Matrimonio cariñoso de élite: esposo astuto, esposa linda distante -TERMINADA-

Capítulo 120 : ¿Cómo te atreves a tratar de negociar los términos conmigo?

Ayúdame a despedir a Wen Xinyi. Yan Rusheng declaró con franqueza lo que quería que hiciera Wen Xuxu.

"Ah." Wen Xuxu se rió entre dientes en su corazón. Así que quería que ella volviera a manejar su 'harén'.

A pesar de que los antecedentes de Wen Xinyi eran diferentes a los de las celebridades y modelos con los que había salido antes, pero como el resto, ella deseaba convertirse en la mujer de Yan Rusheng. Entonces, en esencia, eran lo mismo.

Su corazón pertenecía a otra persona, por lo que no la amaría de verdad, y mucho menos se casaría con ella. Así que tuvo que despedirla como todas las otras mujeres que esperaban ser su Tercera Señora Yan.

La expresión en los ojos de Xuxu se oscureció, pero se recuperó casi al instante. Dijo a la ligera: "La abuela me envió aquí para guiarla con la esperanza de que se quede".

Yan Rusheng enarcó las cejas con frialdad. "¿Eso significa que no estarás de acuerdo con el trato?"

Una mirada de molestia apenas perceptible pasó rápidamente por sus ojos.

Esta estúpida mujer siempre había obedecido y seguido sus órdenes cuando se trataba de estos asuntos en el pasado. Esta vez, él había redactado eufemísticamente su petición, pero ella tenía la nariz en alto y estaba usando a la anciana como excusa.

Xuxu levantó un poco la barbilla y dio un rechazo inquebrantable. "Lo siento, presidente Yan, no puedo hacerlo".

Ella ya no quería lidiar con esos asuntos en su nombre. Ella nunca lo volvería a hacer.

Con una mueca de desprecio, Yan Rusheng la amenazó cruelmente: "Wen Xuxu, espero que no te arrepientas de lo que has dicho".

"Presidente Yan, ¿qué iba a ofrecer para convencerme de que aceptara?"

A pesar de que había tomado la decisión de no ayudarlo, no pudo evitar preguntarle esto.

Pero después de hacer la pregunta, se arrepintió de inmediato. Debería haber mantenido la boca cerrada.

El joven maestro Yan de repente habló en voz alta: "Wen Xuxu, ¿cómo te atreves a tratar de negociar los términos conmigo?"

Miró a Wen Xuxu, luciendo como si apenas pudiera creer lo que oía.

Wen Xuxu se quedó sin palabras ...

Joven Maestro, ¿puedes dejar de ser gracioso?

Usted inició un trato, entonces, ¿un trato no debería beneficiar a ambas partes?

Efectivamente, no esperaba mucho de este 'trato'.

Pero sabía que ella ya no era oficialmente su secretaria, por lo que era difícil darle órdenes. Simplemente estaba usando una táctica para evitar rogarle ayuda.

Este estúpido tonto, debería tener una moneda de cambio para persuadirme de que acepte el trato. Ella no fue lo suficientemente tonta para aceptarlo.

Desde que estaba cargado, podría haber ofrecido un millón o dos. Ella podría haber estado de acuerdo.

Ella notó que su expresión se oscurecía y parecía que iba a arrojar su cenicero en cualquier momento. Las entrañas de Xuxu se estremecieron y pensó que sería mejor si se iba ahora.

"Presidente Yan, si no hay nada más, entonces haré un iré primero".

Después de despedirse, se dio la vuelta y caminó hacia la puerta.

De repente, Yan Rusheng habló en un tono de 'compromiso' detrás de ella. Sí, fue un "compromiso", no admitía la derrota.

"Wen Xuxu, ayúdame con esto y le diré una buena palabra a Jiang Zhuoheng y lo persuadiré de que se comprometa contigo pronto".

Wen Xuxu detuvo sus pasos; su cuerpo estaba congelado y rígido.

"¿Cómo suena eso?" Yan Rusheng vio que se había detenido en seco. Supuso que ella estaba interesada y estaba reflexionando sobre su oferta.

Su deleite se mezcló con una emoción insondable. Era un sentimiento familiar de molestia.

¿Qué tiene de bueno Jiang Zhuoheng? Ante cualquier mención de su nombre, esta mujer ni siquiera puede moverse.

Xuxu respiró hondo y se dio la vuelta sin prisa. Ella miró a este hombre con hermosos rasgos y sonrió brevemente. "Gracias, presidente Yan, pero no es necesario".

Y con eso, se fue sin volver atrás.

Caminaba con confianza y determinación, su falda larga ondeando a su alrededor.

La puerta de la oficina se abrió y cerró una vez más y todo se calmó instantáneamente. El pecho de Yan Rusheng se apretó con tristeza sin razón aparente. (solo puedo decir que es un estúpido)