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Los autos pasaban a toda velocidad. Era la última vuelta, yo hoy apostaba medio millón de dólares que no estaba dispuesta a perder. Mientras todos gritaban, yo estaba en silencio, viendo con detenimiento el auto color blanco de carreras tomaba ventaja. Ese era por el que apostaba.
En la pantalla grande, se veía perfectamente que un auto azul se acercaba, pero mi auto seguía pasándolo. En mi cabeza sólo estaba la idea de que iba a ganar más de lo que aposté si ese maldito auto ganaba.
Cuando terminó la vuelta, el hombre dentro de el auto blanco, salió, y gritó un '¡El nuevo ganador, perras!' todos los de mi staff saltaban, aplaudían y gritaban. Si, habíamos ganado, nuevamente.
Los otros apostadores, a mi lado, no se atrevieron a decir nada. Sacaron su dinero y se lo dieron a un ayudante mío. Éste me lo dió. Lo conté.
Si, ricos treinta millones de dólares.
Se los devolví, para que después él los guarde y se vaya con unos guardaespaldas hacia el hombre que ganó.
Bajé, mirando con superioridad a los que tenía a mi lado. Ellos no quitaron su mirada llena de irá hacia mí hasta que los perdí de vista.
El corredor que había ganado era parte de mi equipo. Los estaba entrenando. Éste se llamaba Martssio Geusthek. Italiano de veinticuatro años. Entrenó con un 'amigo' mío que ya no estaba, asique su potencial era alto.
-- Muy bien, Martssio. -- le dije. Él me sonrió con respeto.
-- Gracias, pero estuvo fácil. -- dijo con aires de egocentrismo.
-- Bien. -- señalé su auto. -- Ve hacia tu casa. A primera hora mañana, quiero que vayas hacia nuestra empresa. Ahí vamos a repartirte el dinero. -- demandé.
Él sólo asintió, se subió a su auto, y luego de unos segundos, salió de la carrera, para dirigirse a el ascensor para autos y bajar.
El dinero lo teníamos nosotros. Si él es quien lo tiene, podrían robárselo, matarlo o algo, y sinceramente me importa mucho más el dinero que su vida como para dejar que se lo lleve.
Agarré la maleta con el dinero y nos fuimos hacia los autos. Los guardaespaldas en uno, y conmigo iban, otro guardaespaldas en el volante, mi asistente de acompañante y yo atrás.
Llegamos a mi hermosa mansión solo dos minutos después. Dentro, había un chef, una señora que se dedicaba a dejar lustrosa la casa y demás gente que trabajaba para mí. Casi todos vivían en unas casas un poco alejadas de la mía con su respectiva familia. Les dí casa, inscribí a quienes querían en estudios para que pueda tener la confianza de que encerio me ayuden y los dejo trabajas acá para que puedan ganar la plata que merecen.
Si eso no es de buena persona, ¿Qué es?
Fuí directamente hacia mí oficina. Una vez ahí, separé el dinero en cierta cantidad, para guardarlo en distintos lugares. Dejé una pila de dinero en una de las tres cajas fuertes que tenía y lo otro lo llevé a mi sótano. Ahí estaba la verdadera mina de oro.
Guardé todo, y sólo me dirige hacia mí habitación. Luego de bañarte y todo eso, bajé. Kia y Rizz estaban por llegar. Ellas eran la otra parte de nuestro hermoso grupo.
Sólo nosotras tres teníamos a media industria ilegal conociéndonos y la otra mitad escuchando rumores.
Éramos las putas amas.
Bueno, pero sólo fuera. En la escuela no.
Como escuchan; no siempre somos las putas amas de el narcotráfico y carreras, si no que ahí dentro, somos unas pobres niñas inocentes que nunca fueron a una fiesta. Claro, porque ellos no saben que somos las jefas de seis de siete bares, los bares más caros, para remarcar.
-- Estúpidos. -- solté con burla.
Minutos después, la puerta sonó. La habían azotado.
-- ¡La puerta no es giratoria, no la azotes, Rizz! -- Kia volvía a gritar y reclamarle a Rizz cualquier cosa. Si no fueran demasiado heterosexuales, diría que se aman.
-- ¡Ya cállate, estu.. ¡Tea! -- Rizz se tiró arriba mío, abrazándome. Pronto se nos unió Kia.
Cuando nos separamos, cada una se sentó en un sillón. Las tres estábamos serias, muy distinto de hace sólo un minuto. Todas sabíamos que ésto en realidad era muy importante. Nuestros empleados se fueron a sus casas. Algunos guardaespaldas se quedaron afuera para poder vigilar, y nosotras, mientras, sacábamos papeles y distintas cosas que los digan lo que ganamos hoy, lo que hicimos y si lo hicimos bien. Mañana empezaríamos otra vez la escuela y teníamos que tener todo listo para cualquier emergencia.
Empezó Rizz. Ella habían ido a una carrera de motos. Había apostado treinta mil porque esa era la cifra máxima y tampoco confiaba mucho en nuestra estudiante. De todas formas, ganó un total de un millón de dólares, cosa que no era mucho para nosotras, pero era algo comparado con lo trucha que era esa carrera. Ganó las dos veces que compitió. Le prometió cinco mil a su competidora.
Después Kia. Ella, muy diferente a nosotras, había ido a ver cómo iban las empresas, y después pasó por el piso inferior, para ver cómo iban con la mercancía. Dijo que había conseguido cuarenta millones, pero solo trajo treinta, porque no podía traer todo de una. Todo iba bien ahí, asique no había mucho más que decir.
Seguí yo. -- Yo competí una vez, pero apostamos medio millón. -- asintieron, volviendo a su calculadora mental para ir sumando todo. -- Gané esa vez a causa de el estudiante veinticuatro, que se llama Martssio Geusthek. Mañana va a ir a la empresa de la calle dieciséis. Le prometí diez mil, pero para él es muchísimo. Asique, en total, nos queda un total de.. sesenta millones novecientos ochenta y cinco mil dólares. (60 985 000)
-- Bueno, fue un día productivo. -- se levantó de buen humor Rizz. -- Ahora, si me podrían ayudar, queridas amigas, a llevar todo ésto a nuestra linda caja fuerte.. se los agradecería. -- Asentimos y llevamos nuestra fortuna hacia mi oficina y lo separamos todo justo como hice antes. Pusieron su correspondiente cantidad en su caja fuerte y llevamos lo demás al segundo piso, o sótano, como lo llamen.
Mañana sería un lindo día de escuela.
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Letal - SIN EDICIÓN -
AcakTres chicas con tres personalidades diferentes. Por años trataron de manejarse, de poder llevarse bien, pero no funciona mucho que digamos. Si bien pudieron salir adelante, eso no pasa en la escuela. Son diferentes, polos opuestos a lo que son fuer...