Capítulo 7.

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—¿entonces mayormente digo cosas inútiles?

—exacto...

—eso no es cierto... lo que digo es la verdad —él levantó una ceja, sintiéndose ofendido.

—pero no hace falta que digas siempre la verdad...

—¿por qué no?

—¿acaso no tienes tacto humano? Por eso solo tienes pocos amigos y más enemigos...

—eso no es cierto...

—es verdad... eres tan antisocial que das pena...

—no es cierto...

Noelle se rió ante la cara ofendida de Yuno y miró hacía el horizonte.

—ahora que veo... ¿y Sylph? —la Silva observó como los ojos dorados de Yuno se abrían de sorpresa.

Y suspiró al saber que se había olvidado de ella en el orfanato.

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Los cinco jóvenes ya se encontraban reunidos en el mismo lugar del día anterior y ambas parejas miraban los grilletes, para ver el momento justo donde desaparezcan.

Y así fue, sin ningún segundo de retraso, las esposas desaparecieron de los dos grupos.

—los que hayan forcejeado menos con sus cadenas ganarán unos pases gratis a las mejores aguas termales del reino... —ella le dio los pases a Asta y Mimosa que nunca habían forcejeado, comparado con Yuno y Noelle.

—que bien, al fin terminamos con esto —Noelle se cruzó de brazos y sonrió aliviada de poder tener privacidad —muy bien, me iré a ser libre...

Ella se levantó del suelo para ir hacía el orfanato, aunque se sintió extraña de no ser seguida por Yuno.

—A-Asta-kun... ¿por qué no vamos a las aguas termales de aquí y otro día las que nos dio Nero-san? —murmuró sonrojada la Vermillion.

—c-claro Mimosa...

Nero sonrió ligeramente la partida de la pareja y después miró a Yuno que seguía con la mirada en sus manos.

—¿y qué te pareció esta experiencia?

Él cerró los párpados y se levantó del suelo.

—corto... —y se fue sin mirar hacia atrás.

—Yuno está muy extraño... —Sylph se había apoyado en el hombro de Nero —hoy me olvidó en el orfanato y se fue con una cita con la chica Silva...

—¿hizo eso? —Nero se levantó y sacudió su vestido negro —espero que Yuno y Noelle puedan arreglar sus diferencias...

—¿sus diferencias?

—si ellos terminan como novios deben de aceptar las diferencias de otros...

—¡¿qué?! ¡¿novios?! ¡¡no voy a permitir que esa niña me robe a Yuno!! —la rubia inmediatamente salió volando hacía su compañero y Nero movió su cabeza a un lado.

—creo que ya es tarde, Sylph...

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A la hora de la cena se encontraban todos sentados para comer la comida hecha por la hermana Lily y sus ayudantes.

Todos se sentaron en sus asientos, y aunque Noelle se sentó lejos de Yuno, él se puso a su lado.

—¿sigues aquí? —murmuró cortante la Silva, haciendo que el pelinegro se encogiera de hombros.

—debe ser la costumbre...

—¿costumbre? Ya terminamos con nuestro trato de llevarnos bien en el lapso del juego, no hace falta que sigas pegado a mi —susurró entre dientes la peliblanca.

Enredados en tu juego. (Yunoelle)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora