Mi hermosa tragedia

98"Tienes que decirle la verdad"

El presentador estaba anunciando la tercera llamada en el micrófono y yo tenía que estar adentro con algunos asuntos, así que dejé a Shannon en la entrada fumándose un cigarro mientras esperaba a Tomo.

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Marqué al teléfono de Tomo en varias ocasiones sin éxito, seguramente ya hasta se le había descargado, le di tres caladas al cigarro y luego lo aventé al piso despedazándolo con furia, él dijo que venía, pero ¿Dónde estaba? ¿Por qué no se daba prisa? Tenía toda mi esperanza puesta en mi amigo, llegará.

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En la tercera llamada del presentador nos indicaron que ya todos debíamos estar en nuestro lugar, la prensa junto con algunos invitados nos dispusimos a seguir las ordenes colocándonos donde nos dijeron, la novia estaba en la entrada, pero Tomo Milicevic aún no estaba en su lugar ¿Qué estaba pasando? Esto daría mucho de qué hablar el día de mañana, pude ver a Jared Leto con el semblante pálido y caminando de un lado para otro dando órdenes a todos mientras comenzaba a ponerse de mal humor, comencé a grabar todo.

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Después de haber dado vuelta donde mi amigo Chad dijo no pudimos cantar victoria, cinco cuadras más adelante el tráfico seguía atascado, mi teléfono se había descargado, me sentía un poco mareado aun así decidí que era momento de abandonarlos y correr, de ninguna forma me rendiría ni siquiera estaba seguro de cuantas cuadras faltaban y cuánto tiempo aguantaría pero me armé de valor, respiré hondo, di las gracias y salí como alma que lleva el diablo, tenía que llegar, tenía que cumplir las promesas hechas, así fuera lo último que hiciera.

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Jared el gran perfeccionista, no informó de que no hicieran la presentación sin que mi hermano hubiera llegado, ahora todos estábamos en nuestros lugares y hasta mis padres comenzaban a preguntar ¿Dónde estaba Tomo? Consideré no decirles nada y que esto podría solucionarse con la llegada de mi hermano al fin, pero el tiempo seguía corriendo y todo estaba a punto de colapsar, de verdad ¿Victoria ganaría esta vez? Comencé a sentir rabia, alguien debería hacer algo.

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Pasaron veinte minutos después del anuncio de la tercera llamada quizás fueron diez minutos que se sintieron una eternidad, todos nos quedamos sin saber qué hacer, la canción de entrada donde la novia comienza a caminar para llegar al altar empezó, calando profundamente en el corazón de los ahí presentes ya que todas las miradas se centraron en mi amiga, pensé que iba a desmayarse, Dafne y yo quisimos correr para ayudarla, de Tomo aún no se sabía nada, ese canalla me las iba a pagar más adelante, le cobraría todas las que le está haciendo pasar a Caro. De repente el micrófono se retroalimentó en el altar y todas las miradas se centraron en el personaje que estaba delante de nosotros, todos lo conocíamos era Jared, pero esta vez había exagerado, vestía de manera ridícula una sotana de sacerdote demasiado llamativa, no pude evitar soltar una carcajada, nunca lo había visto de esa forma, los demás quizás ya conocían su forma de ser, porque lo único que hicieron fue observarlo y sorprenderse al verlo así, buena estrategia al persuadir el asunto de la boda con su extravagante túnica y su personalidad que ahora que lo pienso le quedaba muy bien.

- ¡Bienvenidos sean hermanos míos! – comenzó a hablar cuando ya tenía toda la atención del público- antes de la ceremonia, me gustaría deleitarlos con un acústico- dijo de forma calmada, imitando un sacerdote- el novio aún no ha llegado- se echó una carcajada ruidosa pretendiendo que era broma aunque fuera la realidad- la verdad es que...se andan besando tras bambalinas- aparentó voltear a la entrada donde supuestamente estaban los novios- hey, par de tórtolos espérense a la noche bodas, para cuando estén solos- gritó y todos rieron con el comentario- entonces, mientras ellos acaban con su asunto- levantó las cejas mostrando complicidad y se acomodó en la silla para tomar su guitarra- los deleitaré con mi voz- se aclaró la garganta y empezó a afinar las cuerdas, había logrado que todos se fijaran en él y eso lo hacía sentir orgulloso, ahora sólo esperaba que su amigo se diera prisa-