One shots Devil May Cry

Hermano menor

Personajes: Vergil/Nero Angelo, Dante (niño)
Mencion de Mundus y Trish

Etiquetas: Niños, esclavitud/lavado de cerebro/manipulación mental implícita, soft, angustia leve, au.

Mini Dante es la solución a todos los problemas de este mundo

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Nero angelo había decidido ir a dar una vuelta por el castillo. Había perdido el rastro del cazador de demonios de traje rojo con el que se había enfrentado rato antes, lo que lo tenía confundido.

Sabia que debía enfrentarse a él, no había ningún otro demonio en el lugar que pudiera hacerle frente, además de su señor claro está. Y era obvio que el cazador albino no había llegado todavía a la sala donde este residía...habría sido notificado para que fuera a derrotarlo de ser así.

Ya había fallado una vez en derrotarlo, cuando ese pendiente cayó al pecho del cazador y le provocó un dolor de cabeza enorme.

¿Porque...? ¿Porque el collar y el cazador en si se le hacían tan familiares? ¿De dónde lo conocía?

Nego con la cabeza ante sus propios pensamientos, él no conocía al cazador, su señor se lo habría dicho. No tenía razón para pensar que lo conocía...solo era una coincidencia o su mente intentando jugarle una broma.

Ahora solo debía enfocarse en encontrar al cazador y derrotarlo, tal y como su señor le había ordenado que hiciera...

Lo que lo llevaba de vuelta a la situación actual....¿Donde se había metido ese hombre? Parecía haberse esfumado del castillo de repente...

Mientras se preguntaba a dónde podría haber ido el cazador, escucho pequeños pasos corriendo en su dirección. De tener que compararlos por su sonido, pensaría que eran de un niño humano.

No se alarmó, debía ser simplemente un demonio pequeño que merodeaba el castillo....

Eso hasta que sintio que alguien le jalaba la capa.

Miro hacia atrás, no viendo a nadie hasta que bajo la vista....

Era un niño humano.

Tenia el cabello blanco y peinado hacia abajo, un poco desordenado (Nero angelo asumió que se debía a haber estado corriendo), sus ropas eran, no elegantes, pero si de buen vestir. Tenia unos cuantos raspones en las rodillas y cara. Sus ojos eran de un tierno color azul, desbordante de la inocencia infantil que normalmente los niños poseían...

Se pregunto por un segundo como sabia eso, si jamás había visto a un niño humano antes...

Sin embargo, su atención se volcó hacia dos cosas.

El niño, levemente asustado, estaba desarmado si no contaba la pequeña espada de madera en su mano derecha. Y en su pecho brillaba un hermoso collar de plata con un rubí en su centro...

El collar del cazador.

No le tomo mucho sumar 2+2 y darse cuenta de que este pequeño era el mismo cazador que había estado buscando.

¿Porque...porque era un niño ahora...?

Se arrodilló frente a él al ver que el pequeño dijo algo que no pudo escuchar, intentando acercarse para oír sus murmullos mientras intentaba entender lo que sucedía.

Al ver eso, el pequeño volvió a hablar.

- D...disculpe...¿Donde estoy?

No solo se había vuelto un niño, sus memorias también...el pobre niño debía estar tan asustado de estar en un sitio lleno de demonios y espectros, con los que ya debía haberse topado, si las heridas en su suave piel eran una prueba de esto.

Un sentimiento de pena le lleno al pensar en lo asustado que debía estar ese niño en estas circunstancias...

Espera..¿porque estaba sintiendo empatía por un niño humano?

- ¿Señor?

El niño habló nuevamente, como si pensara que el hombre no escuchó su pregunta.

Cuando Nero angelo se disponía a responder, recordó que su casco seguía puesto, y probablemente distorsionaria su voz, y muy probablemente asustaría aún más a esta pequeña versión del cazador.

Se quitó el casco antes de hablar, ya que por alguna razón no quería asustar al niño.

Pudo escuchar un pequeño "gasp" por parte del pequeño, quien retrocedió sorprendido al verlo.

- ¿Ve...vergil?

Al principio, no entendió que quiso decir el pequeño, pensando que se abría confundido al ver su apariencia...pero ese nombre resonó en su mente.

"Vergil"....de donde le sonaba eso...?

- ¿V...vergil? Que..¿qué te sucedió?

Vio la pequeña mano del niño acercarse a su rostro, rozandola con sus dedos. Al principio tuvo el instinto de alejarse, pero sabía por dentro que en esta forma, este niño no era una amenaza de ninguna manera.

Cuando sintió la mano del pequeño rozar su rostro, con una pequeña mueca de tristeza en su carita, algo hizo clic en su mente.

Conocía a este niño...Conocía esa expresion de inocente tristeza...

Dante...

Cuando su mente al fin fue capaz de recordar el nombre del cazador...fue en ese preciso momento en que sintió un dolor de cabeza aún más grande que el que había sufrido rato antes, al ver el collar.

Sin embargo...pese a que pudo escuchar la voz de su señor gritándole desde su mente, esta vez no cedió...al abrir los ojos nuevamente, todavía estaba en el pasillo con la versión más joven de Dante...

Su hermano menor...

Sintio las lágrimas rodar por sus mejillas al darse cuenta de que lo recordaba..

Por primera vez en años era él de nuevo..

- ¿Vergil? ¿Estas bien..?

La pregunta del pequeño lo hizo reaccionar, mirando en su dirección. Su rostro estaba inundado de infantil miedo...se veía tan pequeño e indefenso..

- Dante...si..lo estoy..

Aún con la armadura puesta, abrazo a esa pequeño, quien correspondió el abrazo, todavía podía sentir su cuerpo temblar de miedo por todo lo que pasaba, pero estaba feliz...feliz de ser él mismo nuevamente, y de estar ahí con su hermano..

......

Tenia que sacarlo de aquí. No sabía que le había sucedido a Dante ( aunque sospechaba que cayó en alguna trampa de forma estupida, otra vez), pero en este estado estaba totalmente desprotegido de Mundus y sus demonios...

Había vivido en propia mano lo que ese bastardo era capaz de hacer....no podía dejar a su hermano pequeño, ahora de forma literal, en un lugar como este...con eso acechando.

- Verge...porque te vez tan grande? Que te paso? Donde estamos?

El niño seguía haciendo preguntas, a las que él solo pudo contestar negando suavemente con la cabeza, separándose y mirándolo con una sonrisa cansada.

- Te lo diré cuando salgamos de aquí, de acuerdo?

Vio a su hermano menor asentir, y sintió una felicidad que no había experimentado desde el día de la tragedia.

- Bien, salgamos de aquí...