wayv's puppy ; yukhei harem

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Yukhei no podría encontrar lugar más seguro que el hogar que compartía con sus compañeros, eso lo sabía más que cualquier otra persona y los demás estaban conscientes de eso por igual. No por nada habían tardado alrededor de medio año en lograr que el omega decidiera ser parte de la manada.

Dejun y Yangyang lo llevaban a citas que normalmente tomaban lugar en el parque, en el teatro o en el cine, cada semana cambiaban de lugar y actividad para satisfacer la atención del omega. Por otro lado, Yukhei solía encontrarse con Hendery por las tardes para poder jugar videojuegos con él hasta altas horas de la madrugada, terminando por dormir con él aunque el beta supiera el reclamo que vendría por parte de los otros al "alterar el horario de sueño" de Yukhei.

Sicheng era un poco más reservado que los demás y eso influyó en que Yukhei tardara en aceptar salir con ellos, la confianza entre el alfa y el omega no era esencial y asegurada. Es por eso que las pequeñas citas de ambos llegaron, muchas veces, a terminar mal o en malentendidos. No fue hasta que Sicheng decidió abrirse ante el omega y contarle sus miedos e inseguridades y sus sentimientos por él. A partir de ese día, el lazo de confianza entre ambas partes creció y se fortaleció casi al instante, creando un ambiente de tranquilidad inmediata entre ellos. Sus salidas constaban en visitas al acuario, el museo, paseos en bicicleta y caminatas vespertinas.

Por su parte, Kun y Ten se encargaban de mostrarle al omega lo detallistas que eran. Desde cenas románticas, caseras o planeadas, hasta pequeños trucos de magia y dibujos realistas.

Cada uno tenía su propia esencia y era algo que fascinaba en gran manera a Yukhei, pero que a la vez aterraba. ¿Un sólo omega para todos ellos? ¿Cómo era que aquello iba a funcionar? Las relaciones con un gran número de individuos en ellas ya estaban normalizadas, incluso era parte del día a día de alguien encontrar ese tipo de amoríos, más común entre los adolescentes y adultos jóvenes. ¿Pero cómo podría sobrellevar aquello? ¿Realmente estaban dispuestos a amarlo? ¿Realmente él estaba dispuesto a amarlos?

Aquellas eran dudas que atacaban la mente de Yukhei en cualquier momento, hora y lugar. Tan frecuente fue, que un día llegó a colapsar por tanta presión y nerviosismo, llevándolo al hospital. Fue ahí que sus demás compañeros le aclararon que su bienestar era primordial para ellos ante todo lo demás; también le hicieron saber que ellos iban a esperarlo el tiempo que realmente necesitara para saber si eso era lo que quería o no. Yukhei sintió cómo su pecho se llenaba de calidez y confianza como nunca antes. Le habían dicho que podía quedarse con solamente uno si así lo quería, pero eso no era lo que Yukhei tenía en mente.

De ahí, surgieron más salidas con cada uno de sus compañeros, incluso incrementaron el número de personas en esos encuentros. A veces eran dos, a veces tres, e incluso hubieron salidas de los siete juntos. Yukhei realmente no podía pedir más, estaba seguro de que quería estar con ellos sin importar qué.

Al año de conocerse, decidieron que sería mejor idea si el omega se mudaba con ellos, a lo que no llegó a dudar ni un poco porque sabía que sería más fácil para todos si así se empleaba.

El lazo de seguridad y cariño que había entre todos solamente lograba unirlos cada vez más y más, entrando en perfecta sintonía cuando se necesitaba. Todos estaban para todos, por lo que las peleas de el exceso de atención sobre otro miembro eran más que absurdas entre ellos.

Que Yukhei fuera el omega no quería decir que fuera el único que tuviera que recibir atención, cuidado y protección por parte de los demás; si alguien necesitaba ayuda de otros, ellos estarían ahí para él. Y eso era algo que, sin duda alguna, los mantenía juntos.

Muchas veces ni siquiera prestaban atención a lo que su rango les implicaba, simplemente la relación que había entre ellos era mutua y en un nivel equitativo, manteniendo el equilibrio entre todos ellos para que aquello no terminara en un completo caos.