14×TOKYO LITTLE×

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×Dylan×

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×Dylan×


Hoy desperté temprano y me he dedicado a pintar; la inspiración me llegó y no dude a la hora de plasmarlo, aunque esta pintura no será exhibida en el museo, le dedicó lo mejor de mi. Adrián salió desde temprano así que me encuentro solo.

Es imposible encontrar el azul adecuado, pero hallo una tonalidad intermedia, comienzo pintando las siluetas de su figura para pronto darle forma a mi pintura.

Mientras pinto vuelve a mi los recuerdos de estos últimos días, a pasado casi una semana desde la cita en el mar y durante el transcurso me e vuelto a ver con Cassie. Aún recuerdo la última vez, que fue ayer y me invitó a salir, cada vez nos conocemos más, y me agrada tener su compañía. Recuerdo una escena en particular que no sale de mi cabeza y vuelvo a vivirla una y otra vez.

— Me gusta la cultura japonesa — me había dicho.

Ese día me invitó a uno de los barrios japoneses ubicados en los Ángeles.

— ¿Se puede saber por qué? — le pregunté.

Ambos estábamos vestidos a lo tradicional, o más bien Cassie, me había obligado a usarlo, para poder «vivir la experiencia al máximo»

— ¿Sabías que son muy cuidadosos con el contacto físico? — me pregunto y yo negué con la cabeza. Así que ella me tomo de la mano y me guío a un callejón solitario, donde nos adentramos hasta estar solos «cosa que era difícil en un lugar como lo era este»

—Es muy escaso el contacto físico, no suelen abrazarse ni mostrar cariño a personas «desconocidas» —Me decía ella mientras sensualmente se alejaba para recostarse contra la pared del otro extremo «lo recuerdo perfectamente» comenzó a apartar la yukata de su pierna; con un descenso lento mientras su mano acariciaba cada parte de su piel, quedando desnuda a media que iba subiendo.

«Yukata: es la bata tradicional o también llamado kimono»

Me observaba seductoramente; y pronto su mano se detuvo en un ligue que le adornaba la pierna, se veía malditamente sexy.

Me había quedado observándola y muy curioso de tocarla. Recuerdo el morbo de su mirada y las ganas de mi ser por tocarla.

Me acerqué a ella con pasos lentos ya que me sentía hipnotizado por su figura. Ella invitándome a probarla.

Pero pronto fui detenido por sus palabras.

— Te había dicho que respeto las normas y el contacto físico en un lugar público es un acto de mala educación o inclusive un insulto para su cultura.

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