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-- ¿Ya habías estado aquí, Mart? -- Le pregunto Thomas al ya nombrado, haciendo un intento fallido en susurrar. ¿Acaso este chico no era bueno para nada? Y yo que había pensado en meterlo a mi grupo. ¡Ja! Si, claro.

-- No, pero no me gusta nada. -- Respondió él, igual de inútil.

-- No te tiene que gustar. -- Intervine yo, sentándome en mi silla. -- No son remodeladores de casas, ¿O si? -- Negaron. -- Estamos aquí para otra cosa, muy distinta a lo que piensan. -- Les sonreí.

-- ¿Que tenemos que hacer, jefa?

Poner en practica los mil y un planes para hacer que todo haya sido un accidente que pasan por mi cabeza en solo un segundo, me pone muy feliz. Desanima un poco no saber si le dijeron a alguien que iban a venir, digo, porque no quiero testigos, pero en este momento, no me importa mucho. Ya después tendría que solucionar eso.

-- Bueno, primero que todo, quiero hablar con Martssio a solas, asique, Thomas -- lo mire. -- Dile a alguno de los guardaespaldas que viste en la puerta que te lleven a este lugar. -- Escribí en un papel, y se lo di. El se fue rápidamente de allí.

-- ¿Dónde lo envió? -- Preguntó Martssio.

-- Lo envié a un cuarto 3D. -- dije, pero no tenía el tiempo para explicarlo. -- Luego voy a explicarlo. Por ahora, sólo concéntrate en lo que voy a decirte. -- demandé.

-- Entendido. -- asintió.

-- Bueno, Martssio -- me levanté de la silla y procedí a caminar por la oficina, pasando por su lado, calculando sus movimientos. -- ... Como bien sabes, eres uno de mis mejores alumnos. Has ganado nueve de diez carreras a las que has asistido. Pero, desgraciadamente, sólo de autos.

-- Si, sobre eso, yo.. -- no lo dejé terminar.

-- No me interrumpas. -- le dije, plantándome delante de él. -- No lo hagas.

-- Lo siento.

-- Como iba diciendo, sólo te desempeñas en autos. Cómo sabrás bien, nosotras tenemos muchos alumnos, y creo que es un desperdicio el tenerte y que sólo nos sirvas para las carreras de autos. -- el hombre ya se había tensado cuando empecé a dar vueltas, asique cuando dije eso, casi se desmaya. Pobresito. -- Tenemos carreras de motos, luchas, picadas, transporte, defensa, entre otras cosas. Y, ¿Sólo puedes manejar autos? ¿Porqué en los entrenamientos eres tan bueno, pero a la hora de ir, no pueden ni siquiera subirte a la miserable moto? Te dí muchas ventajas, Martssio, y no sabes lo decepcionada conmigo misma que estoy por eso.

Volví a mi silla, y pude ver terror en sus ojos cuando cruzaron con los míos. Le hice una seña para que se sentara. Cuando lo hizo, comenzó a hablar y tratar de explicarme el porqué de las preguntas que ya había echo antes.

Letal - SIN EDICIÓN -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora