capitulo XVI

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Su corazón latía tan rápido como si se quisiera salir de su pecho, no sabía dónde estaba pero en ese momento no le importaba.

Que era lo que había ocurrido hace algunos minutos, por qué salió corriendo a tal declaración, por qué no solo respondió como solía hacer.

Su mente estaba echa un caos, se llevó ambas manos a su cabeza y las lágrimas comenzaron a caer una tras otra.

Por qué lloraba, por qué lo hacía.

Odiaba su vida, odiaba ese momento, odiaba como se sentía, odiaba a Sasuke, si lo odiaba hasta no más poder.

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Se sentó en el suelo mal diciéndose así mismo, pero debía ser sincero con ella, no podía seguir callando más tiempo eso que le incomodaba en su pecho, pero ahora en la situación que habían acabado se arrepentía.

Cómo serían las cosas de ahí en adelante, como debía actuar cuando estuvieran de frente.

Se levantó, se vistió y regreso dónde estaría Naruto batallando en poner la fogata.

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Algo dentro de él le incomodaba como si de algún presentimiento de tratara pero de qué, tenía un clon vigilando a su alrededor y no había nada fuera de lugar.

Sus compañeros ya habían tardado en volver pero era obvio estaban enojados con el y por eso tal vez no volvían.

Suspiró y colocó sus manos frente al fuego, ya que al estar fuera del agua su cuerpo se había enfriado por las tachas de aire que hacía.

Escucho un ruido entre los arbustos detrás de el haciéndolo poner en alerta y sacando unos cunais de su bolso, al ver esa cabellera negra se calmo.

—Teme me asustaste. —Se volvió a sentar colocando sus manos frente al fuego.

—No tengo la culpa de eso. —Se sentó, busco a su alrededor con la esperanza que ahí se encontrará la ojiperla.

—Sasuke dónde está Hinata-chan que no se quedo contigo en el río. —Pregunto al ver que solo venia el solo.

—Dijo que quería caminar un poco.

—Entonces quien ara la comida, muero de hambre. —Se quedó al escuchar su estómago gruñir.

Sasuke rodó los ojos, vio todo lo que había dejado Hinata para hacer la comida, se acercó y comenzó a picar todo, tal vez no cocinaba como ella pero no era tan mal cocinero.

Pasaron unos 40 minutos cuando ya estaba la comida preparada y con un olor delicioso haciendo que el estómago del rubio grupera más fuerte y seguido.

—Sasuke-teme no crees que Hinata-chan ya tardo demasiado. —Se veía lo preocupado que estaba.

—No tienes de que preocuparte, sabe defenderse por eso está en raíz o me equivoco.

Odiaba esa arrogancia del azabache, pero tenía razón por algo estaba en raíz y era una de las mejores ninjas pero aún así no podía dejar de preocuparse por ella.

Sin que el rubio se fuera cuenta el azabache mando a su clon que había dejado a buscar a Hinata, le preocupaba que aún no llegara.

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Se terminó de vestir y se quedó viendo los árboles, sus hojas marchitas y opacas, hasta ese momento sintió el aire helado.

Unos pajarillos salieron de algún lugar, vio como volaban sin ninguna preocupación y siendo libres, como sería ser igual a ellos sin temor a nada, sin miedo, sin preocupaciones, como se sentiría ser libre y volar a cualquier lugar que quisiera.

Una oportunidad de volver a amar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora