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A la mañana, ya preparado todo, fuimos directo hacia un auto con aspecto viejo, pero que estaba echo realmente con ese propósito. Nos metimos los cuatro; los dos guardaespaldas, el chófer y yo.

Preparé mi ropa para entrar lo más discreta posible. No había recibido llamado de Marcus por nada, asique no me preocupaba en si ellos tenían algo planeado, al menos no por ahora.

Paramos en un negocio. Era como un mercadito, que por casualidad, estaba a sólo dos casas de la de Martssio. Bajé después de los guardaespaldas, y me dirigí a la casa ya con todo preparado. Los guardias me siguieron desde lejos, en caso de que algo pasara.

Cuando llegué a la casa, ví en un mensaje que me había enviado Marcus antes, que tenía puerta trasera, pero que ésta estaba cerrada con un candado.

Me encaminé hacia ahí, pude ver que nadie podía ver si alguien entraba por aquí. Detrás había solo árboles y a los lados, nada porque las casas estaban más adelante, y por consecuencia, no se podía ver nada. Cuando ya estuve en la puerta, saqué unas pinzas gigantes. Estaba por abrir la puerta, pero algo me llamó la atención, y es que se escuchaban voces del otro lado.

-- Shh, cállate, si alguien viene, nos matan.

-- ¡Pero te digo que no hay nada de valor aquí! -- gritó-susurró uno.

-- ¡Que si, pesado!

-- No, estoy harto de que todo lo tengas que dirigir tú. Yo me largo.

Sentí pisadas a un lado de la puerta, para después, que alguien intente abrir una ventana que estaba casi a mi lado. Me escondí detrás de un árbol de por ahí, y ví que un hombre de estilo asiático pasaba una pierna por la puerta, miraba a todos lados, y se encontraba con mi mirada. Éste sonrió, y bajó completamente de la ventana. Hizo su mirada "intimidante" aunque no funcionaba, y se acercó a mí, lentamente.

-- Hola, niña. -- Ah- ¿¡Niña!? -- ¿Qué hace una chica como tú aquí, a éstas horas? -- alargó una mano hacia mi cara, pero lo alejé.

-- Vengo a intentar encontrar una víctima para un caso. -- lo miré. -- dígame, señor ladrón, ¿Qué se siente ser descubrierto con las manos en la masa? Y, aún más, ¿por una profesional? -- le sonreí.

-- ¿Qué.. quién.. cómo..? ¿Qué eres? ¿Profesional de qué? -- su cara reflejaba lo máximo de la perplejidad.

-- Eso te lo tengo que decir más adelante, por ahora, sólo necesito entrar a la casa. -- alzó una ceja. -- No vengo a robar, si no, a otra cosa.

El chico asintió, y entendí que éste realmente era un idiota. ¿Qué pasaba si era una policía profesional? O, peor aún, ¿Una asesina?

Bueno, asesina si soy, ¡Pero ese no es el punto!

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⏰ Última actualización: Sep 23 ⏰

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