|| Secret Of Blood & Tears || BTS [Parte #1] Terminado

Capítulo 07

«Mi Secreto 3/6 Park Ji Min»

—Hola.. s-soy Park JiMin... —el rubio en la pantalla levantó la mirada —Y yo.. s-soy uno de los asesinos de Hoseok..

«Tenía que ser una broma» pensaba el rubio, pero por más que se lo decía así mismo, no se lo creía. Había pruebas, él estaba en aquella pantalla. Todo su mundo se le había caído abajo, no sabía quién era y tampoco sabía por qué estaba ahí.

—Ya paso mucho tiempo.. p-pero aún puedo escuchar su voz.. —tragó —Yo solo me quedé viendo.. no hice nada por él.. no tome su mano cuando me la extendió.. —el rubio comenzó a llorar y Jimin imitó su acción —¡Debí haberlo ayudado! ¡Debí haber empujado a Jungkook! ¡DEBÍ HABER HECHO TANTAS COSAS ESE DIA! ¡PERO NO LO HICE! ¡SOY UN COBARDE! ¡NO PUDE SALVARLO! ¡LO MATE! ¡LO MATE! ¡YO LO MATE! ¡MATE A HOSEOK!

Jimin no quería seguir escuchando más, así que llevo sus manos a los costados de su cabeza, cubrió sus oídos y comenzó a gritar. El chico en la pantalla no dejaba de decir que había matado a alguien y eso realmente lo afectaba.

Jin no sabía qué hacer, los gritos se combinaban, lo estaban alterando. Trato de apagar la pantalla pero no lo consigo. Desesperado él también se dejó caer al suelo y se cubrió sus oídos.

Taehyung, Jungkook y Namjoon regresaron lo más rápido posible, encontrarse así con la escena más aterradora. Jimin se encontraba arañandose los brazos y Jin yacía en el suelo meciéndose mientras cubría sus oídos.

Nam rápidamente corrió hacia Jin y lo abrazó con fuerza, Taehyung y Jungkook miraron hacía la pantalla y después miraron al rubio que dejó de moverse.

Jungkook trato de acercasele, pero el menor estaba realmente asustado.

—Es muy extraño que no esté en casa.. —soltó el pelinegro tomando su teléfono celular

Marco el número del chico y espero paciente a que le respondiera, miro hacía los alrededores en espera de ver al rubio de sonrisa encantadora llegar pero eso nunca paso.

Guardo su celular y se sentó en la entrada de la casa, busco entre sus bolsillos un cigarrillo y antes de que pudiera encenderlo un fuerte grito lo alertó.

Se puso de pie rápidamente y se mantuvo en silencio para poder escuchar con más claridad. Él reconocía esa vez, saco el arma que llevaba consigo y se echo a correr en dirección a los fuertes gritos. Lo que jamás se imaginó es que estos lo llevarían a la casa del nuevo vecino.