En un mundo distopico y debastado por la guerra, existe una dicotomía entre humanos y androides.
Esta historia nos sitúa en la ciudad de Neo Tokyo, una metrópolis con zonas violentas controladas por mafiosos.
Kim TaeHyung es un soldado híbrido entr...
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Capítulo 3: Cyborg
Al salir de allí las luces neón y la contaminación visual era aun mayor que en Yaesu, pues se encontraban en la parte subterranea de Nova Shibuya que se caracterizaba por ser una zona de clubes y bares; al igual que Yaesu, esta extensión de la ciudad permanecía de noche las veinticuatro horas. Debido a eso esta zona estaba dedicada a la vida nocturna. Caminaron un par de minutos sin mediar palabra. TaeHyung seguía a Heize a la vez que examinaba con su mirada robótica a su alrededor en busca de gente que los siguiera o simplemente posibles amenazas. Heize se detuvo y sonrió.
—Llegamos.
TaeHyung observó el escaparate con hologramas de comida y el enorme cartel neón que decía "Yagi Yakisoba"
—¿Un restaurante de yakisoba?
—No, de pollo teriyaki. -respondió sarcastica la rubia- Aquí trabajo. Sólo se amable y no digas que eres soldado.
Heize se apresuró a entrar al restaurante con TaeHyung a sus espaldas.
—¡Heize-san!
Un hombre canoso detrás de la barra saludó con una enorme sonrisa que escondía sus ojos. Él aparentaba unos sesenta años y poseía una protesis en su brazo que le permitía cortar vegetales con rápidez.
—¡Hola, señor Yagi!
Ella hizo una corta reverencia y TaeHyung a su lado imitó su acción.
—¿Buscas a Arisa-chan?
—Si, ¿está ella en casa?
—Si, hoy es su día libre, debe estar en su departamento. Pasa si quieres.—invitó él mientras movía un enorme sartén con fideos— Por cierto, Heize-san, ¿Quién es tu amigo?
—Buenas tardes, señor, me llamo Kim TaeHyung. —hizo otra reverencia pero esta vez una de 90°.
El hombre lo examinó con la mirada y asintió con una media sonrisa.
—Estamos apurados, señor Yagi, disculpenos. Por favor dejemos la converzación para otro día si es posible.
—No se preocupen, pasen.
Heize se dirigió a una puerta junto a la barra pero se detuvo antes de entrar.
—Ah, señor Yagi, ¿podría prepararnos yakisoba para mi y TaeHyung?
—Por supuesto. Le avisaré a Arisa cuando esten listos. —respondió el hombre con una sonrisa.
—Muchas gracias.
La rubia abrio la puerta, allí se encontró con una escalera de concreto para subir hacia el primer piso. Ya allí, se encontraron con un corto pasillo con dos puertas de metal con cerradura eléctrica y Heize tocó el timbre de la última puerta que se encontraba al final del pasillo.
