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Baekhyun cerró la puerta de su casillero, con delicadez y agilidad desprendió el empaque del dulce para ingresar el contenido a su boca, como era costumbre masticó en repetidas ocasiones, ladeando su cabeza de un lado al otro acorde con el ritmo de la música dando pasos hacia su salón de clases.

Chanyeol le miraba desde una de las mesas en el pequeño jardín, cuando el jugo terminó de llegar a su cuerpo a través del pequeño popote apretó la caja y en un hábil movimiento la arrojó a un cesto de basura, inmediatamente tomó su mochila dispuesto a irse, seguido de su grupo de amigos, formado por Sehun, Kyungsoo y Suho, emprendieron camino al aula. Ninguno de los chicos mencionó nada al respecto, ya que el más alto solía alterarse y ponerse de nervios cuando se mencionaba a Baekhyun como tema de conversación, pero notaron que una vez más se había embelesado con el actuar del pequeño.

El rubio tomó asiento en el final del salón, dejó sus libros organizados geométricamente sobre la mesa y su mochila colgada en la silla, se posó sobre la butaca mientras que sus dedos se turnaban para golpear suavemente su mejilla con impaciencia, seguía masticando su goma, disfrutaba del sabor a fresa y menta que solía preferir junto a la vista de la ventanilla en su lugar, daba de mirar hacia los edificios de la ciudad, unos altos, otros no tanto, locales pequeños y caseros, también de franquicias, Baekhyun podía observar todo pensando que lo sabía también, pero no, había algo de lo que aún no se había enterado.

El chico con cabello púrpura se frenó en el marco de la puerta de repente, colocando sus dos brazos a los extremos para que sus amigos también pararan, confundidos lo miraron mientras que este arregló sus pelos, palmeó sus mejillas y acomodó el borde de su camisa, decidido soltó un suspiro y se adentró él solo al lugar intentando acaparar la atención, no de los siete u ocho estudiantes comunes que habían en el sitio, no, Chanyeol quería la atención de Baekhyun, costara lo que costara.

Dió zancadas hasta el lugar de Baek, era clase de química y el trabajo siempre era en parejas, por alguna extraña razón el profesor sin excepción permitía que el rubio no tuviera compañero, mientras que a los demás prácticamente les escribía en la frente que el proyecto no era individual. Estaba cerca, un paso más y podría sentarse en la silla deseada, pero no todo es color de rosa, el pequeño por instinto descolgó su maleta del asiento y la colocó en el de al lado, Chanyeol esperaba una mirada, al menos, ahora que no podía tener el asiento solo quería que los ojos del contrario le miraran un segundo, pero eso no sucedió, Baek siguió en sus pensamientos: mascando chicle e ignorando a cualquiera que se atravesara en su camino.

Cualquiera pensaría que Byun era un marginado, un antisocial, nerd o como quieran llamarlo, pero lo que sucedía entonces era que no solo destacaba por su impresionante promedio académico, lo que lo hacía popular entre los maestros, sino también por su increíble atractivo era mencionado comúnmente entre los pasillos del instituto, no solía hablar voluntariamente, pero era amable y cordial cuando te acercabas a preguntar cosas de la escuela, si requerías algo que no tuviera relación escolar, no valía la pena siquiera intentarlo.

Más de uno se había preguntado el por qué de su actitud, a su vez muchos quisieron averiguarlo, si les quedaba alguna duda: fracasaron, uno de ellos había sido Chanyeol, quien se recordaba todos los días aquello.

"No podía creerlo, había reunido el valor suficiente para hablarle, aún no tenía un pié dentro del edificio pero ya se sentía en la máxima gloria, caminó seguro, esa era la clave del éxito, como su padre le vivía repitiendo.

Observó al chico acomodar con tranquilidad los libros en su casillero y como introducía el pedazo de chicle entre sus labios, involuntariamente el alto torció la boca a punto de darse por vencido, dio la vuelta sabiendo que era otro fracaso que tendría que anotar en su libreta, pero ahí estaban sus amigos, sin darle continuidad de camino a querido su desertor y con una sonrisa acompañada de sus dedos pulgares elevados con ánimo.

Chanyeol asintió, volvió a sonreír con determinación y en pocos segundos ya estaba frente a Baek, estancado al suelo como si este le agarrase los pies.

Baekhyun tarareó el final de la canción, sacó su cuaderno para lo guardarlo en su bolso, cerró la puertilla metálica y giró la perilla en intento de perder el rastro de su contraseña, iba a comenzar a caminar, de no ser por el chico de uno ochenta y cinco que se robo su aire, frenó en seco mientras que su mirada permanecía en los ojos del contrario con calma.

—Hola, Baekhyun—saludó sin perder la sonrisa, un poco ya no tan segura, Chanyeol agitó lentamente su diestra.

—Park—respondió el más bajo con un rostro neutro a la vez que por respeto se quitaba uno de sus audífonos para escucharle, al ver que el de prominentes orejas no hablaba de nuevo asintió observando a su alrededor con detenimiento y prosiguió—. ¿Necesitas algo?—cuestionó volviendo su vista a él y dió un paso hacia atrás.

—Yo... sí, de hecho—Chanyeol no encontraba las palabras adecuadas, los nervios le estaban consumiendo por dentro y estaba a punto de perder el control, pero no, esta vez no, no iba a quedar en ridículo frente al chico que le gustaba—... quería saber si tienes algo que hacer en la tarde, abrieron un nuevo rest...—no terminó, el rubio lo interrumpió inmediatamente.

—No, no puedo, tengo cosas que hacer después de la escuela. Lo siento, Park, en otra ocasión será—acomodó con las puntas de sus dedos un mechón de cabello que se había colado en su frente y reverenció antes de esquivar al alto—. Si no hay algo más que necesites decirme, te pido permiso, tengo clase—finalizó el de facciones delicadas y se perdió entre todas las personas del pasillo."

A Chan le dolía tanto como si hubiera sido ayer, tan solo de recordarlo las orejas se le colocaban rojas y su corazón se encogía. Tomó asiento junto a Suho, quien le palmeó el hombro e intentaba contener una pequeña risita ante el nuevo rechazo de su amigo, estaban en la fila del lado y dos puestos más adelante que el paralelo al del chico del dulce.

Baek se cruzó de brazos sobre la mesa, miró al reloj que había encima de la pizarra y justo para distinguir la hora soltó una respiración cansada, no entendía la razón de su profesor de química para demorarse tanto, siempre era igual, pero si su memoria no fallaba, en un minuto el mayor con canas haría presencia, su lengua estiró la goma, la colocó entre sus labios y exhaló el aire que contenían sus pulmones, estirando, inflando el caucho en circunferencia hasta que se escucharon varios pasos correr.

Los demás estudiantes corrían para entrar al salón, tomaban lugares al azar y apurados, Baek mantuvo su burbuja unos segundos, hasta que los zapatos de cuero lustrado mostraron su punta dentro del lugar fue que el chico soltó la última pizca de oxígeno haciendo que su goma estallara, hiciera un ruido que captó la atención de algunos y volviera a entrar a su cavidad.

Mientras que como era costumbre, Chanyeol suspirara por lo bajo sin dejar de verlo, luego cuando el portón se cerrara se diera vuelta en el asiento y apoyara su mejilla en la palma de la mano. Esta vez no solamente lo iba a ver, se había fijado un objetivo y era: Conquistar al chico de las burbujas de chicle, el cortante y duro como piedra, Byun Baekhyun.

 Esta vez no solamente lo iba a ver, se había fijado un objetivo y era: Conquistar al chico de las burbujas de chicle, el cortante y duro como piedra, Byun Baekhyun

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Bubble Gum Balloon (ChanBaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora