terminando una de las canciones que habían puesto. 

Interrumpimos momentáneamente la programación habitual para difundir un mensaje urgente a toda la nación...

Jeno y John fruncieron el ceño, este último cambiando la emisora en un intento en vano por hallar alguna otra donde no estuviesen presentando esa interrupción. Finalmente se rindió y regresó a la que estaba inicialmente, bufando en el acto. 

... lanzamos este llamado de alerta por una serie de desapariciones altamente sospechosas en el área de Seúl, varios chicos jóvenes, todos estudiantes de secundaria, han desaparecido en lo que va de los últimos meses. Hasta el momento la lista de extiende y conforma de Park Jisung, Lee Donghyuck, Osaki Shotaro y Na Jaemin, el primero de 15 y el resto de 17 años de edad. Si usted poseyese alguna información acerca del paradero de alguno de estos chicos, favor informar de inmediato a las autoridades. 

Tras el peculiar y alarmante mensaje en la radio, la emisora continuó con su programación normal colocando las canciones que los oyentes solicitaban; sin embargo, la expresión de confusión que Jeno poseía no había quién se la quitase. 

ㅡ¿Está usted bien, jefe? ㅡpreguntó el mayor, viendo momentáneamente al aludido a través del espejo retrovisor. 

Jeno no contestó al momento. 

Otra vez esa frase haciendo eco en su cabeza:

"Na Jaemin..."

"Na Jaemin..."

"Na Jaemin..."

Y, otra vez, ese sentimiento de angustia e incertidumbre alojándose en su pecho; una vocecita muy en el fondo de su cabeza diciéndole que algo no marchaba bien y que tenía que ver con el hombre del cual había recibido una importante firma minutos atrás. 

Alzando la cabeza y con la seriedad tiñendo su rostro, ordenó con voz demandante, tal y como lo haría un verdadero jefe de familia:

ㅡSuh, llévame a casa. Rápido. 

Y Suh, a pesar de no entender nada, lo único que pudo hacer fue asentir y pisar el acelerador. 

"Oh, mierda" pensó el menor.

"Oh, mierda" pensó el menor

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Wax [NM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora