Lisa
Que suerte la mía.
Esa atleta descerebrada de Jeong conseguía tener citas con la guapa amiga animadora de Jisoo, ¿y yo?Yo la tenía a ella.
Miré a la tranquila morena que estaba a mi lado pero no pude ver su expresión. Se había escondido detrás de una cortina de cabello que había caído delante de su cara desde que Rosé y Jisoo llamaron nuestra atención y nos pusieron en un aprieto.
Ella jugaba con el bolígrafo en su escritorio, con la cabeza agachada… Probablemente estaba preparando algún tipo de argumento para salir de esto, como yo. Pero Rosé lo había parado cuando mencionó lo de las notas. No podía permitirme otra mala nota, no si quería llegar al último año. Así que, le gustara o no a esta mocosa cerebrito… estaba atrapada conmigo.
—Sí, bien, lo que sea —dije.
Eso hizo que girase la cabeza en mi dirección. Así que eso era lo que se necesitaba para llamar su atención. Tenía que hacerla enfadar. Estaba claramente molesta; vi la irritación escrita en su cara, y algo más…
Traición.
Como si nos hubiera vendido a las dos al seguir este estúpido plan. Pero, honestamente, saldría en una cita con cualquiera si eso significara obtener una A.
Sonó la campana y me fui de allí. No iba a quedarme y charlar con esa multitud. No les gustaba a los deportistas y a los alumnos de esta escuela, y el sentimiento era mutuo. Después de cuarenta minutos de estar sentada allí escuchando sus discusiones y bromas… estaba lista para irme lo más lejos posible de esa clase.
Pero aquí estaba la cosa. Pasaron dos días completos y no vi a Jennie. Como, en absoluto.
Nunca la había buscado antes, así que no conocía su horario. Tal vez no nos cruzábamos… pero no lo creía. Apostaría dinero a que me estaba evitando. Lo cual era estúpido e inmaduro. No era como si pudiera evitar esta tarea para siempre. Nos veríamos obligadas a vernos de nuevo el lunes en clase, pero no iba a sentarme a esperar.
Estaría condenada si dejara que por una mocosa, mojigata y santurrona me pusieran una mala nota solo porque no quería que la vieran conmigo.
Estaba segura de que el profesor dejaría a Jennie en paz si Jisoo y Rosé decían que no habíamos participado; los profesores siempre amaban a las chicas buenas como Jennie. Ella podría salirse con la suya. ¿Yo? La mayoría de los profesores me miraban con recelo, como si estuvieran seguros de que haría algo para fastidiarlo.
A veces lo hacía.
Vale, la mayoría de las veces lo hacía.
Pero no este año. Este año, en realidad tenía planes. El profesor de taller estaba moviendo algunos hilos para conseguirme créditos por mi trabajo a tiempo parcial en un taller, y si todo iba bien, el año que viene estaría en la escuela la mitad del tiempo y trabajando la otra mitad, quizás incluso ahorrando algo de dinero para mudarme tan pronto como cumpliera dieciocho años. Por primera vez en mucho tiempo, tenía un plan para salir adelante en la vida, y no iba a dejar que Jennie Kim se interpusiera en mi camino.
Además de eso, mi vida estaba en juego.
Quiero decir, no quiero ser demasiado dramática ni nada pero… desde que mi madre se fue, mi padre ha estado sobre mí más que nunca. Me patearía el trasero si me suspendieran. No siempre había sido la mejor estudiante, pero esta debería ser una tarea sencilla.
Debería haberlo sido, pero no lo era. Porque habían pasado 48 horas y ni siquiera habíamos empezado este estúpido experimento. Más que eso, empezaba a sospechar que mi “compañera de laboratorio”, como Rosé se había referido a nosotras en un email del grupo, me estaba evitando activamente. Nuestra escuela no era lo suficientemente grande como para no ver a nadie durante dos días completos.