Yoongi se encontraba saliendo del cuarto de baño, después de hacer su limpieza antes de dormir. Cuando salió vio al chico de cabello oscuro sentado en su cama , con su espalda recta observando con determinación la habitación.
--¿Me puedes ayudar a arreglar mi cama?
Yoongi cruzó los brazos, apoyándose contra el marco de la puerta mientras miraba a Jimin con una mezcla de incredulidad y fastidio.
--Espera, espera... ¿tú estás sentado en mi cama y encima me pides que te ayude a arreglarla? —dijo con un tono burlón.
Jimin lo miró sin entender por qué parecía tan molesto. En su mundo, alguien siempre estaba disponible para encargarse de esas tareas.
--Bueno, pensé que... podrías ayudarme. No sé cómo hacerlo correctamente.
--¿En serio? ¿Tienes dos manos y no sabes cómo estirar una sábana? —Yoongi se rió, pero era una risa seca, sin verdadera diversión—. Qué vida tan dura debes haber tenido, príncipe.
El tono sarcástico de Yoongi hizo que Jimin apretara los labios, sintiendo cómo el calor subía a su rostro. No estaba acostumbrado a que lo trataran con esa falta de respeto, pero no quería rebajarse a discutir con alguien tan testarudo.
--Está bien —dijo con un tono decidido mientras se ponía de pie—. Enséñame cómo hacerlo entonces.
Yoongi levantó una ceja, sorprendido por la respuesta.
--¿Qué?
--Enséñame. Si tanto insistes en que lo haga yo solo, al menos dime cómo.
Por un momento, Yoongi pareció dudar. Era evidente que no esperaba esa reacción de alguien como Jimin. Finalmente, suspiró y se apartó del marco de la puerta, caminando hacia la cama.
--Bien, mira y aprende, príncipe —dijo mientras empezaba a alisar la sábana—. Es más fácil de lo que crees. Primero agarras las esquinas, luego estiras...
Jimin observaba atentamente, asintiendo como si estuviera recibiendo una lección importante. Cuando Yoongi terminó, dio un paso atrás y señaló la cama.
--Ahí tienes. Ahora, la próxima vez lo haces tú solo.
Jimin frunció el ceño, inspeccionando la cama como si evaluara el trabajo de un sirviente en el palacio.
--No está mal... pero creo que puedo hacerlo mejor.
Yoongi lo miró, incrédulo, antes de soltar una carcajada.
--¿Estás bromeando?
--No. Lo intentaré mañana.
Yoongi sacudió la cabeza, aún riendo mientras se dirigía hacia la puerta.
--Suerte con eso, príncipe. Pero recuerda, esta no es tu cama. Encuentra tu propio espacio.
Jimin salió de la habitación, y aunque estaba molesto por el sarcasmo constante de Yoongi, había algo en su actitud que lo hacía... interesante. Era diferente a cualquiera que hubiera conocido antes, y aunque no lo admitiría, esa franqueza le llamaba la atención.
Cuando Yoongi cerró la puerta y, murmuró para sí mismo:
--Qué fastidio... Pero al menos no es tan aburrido como pensé.
Jimin quedó al otro lado de la puerta , y hablo por si aún yoongi lo escuchaba.
--¿Puedes prestarme aunque sea algo para dormir?
El chico del otro lado bufo abriendo ligeramente la puerta, aventandole una muda de ropa .
--¿No tienes algo de seda?— dijo inspeccionando la ropa.
Yoongi se quedó mirando a Jimin por un momento, incrédulo, antes de soltar una carcajada seca.
--¿De seda? —repitió, apoyándose en el marco de la puerta con los brazos cruzados—. ¿Qué te crees, que esto es un hotel de lujo? Es ropa normal, igual que la que usa todo el mundo.
Jimin examinó la prenda en sus manos con una mezcla de desagrado y resignación.
--Bueno, supongo que tendré que acostumbrarme —murmuró, aunque no parecía completamente convencido.
Yoongi rodó los ojos y cruzó los brazos.
--Sí, sería buena idea. Esto no es un palacio, “su Alteza”. Y créeme, nadie aquí va a plancharte la cama ni servirte el desayuno en bandeja de plata.
--No esperaba tanto, pero al menos un poco de consideración no estaría mal —respondió Jimin, levantando la barbilla con aire desafiante.
Yoongi se rió de nuevo, esta vez con un toque de diversión real.
--¿Consideración? Aquí la única regla es sobrevivir, príncipe. Aprende a adaptarte o lo vas a pasar mal.
Jimin apretó los labios, intentando mantener la compostura. No quería dar el gusto a Yoongi de verlo frustrado.
--Gracias por la ropa —dijo finalmente, girándose hacia el pasillo. Pero antes de irse, miró por encima del hombro y añadió—: Aunque la próxima vez podrías intentar ser un poco más amable.
Yoongi dejó escapar un bufido mientras cerraba la puerta.
--Y tú podrías intentar ser un poco más humilde —murmuró para sí mismo.
Jimin regresó al cuarto que le habían asignado, dejando la ropa sobre la cama mientras se sentaba con un suspiro. Las palabras de Yoongi resonaban en su cabeza, irritándolo y, al mismo tiempo, haciéndolo reflexionar. Sabía que su vida había cambiado drásticamente, pero nunca imaginó que enfrentarse a alguien tan directo y grosero sería parte del paquete.
Por otro lado, en su cuarto, Yoongi se recostó en la cama, mirando al techo.
--Un príncipe delicado, aquí en mi casa... —murmuró con una mezcla de fastidio y curiosidad—. Esto va a ser interesante.
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Protegiendo al Príncipe ♡ YM
Fanfiction«Un principe en la ciudad» Bajo el programa secreto de protección para la realeza, jimin es enviado a una pequeña cuidad de corea del sur, , donde su vida dorada se transforma en una lucha por mantener el anonimato. Allí conoce a Min Yoongi, un jove...