《 CAPÍTULO ONCE 》

913 78 4
                                    


—Quiero toda la información que tengamos sobre Blake Adler, ahora mismo. —exigía Alexander Pierce en una junta de urgencia con el personal de nivel 8. Frank a pesar de no ser del nivel requerido, se encontraba presente, pues siendo el único hacker con el que Hydra contaba, era bastante útil ahí mismo.

—¿Tiene dudas sobre ella, señor? —preguntó un agente calvo con expresión dura.

—Ayer recibió una bala por mí... —se quedó pensativo el Director, por lo que Johnson aclaró la garganta algo intimidado.

—Eso quiere decir que es leal a usted y a Hydra, señor ¿no es así? —dijo.

—No estoy conforme... hay algo en ella... que aún no puedo entender. —contestó Pierce mirando hacia la nada.

*

Blake estaba concentrada en su computadora buscando cualquier pista que la pudiera llevar a Ackerman. Aun le parecía difícil poder concentrarse con la sensación de sus tejidos uniéndose con urgencia, podría jurar que la herida estaba casi completamente unida y lista para comenzar a cicatrizar.

Al mismo tiempo, sentía un inmenso alivio de no encontrar a Steve cuando despertó esa mañana, había salido por alguna razón que seguramente no le contaría una vez que regresara.

Una chispa casi se prende en su cabeza al recordar el troyano de computadores que agregó ella misma en su traje, cualquier dispositivo cerca de ella sería intervenido y guardado en él. Saltó del sofá de la estancia y corrió con rapidez hacia su habitación para encontrarse con el traje tirado en el suelo, al encontrar el pequeño chip volvió al lugar anterior, encontrándose con Steve justo en la puerta, a punto de entrar, lo que la llevó a guardar de inmediato el dispositivo en la bolsa trasera de sus jeans.

—Buenos días. —saludó Steve cuando entró finalmente con un par de bolsas, Blake tomó asiento nuevamente en el sofá y se ocupó en su computadora de nuevo.

—Hola. —contestó fríamente. El semi-rubio se dedicó unos segundos a mirarla debido a la repentina respuesta.

—Ya que vamos a estar aquí hasta encontrar a Ackerman necesitábamos unas cuantas cosas. —dijo el Capitán. Blake no pudo evitar mirarlo y poner atención en cada una de las cosas que sacaba de las bolsas, una risa salió de su garganta.

—¿Hiciste las compras? —preguntó. —Espero que seas todo un experto porque yo no tengo ningún talento culinario, así que... —se burló ella, abofeteándose mentalmente por no conservar una postura firme con él. Jamás se había maldecido o golpeado tanto mentalmente como en las últimas semanas. Steve soltó una risa también.

—Bueno, supongo que moriremos de hambre

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Bueno, supongo que moriremos de hambre. —bromeó él también.

—Al menos moriremos a nuestra manera. —contestó ella centrándose de nuevo en su labor.

Agente Secreto | Steve Rogers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora