Like Snow White #16

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Que emoción, ¡tendré una cita con Kim Bora!

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Que emoción, ¡tendré una cita con Kim Bora!

Espera, espera, esto es raro, muy, raro. Nunca había sentido tanta emoción por una cita, aunque, no es como que haya tenido muchas tampoco, no porque no haya tenido pretendientes durante la universidad en Estados Unidos, o en la preparatoria sino por la simple razón de que yo no salía con chicos o chicas por diversión, y sí, también tenía pretendientes chicas.

Mi madre cuando yo era niña evitaba las típicas historias del príncipe que salva a la princesa, más bien, termine siendo fan de heroínas, Mulan el más fuerte exponente en este campo. Ella me enseñó que para ser grande no se necesitaba a un hombre a mi lado, pero eso tampoco significaba que debía alejar a los hombres de mi vida. En un compañero podía encontrar el equilibrio en mí para poder crecer, así como ella lo encontró en mi padre. Él nunca se puso por encima de ella en los negocios, la ayudaba a crecer y ella a él, era el trabajo en equipo perfecto. Un hombre amoroso, trabajador y como todos los demás, humano, tal vez no todos sean así, pero tampoco todos necesariamente son malos.

Con consejos de mi madre en mente y sus palabras, siempre evitaba relaciones express y a los chicos o chicas que buscaban esto. Sino, los buscaba como mi primer novio, quien llegó a mi vida y era todo un caballero y alocado chico, pero lamentablemente se fue demasiado rápido y no por nuestra propia decisión. Sus padres se mudaron a Japón a desarrollar su negocio allá y nosotros nos queríamos mucho, recuerdo en ese entonces como fantaseábamos del futuro, digo, era una chica con dieciséis años cumplidos cuando paso. Mi primer beso, mi primera vez, todo fue con él, y hoy en día no me arrepiento de nada, bueno si, si lo hago, lamento haber perdido el contacto con él, no por querer una relación, sino haber perdido a mi mejor amigo.

Pero, en fin, no es como que lo vuelva a ver nuevamente así que debo concentrarme en cierta pelirroja que no deja mi mente desde hace mucho tiempo, debería cobrarle su estancia ahí, ok no, eso fue un mal chiste.

— ¿En qué piensas?

— ¡Ahhh! — exclamé por la sorpresa.

Me había perdido totalmente en mis pensamientos y olvidado de la presencia de Minji.

Ayer al llegar a casa le comenté a Handong acerca de la cita que tendría con su hermana. Minji nos encontró hablando de eso y se unió a la conversación sin pena alguna de intervenir en la conversación algo que no me molestaba y menos aún, cuando me dijo que me ayudaría a encontrar un regalo para Bora, después de todo Handong aun debía estudiar para su examen.

Con Bora acordamos tener la cita el lunes en la noche, así que aprovecharé este domingo para buscar el regalo perfecto para ella. No es justo que la haya invitado yo y que ella sea quien pague la cena, porque si, por la falta de tiempo quedamos en ir a cenar, sería lo mismo que ir a almorzar juntas como hemos hecho estos días, pero por alguna razón siento más emoción.

— ¿Escuchaste algo de lo que te dije o te perdiste pensando en cierta peliroja en bikini?

Con mis mejillas ardiendo de calor la miré asustada, no pensaba en ella en bikini precisamente pero ahora tengo la imagen en la cabeza.

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