Capítulo 1

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­­Miré el reloj de la alarma por cuarta vez en toda la mañana, 5:48 A.M. quedaban 12 minutos para tener que levantarme y hacer la rutina de todos los días. Apenas había dormido, estaba preocupada por mi madre y Tom, se supone que tendrían que haber llegado hace 2 días de un viaje de negocios, sin embargo no era así. He intentado llamarlos pero no ha habido suerte, habría llamado a la empresa si supiera cual es el número o el nombre pero tampoco era el caso.

La alarma sonó por fin y la apagué. Aunque no tuviera ganas de hacer nada hoy, me levanté. Lo hice por Anna, mi hermana pequeña, tiene 10 años pero está enferma lleva así desde los 5 años. Ya la hemos llevado a todos los médicos sin embargo, no encuentran una respuesta lógica a lo que le pasa. Tampoco es que a ella le preocupe demasiado, vive su vida normal como cualquier niña, solo que a veces tiene bajones que le hacen quedarse en cama un tiempo.

Después de ducharme y de vestirme con un vaquero y un jersey verde lo más simple que encontré en mi armario, fui a la cocina a preparar el desayuno. Cuando ya había terminado de hacer el café, entró mi hermana vestida con su uniforme del colegio, con su mochila azul en la espalda y con una gran sonrisa que respondí de manera involuntaria.

—Buenos días Eve— dijo mientras se sentaba en el comedor.

—Buenos días a ti también Anna— Cogí su desayuno y se lo puse en la mesa, después cogí las pastillas que se tenía que tomar y se las di, ella se las tragó y bebió un poco de café.

—¿Qué te pasa? Pareces cansada— No le había dicho lo de mamá y Tom, no quería que se preocupara por ello. — ¿Estas enferma? —.

—No tranquila, es que he estado estudiando hasta tarde— Sé que no está bien mentir, pero no le iba a decir nada por el momento. Mientras desayunaba decidí analizarla, éramos parecidas, ambas nos parecíamos a nuestra madre en el pelo castaño sin embargo ella se parecía mucho más a Tom en sus ojos castaños, los mios por el contrario eran verdes como los de mi padre. Tom era su padre, cuando mi padre murió mi madre se volvió a casar con el y tuvo a Anna. Por aquel entonces a mi no me hacia ninguna gracia que mi madre se casara y tuviera otra hija, pero con el tiempo entendí porque lo hizo. Al fin y al cabo Tom no es tan mal padrastro y Anna es lo mejor que podría haberme pasado, la quiero mucho más de lo que he llegado a querer a nadie en mis 17 años de vida.

Después de recoger la mesa cogí la mochila, las llaves y el teléfono. Fuimos al garaje y nos subimos al coche, revisé mentalmente que no me faltaba nada y arranqué el motor del coche que había comprado hacía tan solo 2 meses, me había costado conseguir el permiso de mi madre para poder tenerlo, pero una vez que accedió solo tuve que sacarme el carnet y comprarlo. Era un hermoso Cadillac de los 70 blanco, los asientos eran de cuero beige, todo un clásico.

Paré el coche en la puerta del colegio de Anna y cuando me despedí de ella y salió del coche, arranque para irme a mi instituto. No iba tarde asique me tomé mi tiempo en llegar, me gustaba conducir mi coche ¿Asique porque no iba a tomar el camino largo?Mientras esperaba a que el semáforo se pusiera en verde, arreglé el espejo retrovisor y me fijé en una furgoneta negra que estaba detrás de mí, los cristales estaban tintados y no conseguía ver al conductor. Fingí que no pasaba nada y cuando el semáforo se puso en verde arranqué, cogí hacia la derecha un par de veces y otra hacia la izquierda, miré otra vez por el espejo y la furgoneta seguía ahí, "que raro" pensé. Me empecé a inquietar y subí la velocidad, volví a girar en un par de direcciones aleatorias y la furgoneta dejó de seguirme. Volví a relajarme y decidí volver al camino principal hacia el instituto.

Aparqué y bajé del coche, me desplacé por los pasillos hasta mi taquilla y cogí los libros de mis siguientes clases. Fui al aula de ciencias, me senté y esperé a que viniera el profesor. La chica que se sentaba delante mía entró corriendo y se sentó con mucha prisa, llegaba tarde pero por suerte para ella el profesor también. Se llamaba Sofía no la conocía de mucho, había ingresado al centro hacia 1 semana y no habíamos hablado ni una sola vez pero me parecía bastante tímida, podía intentar hacerme su amiga, una amiga no me vendría mal.

La elegida de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora