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Por un momento se olvidó de que había alguien abajo esperando por él, pero le fue imposible hacer lo contrario ya que cuando destapó su regalo se encontró con un pequeño peluche en forma de dado color rosa cuyos puntos eran color menta y formaban un siete en todas las caras.

Dejó la caja pequeña en un rincón del cuarto, todas estanan allí apiladas siendo que el muchacho declaró llevarlas todas al canasto de reciclaje que había en el vecindario, tomó un dulce y lo introdujo a au boca mientras su mandíbula se movía con el propósito de sacarle el mayor sabor posible a su alimento.

"El rosado por la fresa, el otro por la menta. Declaré ese siete de Julio que desde entonces serían mis nuevos colores favoritos." Citaba en un papel rojo suave el admirador de Baek, como se le hizo costumbre este corrió a pegarlo en su pared y dió varios saltos sobre su lugar.

Trajo a la memoria ese día: El siete del mes siete de un par de años atrás había sido su primer día en la nueva escuela, emocionado no estaba, pavor era lo que tenía, no quería ser un marginado de nuevo, en su anterior escuela todos se burlaban de él por sus habilidades académicas, siempre fue una preferencia entre los comités por su promedio, por ser un muchacho promesa que elevaba el estatus de la escuela, llevándolo a que los maestros lo veneraran.

Lo que ninguno de esos adultos sabía es que tras de aquél chico cerebrito habían unos veinte tontos más queriendo hacerlo sentir mal, bajando su ánimo diariamente por que ellos no tendrían ni un poco de lo que Baekhyun aspiraba.

De ahí su miedo: ¿En esta escuela será igual? Un joven rubio de diecisiete años se presentaba ante lo que sería su segundo hogar por el año y medio de clases que aún le faltaban.

Cuando entró al edificio quería encogerse y perderse bajo una piedra, la atención estaba sobre él, más de uno allí había escuchado sobre "El gran Byun Baekhyun" alguien prodigio, que las instituciones aclamaban y querían, no fue sorpresa que cuando la noticia llegó a orejas de uno se expandiera a las de todos.

Pero por más que todos en aquel lugar lo obsevaran como si fuera la persona más genial del mundo él seguía sintiendo que lo analizaban solo para buscarle su punto débil, ya se veía siendo burlado él mismo se buscó sus debilidades y creó apodos para ser usados por su bravucónde carreta, es más, su chicle en boca siendo masticado con desesperación le hacía a Baek imaginarse con un cartel que decía "Dime que mastico goma como mula" pegado a la frente. Siendo así como con tan solo dos tercios de año pasado se convirtió en alguien inalcanzable y a quien sorpresivamente todos querían entre los pasillos por ser el ejemplo a seguir de muchos.

Recordó al muchacho alto, se maldijo cuando tuvo que bajar a regañadientes cortando su emoción de la nada. Lo encontró en el mismo lugar donde le dejó un alivio por dentro, no dejaba a cualquiera entrar a su hogar por temor a que hurgaran su pasado, solo la idea le daba escalofríos por lo que le agradeció mentalmente a su compañía.

—Este... surgió algo de repente, pero podemos dejarlo para después—sentenció empujando al de prominentes orejas fuera de su techo casi sin dejarle poner los zapatos—. Enserio lo lamento, Park, pero no puedo posponer esto—se disculpó dando una reverencia de noventa grados y cerró el portón en la cara del chico.

Un aturdido Chanyeol asintió más para sí mismo y rascándose la nuca dio vuelta para marcharse e intentar procesar todo lo que en ni siquiera diez minutos había ocurrido. Sus lamentos no se hubieran detenido, de no ser por un ansioso Baek que no logró llegar a la conclusión minutos antes, generando así que abriera la puerta de nuevo y su voz se alzara para ser escuchada por el chico que se encontraba terminando el camino del jardín.

—¡Hey, Park!—el aludido le miró— ¿Cuándo llegaste no viste a nadie extraño por ahí?— preguntó como si nada.

Él sonrió, sacado de su cielo para negar suavemente riendo por lo bajo, confirmando al rubio que su conocedor había sido bastante discreto y diciéndole a Chan que quizás sus esperanzas aúnno estaban del todo perdidas, que a Byun le interesaba saber sobre él.

Baekhyun cerró la madera y se recostó sobre ella, soltando su aire con frustración ¿Para qué tanto misterio? ¿Era tan difícil aparecerse así de la nada a decirle cuánto le gustaba? Él no era una persona que dara miedo, exactamente, nunca mostró rudez o inspiró susto en alguien más, sumándose que su contextura y concepto físico no le ayudaban a verse como una persona "a la que temer".

El alto se subió al bus, pensando en lo rápido que todo la abofeteó la cara, casi lo habían descubierto, admitió para si que de no ser por la aparente ingenuidad de Baek lo habrían dejado con una vergüenza eterna.

A partir del día de hoy se esforzará del doble con cada detalle, después de notar la emoción destellar en los ojos del bajito no permitiría que este se apagara, su plan de conquista tembló, pero no se derrumbó, sería él y su persistencia quienes se ganaran el descuidado y apagado corazón de Byun, siendo cada día que pasaba una prueba de que quería, más que quererlo, necesitaba, deseaba ser él la razón del brillo en los ojos y la sonrisa del mayor.

Chanyeol volvió a su casa con una sonrisa más brillante que lo habitual en su rostro mientras que Baek olvidó su enojo y volvió a patalear sobre la cama a la vez que abrazaba con fuera el dado que recibió.

Sin saberlo, en vez de dar un paso al frente dieron dos atrás, ¿Pero qué importa? Ambos se sienten felices y dar vueltas en círculos es un buen calentamiento para los principiantes.

¡Feliz día de velitas!

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¡Feliz día de velitas!

Bubble Gum Balloon (ChanBaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora