La Cigüeña del Soukoku

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- Papá, ¿mi hermanito también viene en una cigüeña?-. Preguntó con ilusión. Chuuya le había contado de ese bebé que ahora ambos esperaban con ansias.

Dazai se tornó serio y se puso a la altura del niño.

- Fumiya. Tu hermanito está muerto. No nacerá-. Respondió fríamente, para no verse afectado por este hecho.

- Entonces... ¿Se le cayó a la cigüeña?-. Sus ojos se llenaron de lágrimas y abrazó al castaño.

- Sí. La cigüeña tuvo un accidente.

♦♦♦

Hace más de cinco años...

En el bar Lupin.

Chuuya y Dazai, de 16 años bebían copa tras copa desde hace algunas horas. La mesera estaba preocupada al ver a dos adolescentes en el bar, siendo tan jóvenes y en un estado de ebriedad muy alto.

- Señor, no debemos admitir a menores de edad, menores de 20 años aquí en el bar. Son las reglas...-. Dijo la mujer con angustia.

- ¿Te preocupas por esos niños? No sabes quiénes son ¿Verdad? El más alto es Dazai-kun, uno de los líderes de la Port Mafia, y el pelirrojo es un nuevo ejecutivo. Ambos derrotaron a una organización entera hace un año. No debemos negarles la entrada por más niños que sean-. Explicó el hombre. La mujer estaba sorprendida y cedió a no pedir a la pareja Soukoku a retirarse del bar.

Después de varias copas, Chuuya pidió irse, sujetándose de uno de los brazos del vendado para no caer, pues Dazai estaba menos ebrio que él y se tambaleaba menos al caminar.

- Vámonos-. Murmuró el ojiazul, jalando al más alto hacia la salida del bar.

- ¿A dónde?

- A tu casa, idiota-. Contestó seguro.

Al cabo de unos minutos y de un no muy largo camino, ambos llegaron a la casa de Dazai. El castaño se deshizo de su gabardina negra y supuestamente la colgó en el estante, sin darse cuenta de que ésta cayó al suelo.

En cuanto a Chuuya, comenzó a molestarle su ropa y de desvistió por completo. Quedando desnudo, se dejó caer sobre la cama del de vendas y se acomodaba de manera provocativa, incitando a Dazai a hacerlo.

- Dazai. Estoy caliente. Quiero sentirte dentro ahora-. Decía excitado. Tenía sonrojo y eso llamaba la atención del castaño.

- ¡Que coincidencia! El alcohol me excitó mucho también, Chuuya-. Comenzaba a desvestirse, para luego ir a perder su virginidad con Chuuya, y hacer que éste la perdiera.

•••

Parecían disfrutarlo mucho, pero todo era efectos de alcohol. Hubo un momento en que se declararon amor eterno, pero todo era una mentira, aunque los borrachos y los niños siempre dicen la verdad ¿O no?

La mañana del día siguiente iluminó la habitación. Ambos estaban desnudos, uno junto al otro y muy abrazados. Era notorio que hubo actividad durante la noche por lo desastrosa que había quedado la cama.

- ¡¡¿D-DAZAI?!!-. Gritó al despertar, casi ningún síntoma de borrachera. Empujó al vendado hasta tirarlo de la cama.

- ¡¿Qué suce...?! ¡¡¿QUÉ DEMONIOS HACES EN MI CASA, CHUUYA?!!-. Cuestionó aterrado, y al ver las circunstancias en las que estaban, pensaba lo peor.

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