Matrimonio cariñoso de élite: esposo astuto, esposa linda distante -TERMINADA-

Capítulo 160: Tienes un par de manos repulsivas y viles.

Qi Lei asintió tímidamente. "Bueno. Hermana Xuxu, no se preocupe por mí ".

A pesar de que habían pasado dos años desde que llegó a la capital, todavía parecía un joven inocente y tímido que acababa de llegar del campo. Esto se debió a que no había tenido la oportunidad de aventurarse y experimentar la ciudad.

Xuxu lo miró con una expresión afectuosa en sus ojos. "Muchas gracias. También debes descansar temprano una vez que el anciano se duerma. No se canse ".

Yan Rusheng fue testigo de todo, y frunció el ceño con tristeza.

¿Por qué era tan amable con todos menos con él? Hacia él, ella siempre fue tan fiera y orgullosa como un pavo real.

Tos. ¿Por qué no cambiar su forma de pensar e interpretarlo como si ella lo tratara de manera diferente a los demás?

"Entonces me iré primero". Xuxu miró a su abuelo con una mirada un poco preocupada. "Abuelo, te visitaré mañana por la mañana".

El viejo Wen no abrió los ojos. "Recuerda pedirle a Ah Heng que me visite con algunos regalos".

Hubo una larga pausa...

El joven maestro Yan estaba a punto de despedirse de él cuando escuchó las palabras del anciano. Se calló instantáneamente, luego se volvió para irse después de burlarse del anciano en su corazón.

Después de salir de la sala, se alejó con pasos rápidos.

Cuando Wen Xuxu salió, ya había llegado a la siguiente esquina.

Él no parecía tener ninguna intención de reducir la velocidad, por lo que ella no se molestó en llamarlo. Ya estaba bastante sorprendida cuando decidió enviarla al hospital.

Nunca se le pasó por la cabeza que él la enviaría a casa.

Después de cerrar la puerta suavemente detrás de ella, caminó hacia el ascensor.

Era una hora pico para los trabajadores de oficina que acababan de terminar el trabajo. El ascensor del hospital estaba lleno de gente y era difícil entrar.

Otro ascensor bajó ante sus ojos y agregó otra ola de furia en el joven maestro Yan, que ya estaba furioso. Miró a Wen Xuxu, que todavía se estaba tomando su tiempo para llegar al ascensor. Gritó: "¡Mujer estúpida, eres tan lenta incluso cuando caminas!"

Otro ascensor abrió sus puertas y Yan Rusheng la agarró del brazo sin decir una palabra más y la arrastró adentro.

Todo el ascensor estaba lleno de gente apretujada.

Después de recuperarse, Xuxu levantó la cabeza para mirar a Yan Rusheng con sorpresa. "Pensé que te habías ido."

El joven maestro Yan respondió con frialdad. "Si no hubiera llegado el ascensor, ¿crees que elegiría esperarte?"

Sintió ganas de morderse la lengua después de decir esas palabras.

Si no hubiera decidido esperarla, habría entrado en el ascensor anterior que tenía menos gente.

Xuxu simplemente sonrió ante esa verdad indiscutible.

Cuando el ascensor se detuvo y las puertas se abrieron, un enjambre de personas entró corriendo como si hubiera un evento matutino en un supermercado.

El pequeño cuerpo de Xuxu estaba casi enterrado entre la multitud.

De repente, sintió que alguien le pellizcaba el trasero. Estaba a punto de darse la vuelta para echar un vistazo cuando esa mano se movió hacia su cintura y trató de ahondar en su falda.

Ella sacudió la cabeza violentamente, y un hombre de unos cuarenta y cinco años miraba la parte inferior de su cuerpo con una sonrisa lasciva.

Xuxu mantuvo la compostura mientras levantaba el pie y bajaba pesadamente.

Afortunadamente, la regla de la empresa era que las empleadas debían llevar tacones. Aunque solo medía siete o diez centímetros de alto, su poder destructivo seguía siendo sustancial.

El hombre saltó y gritó de dolor cuando ella le pisoteó el pie. Miró enojado a Wen Xuxu. "Miserable mujer, ¿por qué me pisaste?"

¡Ja! ¡Todavía tiene las agallas para alzar la voz!

La mirada de Xuxu lo recorrió y replicó fríamente: "Tienes un par de manos repulsivas y viles".

Los dos comenzaron a discutir, sorprendiendo al resto de la gente en el ascensor. No tenían idea de qué se trataba la discusión.

Para su sorpresa, ese hombre no se sintió intimidado en lo más mínimo por ella, e incluso miró su pecho con una expresión lasciva. Gritó y juró: "Maldita perra. ¿No estás tratando de seducir a los chicos con este atuendo en el ascensor? "