2.- Despierto pero sin recuerdos

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En cuanto Harry se marchó, Draco acercó una silla a la cama y se sentó para quedar de cara a Ron, volviéndole a coger la mano que había tenido que soltar. Mientras le acariciaba la mano, quedó sumido en sus pensamientos. Al cabo de un largo rato, rompió el silencio con una risa queda:

- ¿Sabes de qué me estaba acordando, Weasley? De la primera vez que te besé y de la cara de espanto que se te quedó. Apuesto a que hubieses echado a correr si las piernas te hubiesen respondido. Ya ves, ni se me pasó por la cabeza pensar que algún día me devolverías el beso. Estábamos en medio de la gran batalla y a mí me tuvo que dar por ir besando comadrejas. Y anda que no me costó darme cuenta de lo que sentía por ti, ¿verdad? Tuviste que venir a Malfoy Manor a rescatarme para que me diese cuenta de que no quería que nadie más te tocase. Y si duro fue eso, más duro fue conquistarte, pero bueno, ya sabemos que un Malfoy siempre consigue lo que quiere. ¿Te acuerdas del día de nuestra boda? Nunca ningún novio ha estado tan guapo como lo estabas tú aquel día, ni siquiera yo, que ya es decir. –añadió en tono de broma- Que mal rato pasaste, estabas aún más nervioso que la primera vez que jugaste de guardián de Gryffindor en Hogwarts, casi estuve tentado a cantar Weasley es nuestro rey. ¿Y el día que te dije que estaba esperando a nuestro hijo? ¿Te acuerdas de ese día? Jamás olvidaré tu cara de felicidad, tu sonrisa bobalicona al acariciarme la tripa. O el estado de shock en el que te quedaste cuando descubrimos que tú también estabas embarazado. O nuestros respectivos partos. Y yo creyendo que en el parto de Rose me lo hiciste pasar mal. Nada comparado a esto de hoy, Ronald. No creas que esta te la voy a perdonar fácilmente… Sigue dándome disgustos y verás cómo me fugo con Zabini…. – bajando la voz hasta casi el susurro continuó - Vamos, Weasley, despierta. No me hagas esto…. Merlín, ¿Por qué? ¿Acaso no hemos sufrido suficiente?

Instantes después se abrió la puerta para dar paso a los señores Weasley. La señora Weasley se abalanzó sobre la cama, llorando. Mi niño… ¿Qué te han hecho?, mientras el señor Weasley se acercó a Draco, le puso una mano en el hombro y se lo apretó amistosamente. - ¿Alguna novedad, hijo?

- No, aún no, Sr Weasley. ¿Harry se lo ha contado todo?

- Arthur, Draco. Llámame Arthur. Sí, nos dijo lo de la emboscada. Y que está en estado de coma.

- ¿No les ha dicho nada más?

La Sra Weasley alzó la cabeza instantáneamente: - ¿Qué más nos tenía que decir? Draco miró a su suegra, se levantó y fue hacía ella, le cogió una mano con las suyas e inspiró antes de contestar:

- Molly, el medimago dice que es posible que no llegue a despertar nunca. Y en el caso de que despierte, hay posibilidades de que no sepa o pueda distinguir lo que es realidad y lo que no. Incluso podría tener alucinaciones y pérdida de memoria.

- No, no y no. Tranquilo cielo, Ron despertará y todo irá bien. No tengo ninguna intención de perder otro hijo. Y tú ya tuviste suficiente perdiendo a tus padres y tu padrino ¿Dónde está ese medimago? Me va a escuchar…

Pese a los cuidados de la Sra Weasley, Draco y los medimagos, el estado de Ron continuó igual durante dos días enteros, en los que Draco no se movió de la habitación de su marido, y en los que pasó por la habitación toda la familia de Ron y la mitad de sus compañeros de curso en Howgarts. Solamente al empezar el tercer día en el hospital, Ron comenzó a dar signos de cambio; empezó a moverse en sueños, apretó su mano con la de Draco y dio la sensación de que recuperaba la consciencia. Finalmente, cuando la familia de Ron se había marchado a cenar y solo quedaba Draco en la habitación, el pelirrojo abrió los ojos.

-¿Malfoy?- su voz sonaba rasgada y con un tono extrañado. Draco al escuchar la voz levantó la cabeza y al comprobar que había despertado salió corriendo a llamar a los medimagos. Cuando volvió a entrar a la habitación fue directo a la cama diciendo: Me has dado un susto de muerte, Ronald. Se sentó en el borde y acercó su mano derecha a la cara para acariciarle, pero cuando su mano estaba a punto de tocar la cara del pelirrojo, este se la atrapó por la muñeca.

Recuerdos Perdidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora