Baekhyun movía sus pies que rozaban un poco con el suelo mientras esperaba en la parada, volvió a murmurar la letra de la canción sintiéndose feliz por primera vez en mucho tiempo, el rubio disfrutó por completo el rato con sus tres compañeros.
Nunca antes se había detenido a pensar que quizás la gente de su clase no era tan aburrida, pero con todo su complejo de mantener una buena vida académica y a la vez actuar amigable con todos lo hacía una tarea para la que no tenía el tiempo disponible.
Subió al autobús, pagó el pasaje, luego caminó al fondo de la camioneta para sentarse junto a la ventana en el último rincón a la vez que el aparato se movía y el apreciaba la vista tras el vidrio. Sacó el chicle que había recibido en la tarde, mordió el interior de su mejilla en lo que destapaba el dulce, lo probaba y una vez más masticaba incontables veces.
Cuando llegó a su parada descendió y se apresuró para entrar por el portón de madera que custodiaba su hogar, entró por completo hasta que después de quitarse los zapatos corrió para saludar a sus padres con un beso en la mejilla, se apoyó en sus codos sobre la isla de la cocina.
-Um... huele delicioso-aseguró el chico remojando sus labios.
-Yo siempre cocino delicioso, me sorprende que aún lo digas-bromea su madre volteando a verlo brevemente, los tres presentes rieron bajo-. Cariño, debes estar cansado, ve a cambiarte y haz la tarea para que puedas descansar-sugirió la señora dándose la vuelta para apretar la mejilla de su hijo tiernamente.
-Terminé la tarea a principio de semana, tengo mucho tiempo y energia que gastar-se quejó Byun algo dramatizado-. Pero tienes razón, iré a dormir un rato en lo que está lista la cena-sonrió para después hacer una pequeña burbuja de chicle y dirigirse a su habitación.
-¡Es muy temprano para dormir, Baek! ¡Si tienes tanta energía deberías probar salir un rato, no quieres ser un fracasado social por el resto de tu vida!-gritó la mujer señalando al aludido desde el comienzo de las escaleras, el chico se detuvo en seco por la referencia que su madre había utilizado mientras que colocó una mano en su pecho algo sentido- No te ofendas, sabes a lo que me refiero-terminó amenazante, él quitó su mano y rió dándose por vencido.
-Es bueno en la escuela y no causa problemas-introdujo el padre-: no creo que sea un problema su vida social en este momento, los maestros dicen que es popular entre sus compañeros -concluye hojeando el periódico.
-Lo sé, pero me gustaría que saliera, conociera a alguien... quiero que salga de ese encierro mental que carga-suspiró en respuesta la pareja mientras que ella volvía a revisar las ollas dando hervor.
El rubio se miró al espejo, tenía un pantalón de chándal con cuadros azules de rayas blancas en patrón, una sudadera negra holgada y unas cómodas zapatillas deportivas, guardó el teléfono con algo de efectivo en el bolsillo de su abrigo mientras que bajaba las escaleras y peinaba su cabello con los dedos.
-Ma, ¿Te importa si salgo y vue...?-quedó con la palabra en la boca, la señora se dio vuelta y mientras sonreía de oreja a oreja asintió en aprobación.
-Claro que no, cielo, sal pero si vas a llegar tarde no te olvides de avisarme-afirmó mezclando la ensalada del tazón.
Baek sonrió poco hacia su mamá, salió de la casa tomando sus llaves y caminó por todo el vecindario sin un rumbo fijo, cuando pasaba por las casas del fondo observó un campo con el amplio césped verdoso, se fugó entre las casas para llegar.
Dió pasos firmes hasta el centro del llano donde se sentó cruzando sus piernas, respiró el aire fresco, se tumbó sobre el pastal viendo los tonos azules, violetas y amarillos mezclarse en el cielo preparados para el atardecer.
Pensó, muchas cosas relevantes y otras no tanto cruzaron su memoria. ¿Estaba su vida siendo bien utilizada? Su futuro se encontraba bien cosechado, sabía lo que quería hacer: estudiar ciencias naturales, investigar la naturaleza y vivir plenamente en medio de los colores de la selva.
Sin embargo, consideraba su vida algo aburrida, siempre solía callar ese pensamiento recordándose que lo emocionante vendría después, que la diversión podría esperar. Había pasado malos ratos, que recordándolos lo convencían más de que esta etapa de la existencia era única y exclusiva para prepararse como personas pensantes, que sepan actuar y reaccionar de manera racional.
Vió el atardecer, sentado y observando el sol esconderse sonrió con el dulce entre los dientes, alimento que de dulce ya no tenía nada, el sabor se había perdido y de igual manera el rubio seguía masticando intentando calmar su ansiedad.
Volvió a casa, sintiéndose fresco y renovado, muchas cosas claras, otras más enredadas pero que no le quitaban su emoción y satisfacción. Pensó en el remitente del mensaje en su casillero ¿Debería averiguar de quién se trataba? ¿Debería parar con ese atrevimiento o simplemente lo dejaría ir y permitiría que lo guiara? Pensarlo tanto haría que cualquiera se arrepintiera, limitara sus posibilidades, pero Baek entre más lo pensaba más feliz se ponía.
-Amor, volviste-anunció la señora Byun besando el cachete de su sucesor-. Vino alguien y dejó un paquete para ti, no tengo idea de qué podrá ser, pero lo dejé sobre tu cama-el muchacho aprobó con la cabeza para después irse escaleras arriba.
Entró al cuarto y cerró la puerta tras de él, tiró la goma en el cesto junto al librero entretanto contempló con recelo la gran caja sobre su lecho, era prácticamente enorme y se preguntaba qué habría dentro. El instinto lo traicionó haciéndole pensar que pesaría horriblemente, pero se llevó una sorpresa al cargar la caja descolorida y encontrársela liviana, la postró en el suelo.
Con su uña rasgó el borde de la cinta y la desprendió por completo, se quedó sin aliento al poner las dos pestañas de cartón a los costados y divisar seis o siete globos color rosa elevarse hasta casi tocar el techo del cuarto, bajó su vista al interior de la caja, habían cientos de chicles iguales al que recibió en la escuela, llevándolo a pensar que quien envió el paquete había sido el mismo que dejó la nota en su casilla.
"No pude evitar verlos y no pensar en las bonitas burbujas que haces en clase. Espero te guste." Leyó la nota que esta vez era de color naranja pastel, mordió su labio conteniendo un grito de emoción, se levantó y corrió hasta el cesto de la ropa sucia para buscar entre los bolsillos de la chaqueta que había usado el papel amarillo encontrándolo revisó que aún tuviera adherente, confirmó su idea he inmediatamente se dirigió a la pared blanca junto a su escritorio, las pegó en orden, ambas quedaron planas y rectas al muro después de que el joven les pasara la mano por encima en repetidas ocasiones.
Luego buscó en uno de sus cajones un recipiente de jalea hecho en vidrio, no era muy grande, haciendo que cuando se terminara la mermelada su madre quisiera tirarlo a la basura por ser lindo pero inútil, él la detuvo asegurando que lo guardaría y algún día le encontraría una ultilidad, ese día llegó.
Guardó todos los chicles dentro y lo dejó sobre la mesilla junto a su cama, desató los globos del fondo del cofre acartonado y los volvió a amarrar en el extremo de su cabecera.
Alguien se había interesado en él, alguien demostró ganas por Byun Baekhyun, él no sabía qué hacer o cómo reaccionar aunque algo tenía seguro y era prometerse que terminaría dejándose llevar por el corrientazo de la nueva experiencia.
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Bubble Gum Balloon (ChanBaek)
Fanfic"Baekhyun siempre tenía goma de mascar en la boca, a Chanyeol le gusta a observarlo hacer burbujas rosadas, pero ninguno quería dar un paso adelante." +Se reservan todos los derechos. No se aceptan adaptaciones, traducciones o algo relacionado a lo...